Papá Seungcheol 2 → Jicheol ♡

diecisiete

Wonwoo como cada mañana de trabajo llega al local y entra en la puerta trasera que conduce a la cocina. Pasa su tarjeta por el detector marcando su entrada al lugar. En los baños se cambia por su filipina y guarda su ropa en los pocos casilleros. Llega a la cocina donde no se sorprende al ver a Jihoon ya trabajando.
 
-Hola, buen día- lo saluda.
 
-Hola Won- Jihoon aparta solo unos segundos de su decorado de galletas y vuelve a su trabajo- Ya que estas aquí, aprovecho para decirte que debemos buscar a alguien para que nos ayude.
 
Wonwoo asiente cubriendo su cabello con una cofia y ayudando a su amigo –Nos faltan manos.
 
-Efectivamente. Estaba pensando en colocar el anuncio en la puerta y en nuestras redes sociales.
 
-Claro, haré el anuncio y lo publicamos- Jihoon asiente de acuerdo.
 
-También podemos cerrar antes- el más alto lo mira sorprendido –Seungcheol quiere que vayamos a cenar como un cita y quiero aprovechar para decirle la noticia- aclara levemente tocando su panza haciendo reír levemente a su amigo de acuerdo con la idea.
 
-Estoy seguro que pondrá el grito en el cielo y saldrá todo bien- ánimo viendo como al castaño asiente más relajado.
 
Una hora después Wonwoo abre las puertas y gira el cartel en la puerta donde avisa que está abierto. Baja las sillas de las mesas y limpia la superficie de la madera. Camina detrás del mostrador y prepara el café en las maquinas, la tetera para té y la licuadora y una máquina para hacer jugos para acompañar los postres que venden. Acomoda con cuidado los postres debajo de la vitrina.
 
La pequeña campanilla suena y Wonwoo levanta su mirada con una gran sonrisa, sonrisa que se congela al ver quién es. Agranda sus ojos cierra sus labios. Mingyu ríe levemente por su expresión pero avanza y levanta sus cejas.
 
Ciertamente después de aquella noche donde ambos terminaron teniendo relaciones sexuales, las palabras se cortaron. Cualquiera se ofendería en la posición de ambos pero Wonwoo sentía vergüenza en dirigirle la palabra al más alto, nunca tenia revolcones de solo una noche, realmente estaba interesado pero no quería quedar en vergüenza. Mientras el castaño no quería presionar al de lentes con una cita o algo parecido, quería tomar la situación con pinzas y actuar con cuidado.
 
Aunque el otro no lo dejaba fácil sonriendo y enseñando sus labios que mordía. Deseaba volver a besarlo.
 
-Hola-
 
-Buen día- salió de su ensoñación y se enfocó en la caja registradora limpiando el lugar – ¿Llevaras algo?
 
-Sí, quiero donas-
 
Wonwoo asintió preparando el pedido viendo de reojo como el más alto apoyaba sus codos en la vitrina –No entiendo porque quieres comprar aquí si tienes también un local de comida.
 
-Pasaba por aquí y se me antojo algo dulce- no disimuló para nada la mirada al cuerpo completo del pelinegro quien rodo sus ojos y le extendió el pedido.
 
-Mil dólares- Mingyu rio y Wonwoo solo bufo al recibir el dinero que decía en la vitrina de los dulces.
 
La campanilla volvió a sonar y entro uno de los clientes más frecuentes, la señora Park, una mujer mayor de edad que adora las galletas de limón. El de lentes la saluda con una gran sonrisa que es devuelta bajo la atenta mirada del castaño. No espera que le diga lo que quiere y prepara una bolsa de papel donde coloca las galletas de limón.
 
-Hoy dame el doble, por favor- le pide la mujer.
 
-Claro- Wonwoo lo hace y le sonríe -¿Por algún motivo en especial?- pregunta interesado.
 
-Llego mi nieto de un viaje de negocios y sé que amara tus galletas Won.
 
-Ojala si- Wonwoo recibe el dinero y le da el recibo a la mujer –Si no dígale que pase por aquí a probar otra cosa.
 
La mujer sonríe más que emocionada con la idea y se acerca más llamando la atención de los jóvenes –Es un hombre bonito y joven, serian una linda pareja.
 
Wonwoo quiere reír por la ridícula situación pero es Mingyu quien se adelanta a hablar.
 
-Disculpe señora y con todo el respeto que merece- la mujer mira al joven guapo a su lado que no se marcha a pesar de tener su pedido ya –Pero Wonwoo ya tiene pareja- habla para después señalarse a sí mismo.
 
-Es mentira señora Park- Wonwoo aprovecha y enseña su tierna sonrisa a la mujer que se confunde ante la situación –Traiga su nieto y yo mismo lo atenderé.
 
La señora feliz asiente y abandona el local despidiéndose y dejando a Mingyu con su semblante serio y un Wonwoo más que feliz con molestar al castaño.
 
Mientras tanto, Sunhee se encuentra en su habitación preparando su mochila para el colegio y na extra para pasar la noche con Soonyoung. Seria ya el tercer día en que iría a la casa del rubio y hasta el momento no había pasado nada extraño o incómodo. Algo que agradecía.
 
El día anterior había viajado con Seungcheol y aunque existía una leve tensión entre ambos, ninguno había dejado lugar a la incomodidad para nadie.
 
Era el primer día que pasaría a solas con Soonyoung y sus padres lo veían como una prueba de fuego. Aunque su relación no era como muchos imaginaban. Ambos se estaban conociendo y aprendiendo del otro por cosas pequeñas y grandes.
 
Y vaya que había aprendido de Soonyoung.
 
Era un poco obsesivo con el orden teniendo tics con objetos insignificantes como las decoraciones y hasta el control remoto, los cubiertos en la mesa, la organización de los elementos de higiene en el baño y los zapatos en la entrada. Aunque tampoco lo podía juzgar ya que ahora entendía también su orden en cosas simples. También había entendido que podía hacer muchas cosas a la vez. Podía estar cocinando y hablar mientras jugaba y respondía mensajes del trabajo.
 
No lo había visto atender llamadas de su trabajo y era algo grato, enfocaba su atención completa en Sunhee.
 
Seungcheol vio a la castaña bajar las escaleras con dos mochilas y la ayudo con ambas para poder viajar al colegio.
 
-¿Llevas todo verdad?-
 
Sunhee saco un pequeño anotador y empezó a enumerar dándole tildes a lo que ya había guardado –Tengo mi pijama, mis pantuflas, cepillo de dientes y pasta dental, mi peine y broches para el cabello, una muda de ropa extra y medias por las dudas, mi cargador de celular, un libro para leer a la noche y mi cámara de fotos.
 
Seungcheol asintió sorprendido –No estas nerviosa- afirmo al verla tan tranquila.
 
-No- la menor vio cómo su papá se abrochaba ya sus zapatillas y buscaba las llaves de su auto -¿Tú lo estás?
 
-¿Por qué lo estaría?- pregunto relajado.
 
-Sé que le propondrás hoy casamiento a papá- vio claramente como al pelinegro casi se le caían las llaves de la mano al cerrar a la puerta.
 
-Ahora que me lo recuerdas, me estoy poniendo nervioso- admitió.
 
-Papá- lo llama y se coloca de puntas de pie para llegar a penas a tomar las mejillas por lo que el mayor se agacha para llegar –Saldrá todo perfectamente bien porque los dos se aman, te dirá que sí y pronto lo veras en el altar con un bonito traje.
 
Seungcheol asiente aun sintiendo las manos de Sunhee presionando sus mejillas –¿Llevaras vestido?- pregunta más aliviado.
 
-No creo- ríe Sunhee –Pero si quiero usar zapatos altos.
 
-No- la menor mira al mayor que el abre ya la puerta del auto –No quiero que te rompas un tobillo.
 
El viaje hasta el colegio fue ameno mientras Seungcheol trataba de darle ánimo a Sunhee en su día y noche con Soonyoung. Ciertamente no era del agrado del mayor que su hija pase una noche prácticamente con un extraño, ero Jihoon había aceptado y Sunhee sabía qué hacer en cualquier emergencia.
 
En pocos minutos llegaron al colegio donde Seungcheol frenó en el estacionamiento.
 
-Mucha suerte- dijo Sunhee para bajar del auto para bajar del auto y correr a su salones.
 
La iba a necesitar.
 

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Perdón por los errores
y horrores de
ortografía.