Final

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– Sunhee – la joven lo miró con una sonrisa al niño a su lado.

– Dime Min.

– ¿Crees que las estrellas puedan vernos? – preguntó con inocencia Mingho.

La mayor volvió su mirada al cielo estrellado. El aire fresco atravesando la camisa rosa pastel que llevaba se sentía bien, el césped cortado bajo su cuerpo mientras estaban acostados y el perfume a flores adornando el ambiente. Nada era mejor que eso.

Taeyang le había dicho que pasaría un cometa en esos días por lo que esperaba paciente para poder sacarle una foto y regalársela al colorado. Era amante de la astronomía, hace años quería ser astronauta y aunque parecía un sueño tonto, Sunhee estaba convencida que lo podía lograr.

Mingho al escuchar sobre el cometa, quiso acompañar a su hermana aunque a la corta edad de cinco años no podía entender mucho de cometas.

– Tal vez no, pero estoy segura que si nos escuchan– sonrió contagiando al menor –Deben hacerlo para escuchar nuestros deseos.

El pequeño volvió sus ojos al cielo nuevamente suspiró –Yo quiero pedir un deseo.

–Hazlo, estoy segura que se cumplirá.

Mingho cerró sus pequeños ojos tras sus lentes y junto sus manos con fuerza susurrando algo que no pudo entender. Solo unos segundos pasaron para volver a abrir sus ojos.

–Listo.

–¿Me dirás que deseaste?– preguntó curiosa la mayor girando su cabeza a Mingho.

–Nop– dijo seguro el niño –No se cumplirá si te lo digo.

–Y... ¿Si me lo dices bajito?– preguntó. El niño inclinó un poco su cabeza sin entender –Las estrellas no nos escucharán.

El niño dudo unos segundos pero asintió al final. Con cuidado se acercó al oído de su hermana.

–Desee nadar en chocolate.

La mayor se tapó la boca para no reír pero los ojos de Mingho brillaban de emoción.

–¿Tu que deseaste?

Sunhee iba a responder pero el ruido de la puerta detrás suyo los interrumpió. Seungcheol abrió la puerta trasera de la casa vistiendo un delantal que hizo soltar una risita a Sunhee y Mingho.

–La cena está lista, a lavarse las manos y comer– avisó volviendo al interior.

Sunhee se puso de pie y ayudo a su hermano para ingresar. El cometa debería esperar por ahora.

Mingho casi corrió al baño para lavarse las manos y detrás de él llegaba Sunhee que tenía un poco más de cuidado. Le acercó con su pequeño banco de madera para llegar al lavado y al finalizar, volvieron a la sala.

Jihoon ya había colocado la mesa y Seungcheol dejaba los platos con la cena. El menú, spaghetti con salsa. Todos ya se imaginaban que iban a terminar ensuciando con la salsa.

–Sunhee– llamó el menor de la familia mientras se sentaba –¿Que pediste de deseo?

La nombrada miró a sus padres, los anillos en sus manos y luego a Mingho que la miraba expectante. Era fácil la respuesta.

–Nada, tengo todo lo que deseo justo aquí.

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Perdón por los errores
y horrores de
ortografía.

Papá Seungcheol 2 → Jicheol ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora