Papá Seungcheol 2 → Jicheol ♡

doce

Taeyang corre por los pasillos del colegio con su chaqueta a medio poner, un sándwich de jamón y queso a un cuarto de terminar que sostiene en su boca. Algunos alumnos lo ven y hacen muecas extrañas, pero no le importa.
 
Llega tarde a salón pero al entrar no ve al profesor y los alumnos se giran al verlo.
 
-¿Y el profesor Kim?- pregunta al aire.
 
-No llega aun, dicen que su auto se averió y llegará bastante tarde- explica Samuel, un compañero muy amigable.
 
Sunhee asiente dando la razón y Taeyang suelta un suspiro sentándose al lado del castaño que ríe.
 
-Me desperté y vestí rápido para después enterarme que no viene el señor Kim-
 
La castaña suelta una risita sentada detrás de ellos–Si llega, pero tarde-
 
Taeyang termina el sándwich y se gira a Sunhee y le sonríe. La castaña le responde la sonrisa sin entender mientras sacaba su cuaderno y su birome de capuchón rosado pastel y un bonito diamante en su tope.
 
-No me dijiste- murmura el pelirrojo.
 
-Decirte… ¿Qué?- si sabe a qué se refiere Taeyang pero es más divertido ver su rostro con ansia.
 
-El sí para que sean novios- susurra Samuel uniéndose.
 
Taeyang no piensa dos segundos y le pega en la nuca mientras las mejillas de Sunhee se vuelven dos cerezas. El pelirrojo vuele sus ojos a la más baja realmente ansioso olvidando las palabras de su amigo castaño.
 
-Eres muy chismoso- le reclama divertida.
 
-Es verdad, pero también quiero saber cómo es él- sube sus hombros.
 
Sunhee sonríe y asiente – Es bastante normal aunque parece que tiene miedo cuando estaba conmigo y mi papá Jihoon-
 
-Talvez tiene miedo de fallar frente a ti y tu papá-
 
La castaña asiente dándole la razón. Esta por volver a hablar pero la puerta del salón se abre y entra el profesor Kim trayendo su maletín y abrigo en mano se disculpa miles de veces.
 
El resto de la clase continua con normalidad, Sunhee escribe lo que dicta el profesor y anota algunas cosas que considera importante en una libreta aparte. Sus apuntes jamás son desprolijos y es lo que más destacan sus profesores, los colores pasteles resaltan y lindos y prolijos títulos.
 
Su propio tic del orden, pero no cualquier, si no el que le dicta su mente. Aunque siempre le pareció extraño, Jihoon es ordenado pero no como lo es ella.
 
 El receso aparece y es un alivio para todos. La castaña toma su lonchera y camina a la par de Samuel y Taeyang que discuten sobre un videojuego que desconoce aunque se mantiene atenta.
 
Aunque no por mucho cuando ve el grupo de las compañeras de Yangmi hablando y riendo entre ellas al entrar al comedor del colegio. Su amiga está en el medio y sonríe nerviosa mientras las demás solo cuchichean. Su mejor amiga es el centro de atención y esto resalta aún más cuando sus compañeros caminan a ellas para saludar.
 
-Hola- saluda incomoda.
 
Nunca se ha sentido cómoda con las compañeras de Yangmi, menos que sean un año mayor y que sean tan bonitas que roben la atención de todos.
 
-Sun- su mejor amiga se levanta de su silla y la rodea sus hombros –El viernes no podré ir a ver películas contigo y tus padres, tengo algo que hacer y…-
 
Sunhee le sonríe quitándole importancia –Descuida, lo pasaremos para otro día- no le dirá que Seungcheol fue el más emocionado comprando helado solo para esa noche.
 
-No lo sé Sunhee, las citas con Taeyang son más importantes para nuestra Yangmi al parecer- sonríe una compañera de la mayor.
 
Ni siquiera la conoce o recuerda su nombre pero eso queda en segundo plano al escuchar tales palabras. Sus ojos se congelan en un punto fijo y boque con una sonrisa.
 
-¿Ci-cita?-
 
-No digas tonterías Eumin- la reprende su amiga.
 
-No es lo que piensas Sunhee- se adelanta a hablar Taeyang realmente nervioso.
 
-No estoy pensando en nada- es honesta, su mente quedo en blanco.
 
Para cualquiera sería posible ver a Yangmi y Taeyang en una cita. El pelirrojo tiene ese encanto de caballerosidad y rasgos que son únicos junto a sus bonitos ojos verdes pueden enamorar a cualquiera. Mientras su amiga es delgada y un cabello largo y sedoso, sonrisa amplia que heredó de su padre y largas pernas.
 
Ve a sus amigos tratando de explicar algo que realmente no es necesario, pero asi lo creen ellos, cuando su teléfono suena salvándola de la incómoda situación.
 
En la pantalla se ve la fotografía de su papá Seungcheol y atiende la llamada apretándose de los alumnos.
 
