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El despertador sonó temprano en la habitación de Sunhee y lo apagó rápidamente

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El despertador sonó temprano en la habitación de Sunhee y lo apagó rápidamente. Sonriendo recogio su cabello en una coleta baja y se puso sus pantuflas celestes abrigadas para salir de su cuarto en silenció.

Iba caminar unos paso cuando chocó con uno de los muebles del pasillo por estar aún medio dormida.

-Shhh- la adolecente se dio media vuelta al escuchar.

-¿Que haces despierta tan temprano?- pregunto el pelinegro y Sunhee se cruzó de brazos.

-Yo debería preguntar eso-

-Voy a prepar el desayuno al amor de mi vida por su cumpleaños- el mayor imitó la posición de la castaña levantando una ceja.

-Yo le prepare el desayuno a mi papito por su cumpleaños-

-No te llevarás todos los méritos de nuevo- Seungcheol camino a la cocina seguido de Sunhee.

-Yo no tengo la culpa que le guste más mis panqueques que los tuyo, papá-

-Si, me deja de lado por tu culpa, así que los haré yo esta vez-

Era el cumpleaños de Jihoon por lo que Sunhee le había hecho una pulsera con su nombre como regalo, no era mucho pero sabía que le gustaría junto a su carta y un suéter que había comprando gracias a Seungcheol.

Con doce años era mejor escribiendo las cartas que a sus seis donde hacia más corazones que palabras.

Habían pasado seis años desde aquella mentira que se volvió la mejor parte de su vida. Seungcheol había cumplido su promesa de seguir a su lado y eso la hacia sonreír cada día.

Cada vez que le preguntaban por su familia respondía con orgullo que tenía un padre que trabajaba en una repostería y otro que era uno de los fotografos más conocidos del país. Uno completamente tierno y otro completamente loco.

No tenía miedo, no se sentía presionada al decir que Seungcheol era su papá porque lo era para ella.

-Shhhhh- repitió el mayor al escuchar el ruido del cuchillo caer en el lavado por un descuido de la menor.

-Lo siento- subió sus hombros. Había terminado de cortar la fruta y mezclarlo con yogurt para el desayuno de Jihoon y ella. Seungcheol prefería una simple taza de café o té con unas tostadas.

-Enana- Sunhee miro a su papá para llevar sus ojos a la sartén donde debería estar la mezcla de panqueques -No quiero que se intoxique- sonrió dejando al mando a la castaña pero supervisando que no se queme.

En pocos minutos terminaron los panqueques para untarlos con mermelada y crema haciendo una pequeña torre. Colocaron una taza de café y un vaso de jugó. El plato con los panqueques que les inscrustaron una vela rosada y un tazón con el yogurt y fruta. Seungcheol dejó unos bombones y un pequeño vaso donde tres rosas rojas llamaban la atención por su intenso color.

Sunhee asintió conforme con el desayuno y el azabache tomó la bandeja con cuidado para llevarlo a la habitación.

La menor abrió la puerta con cuidado viendo a sus padre castaño dormir aferrado a una almohada. Contó hasta cinco y salto a la cama despertandolo a los segundos.

-¡Feliz cumpleaños papi!-

Jihoon aún medio dormido recibió el abrazo de su hija -Gracias princesa-

-Te quiero mucho- le susurra sin apartarse para que pueda escucharlo.

-Y yo a ti-

Seungcheol observa todo en silencio a un lado cuando Sunhee se aparta dejando su lugar para felicitarlo.

-Desayuno a la cama- sonrie Seungcheol dejando la bandeja a los pies de la cama -Feliz cumpleaños precioso-

Jihoon toma sus mejillas en un beso rápido dándole las gracias. Y después de soplar la vela sobre la torre de panqueques, inicia la mañana.

Como ya es tradición entre los tres, toman una canasta y guardan aperitivos, botellas de agua yq jugo junto a un mantel.

Seungcheol conduce hacia al parque cercano y luego de estacionar, bajan buscando su lugar favorito. Bajo el árbol más grande.

El sol brilla pero la copa del frondoso árbol les da la suficiente sombra donde pueden degustar de pequeños sándwiches, brochetas de fruta y licuados. Luego de unos minutos, Seungcheol toma una pelota y empieza a jugar con Sunhee a simplemente pasársela de un lado a otro. Después de la insistencia de la menor, Jihoon abandona su comodidad debajo del árbol y empieza a jugar igualmente.

Pero todo se sale de control cuando Seungcheol para poder robarle la pelota, levanta a Jihoon de la cintura y logra quitársela. Sunhee en busca de venganza, se cuelga de su cuello haciendo reír al mayor pelinegro por las cosquillas que producen sus manos. Jihoon insiste que lo bajen entre risas.

Cualquiera que los viera pensaría que están locos o que es una escena perfecta para una foto.

Los tres admiten que quedan en empate en el juego y vuelven bajo el árbol.

Sunhee saca su cámara Polaroid y buscando un ángulo donde puedan salir los tres, sonrien a la cámara capturando el momento.

La diversión para Seungcheol y Sunhee acaba cuando Jihoon avisa que deben volver. Pronto tendrán invitados en su casa por lo que deben volver pronto.

Mientras vuelven, Sunhee observa desde los asientos traseros como el pelinegro toma la mano de Jihoon dejándola en la palanca de cambios o la besa cuando frena en semáforos en rojo.

Sonrie porque no puede demostrar su felicidad de otra manera.

Seungcheol era como aquella pieza de rompecabezas que da sentido a la imagen. Los mantiene con sus pies en el suelo pero haciéndolo sentir con una felicidad que los hace flotar.

Los tres llegan a casa y Jihoon avisa que se dará una ducha. Sunhee en ayuda de Seungcheol empiezan a decorar la sala y acomodar los aperitivos que servirán antes de la comida principal.

Jihoon aparece a los treinta minutos con una gran sonrisa por la decoración en tonos amarillo. Sabe que su hija tiene la responsabilidad de ello, tiene una pequeña obsesión con que cada cumpleaños sea de un solo tono de color.

El timbre suena y es el inicio del cumpleaños de Jihoon al dejar pasar a sus padres.

Un cumpleñaos que todos recordarán por mucho tiempo.



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Perdón por los errores
y horrores de
ortografía.

Papá Seungcheol 2 → Jicheol ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora