Papá Seungcheol 2 → Jicheol ♡

siete

Como cada día, Seungcheol pasó primero por el colegio de Sunhee.

Estacionó el auto justo a tiempo que las puertas se abrían dejando salir a los alumnos que se dirigían solos a sus casa o con sus padres.

Solo un minuto tardó para ver a su pequeña niña correr hacia el auto con una gran sonrisa.

-Hola papá- saludó como siempre dándole un beso en su mejilla ruidoso.

-Wow ¿Y ese ánimo tan bonito?- preguntó.

Miro por espejo que Sunhee llevará ya su cinturón de seguridad y arranco el auto.

-Por nada en particular- sonrió.

Seungcheol no se lo creía pero no preguntó. Sunhee era una niña bastante abierta a la hora de contar cosas, a su debido tiempo lo diría.

Condujo un poco más llegando a la pastelería de Jihoon. Ambos bajaron y Wonwoo sonrio al verlos detrás del mostrador. Los dejo pasar y volvió a su trabajo de ordenar las delicias detrás de las vitrinas.

El olor a pastel y fresas entró por su narices. Jihoon estaba detrás de la mesada dando los últimos toques al pastel que decoraba temprano. Estaba tan absorto que no notó el sonido de los pasos de Sunhee y Seungcheol caminar.

-Holi- susurró Sunhee cerca del castaño para no hacerlo fallar con la manga pastelera que sostenía.

Jihoon sonrió y dejó un momento el pastel para besar la frente de su hija.

-¿Puedo...?-

-Solo un poco y no con la mano- Sunhee corrio feliz hacia el depósito donde estaban los dulces. Prefería los confites ante de los caramelos por lo que tomo un paquete pequeño.

Seungcheol se acercó detrás de Jihoon en silencio y lo rodeo con sus brazos por detrás viendo el trabajo que estaba haciendo.

-Deberias ser cirujando- sonrio viendo el pulso perfecto que tenía.

-Si lo fuera, llegaría tarde a casa- asumió sintiendo el mentón del mayor en su hombro sin recargarse por completo.

-No deberías ser cirujano-

Jihoon soltó una risita y al terminar con el pastel dejó la manga a un lado y se dio media vuelta besando los labios del mayor.

Seungcheol no dudo ni un segundo en corresponder sosteniéndolo de la cintura mientras el castaño llevaba sus manos al cabello oscuro del más alto.

Solo se parto un poco besando la mejilla del castaño cuando sintió como esta estaba sucia. Tenía textura a polvo pero al alejarse solo vio azúcar glass que lo hizo reír.

-Lo siento, estaba abriendo el paquete y voló un poco- rio Jihoon limpiando sus mejillas.

-Igual me gusta- arrastrando sus labios a la mandíbula del castaño dejo pequeños besos que hicieron reír más a Jihoon por las cosquillas que le producían al seguir bajando los labios a su cuello.

-Cheol- suspiró inconscientemente mirando la puerta del almacén media abierta -Sunhee esta cerca-

Seungcheol volvió en sus sentidos y como si la hubieran llamado a los segundos apareció la menor comiendo confites de colores.

-Listo, ahora sí podemos ir a mi clase de esgrima-

-Cierto- Jihoon exclamó apartándose para buscaba sus cosas.

Mientras los otros dos esperaban Seungcheol vio los confites en las manos de la menor.

-Quiero uno-

Sunhee tomó uno y se lo dio. Al instante se lo comió sintiendo el gusto al chocolate.

-Quiero otro-

Jihoon entró a nuevamente con sus abrigo y una mochila donde guardaba su uniforme blanco. Los tres se despidieron de Wonwoo que se quedaría solo una hora más para terminar de limpiar e irse a casa.

Sunhee busco su bolso el cual tenía su traje y el estuche de su florete que había dejando en el auto. Se despidió de su papá pelinegro y bajo junto a Jihoon que quería disculparse por la llegada tarde.

Ambos corrieron llegando justo en el momento que el profesor cerraba las puertas.

-Tienes suerte que los quiera mucho- Minghao dejando pasar a Sunhee habló.

-Lo siento, de verdad- se disculpó Jihoon y el chino sonrió.

-Es la primera vez que pasa- le resto importancia y miro a la menor -Ve a cambiarte y a precalentar-

Sunhee asintió, se despidió de su padre y corrió a los vestidores.

-Gracias Hao, de verdad-

-Tranquilo, pero si vuelve a pasar, trae galletas o algo-

Jihoon asintió riendo y se despidió volviendo al auto para partir a su casa.

Una hora más tarde, en la pastelería, Wonwoo dio media vuelta el cartel avisando que había cerrado. Tomó un paño y limpio el mesón de madera blanca después de guardar el dinero en la caja fuerte del local.

El sonido de la campanilla sonó y Wonwoo miró a la puerta para después rodar sus ojos.

-Ademas de aprender a cocinar ¿Debes aprender a leer?- preguntó molesto mientras seguía en su tarea ignorando que Mingyu se acercaba -Esta cerrado-

-Solo quiero que pruebes algo que preparé- dijo dejando una bandeja cubierto por una campana de plástico.

Wonwoo miró desconfiado aunque no sabía que contenía -No tiene veneno ¿No?-

-Por favor, te gusto mi pastel en el cumpleaños de Jihoon, lo noté cuando lo probaste- sonrió haciendo relucir sus colmillos.

Wonwoo rodo sus ojos y abrió la campana viendo una tarta, parecía de chocolate pero tenía un una pequeña capa de gelatina color esmeralda muy bonita.

Mingyu abrió sus ojos animandolo y Wonwoo suspiro. Fue por unos cubiertos a la cocina y volvió.

Corto una porción y la dejo en el plato y tomo un poco con el tenedor. Con un poco de miedo llevo el tenedor a su boca y comio.

Su expresión se volvió de asombro y Mingyu sonrio triunfante.

-¿Menta?- preguntó al sentir la mezcla del chocolate la menta en su lengua.

-Asi es- sonrio e infló su pecho -Gané-

-¿Quien dijo eso?- pregunto riendo Wonwoo mientras guardaba la tarta a un lado.

-Tu carita, eso me dice que gane-

El pelinegro ajustó sus lentes y frunció su nariz.

-Sigue soñando Mingyu-

-Yo sé que estoy en tu sueños...- corto la oración al darse cuenta que no sabía su nombre.

Wonwoo sonrió con arrogancia y apoyo sus codos sobre la mesada para acercarse más a Mingyu.

-Gané- susurro y el más alto soltó un suspiró.

Era claro que no le diría su nombre por lo que se dio media vuelta y se fue de la tienda.

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Perdón por los errores
y horrores de
ortografía.