-Hola florcita ¿No estás en clases no?-
 
-No papá, no te podría atender si estuviera en clases- una sonrisa autentica broto.
 
-Oh, es cierto- la risita del mayor se escuchó atreves de la línea –Solo quería avisarte que olvidaste tu bolso de ballet y te lo llevare cuando te pase a buscar. También deje algunos dulces en el bolsillo exterior pero no le digas a Jihoon porque se va a molestar-
 
-Bueno-
 
El silencio solo duro tres segundos y Seungcheol volvió su voz más fuerte -¿Quién fue?-
 
-Quien fue… ¿Qué?-
 
-Quien te puso triste- Sunhee abrió sus labios dejando su lonchera en una mesa dispuesta a responder cuando el mayor se adelantó –No me digas que nadie, porque te conozco muy bien señorita-
 
Sunhee sonrió mirando la mesa con su almuerzo –Te diré que paso cuando salga del colegio-
 
Seungcheol murmuro algo molesto y solo se despidió –Esta bien, te quiero, nos vemos-
 
-Nos vemos papá-
 
La pantalla se apagó y vio su reflejo. Cabello largo debajo de los hombros, estaba levemente despeinada con mechones rebeldes, sus mejillas grandes y siempre rosadas resaltando de su pálida piel. Sus ojos pequeños y nariz igual con sus labios de un rosa muy suave.
 
Con un suspiro lo acepto. Talvez no tendría lo suficiente como para tener una cita con Taeyang.
 
Jihoon mira las galletas en la bandeja recién salidas del horno. El aroma a vainilla y naranja llego a sus fosas nasales siendo una combinación deliciosa.
 
Sin contenerse, tomo una galleta con cuidado y la partió para probarla. Debía probar el producto que vendería.
 
El exquisito dulce hizo una explosión de sabor en su boca haciéndolo suspirar de emoción. Disfruto aquella galleta mientras se encargaba de hacer el glaseado para las mismas. Claras de huevo, azúcar glass y jugo de limón para cocinar la mezcla con toques de naranja. Empezó a batir las claras cuando la puerta de la cocina se abrió entrando un Wonwoo serio como de costumbre.
 
-Deberíamos vender pasteles salados-
 
-¿Por qué?- preguntó divertido llevando otra galleta a su boca.
 
-Este sándwich es el mejor que comido, deberíamos hacerlo pastel- argumento mostrando su almuerzo en su mano.
 
Jihoon miro el sándwich en su amigo y su nariz capto el olor a queso. No sabía que tipo era ni que más contenía, pero el olor lo detesto al sentirlo.
 
La mueca que hizo fue suficiente para que Wonwoo bajara su almuerzo y lo guardara. Además, sería extraño sentir otros aromas en la cocina además del dulce y biscocho.
 
-Llamaron para un pedido de un pastel de bodas-
 
-Genial, dime ¿Algo que quieran en particular?- pregunto comiendo su tercera galleta.
 
-Quieren que la decoración sea hecha a manga y mano alzada, les gusto tu último trabajo-
 
Jihoon bajo sus hombros suspirando. Aquellos trabajos eran los más difíciles y a veces estresantes, pero era trabajo.
 
-Bien, termino con esto y nos buscamos un diseño-
 
Wonwoo asintió y se escuchó la campanilla característica en la puerta principal. Rápido camino fuera encontrado un nuevo cliente.
 
-Buenas tardes, bienvenido a “Sweet Honey” ¿En que lo puedo ayudar?- sonrió al final.
 
-Hola- el hombre rubio se inclinó un poco y le devolvió la sonrisa –Busco a Jihoon-
 
Wonwoo escaneo al hombre de pies a cabeza. Parecía abogado o algo parecido por su vestimenta. Del otro lado de los grandes ventanales de la tienda se veía el automóvil el cual era custodiado por un hombre de traje y lentes oscuros.
 
-¿Quién lo busca?- preguntó después de unos tensos segundos.
 
-Soonyoung-
 
Wonwoo solo tardo tres segundos para entender todo. Su ceño se frunció y cruzo sus brazos por delante.
 
-Espéreme unos minutos-
 
No quería llevarlo con su amigo. Talvez no conocía a Jihoon como lo hacía Jeonghan o Seungkwan, pero Soonyoung era de por lejos un ser confiable para él.
 
Camino nuevamente a la cocina y le explicó a Jihoon que tenía visitas. Jihoon solo dejo su labor de decorar las galletas y camino hacia el rubio el cual saludo amablemente y lo invitó a su pequeña oficina del local.
 
El lugar quedo en silencio por varios minutos. Wonwoo quería correr a Soonyoung y tirarle toda la crema del local en el rostro, pero su mente también se dividía en seguir los pasos de Chan y preparar la enigmática tarta de la película.
 
-No quería molestarte, lo siento- se disculpó el mayor entrando a la oficina.
 
Un pequeño escritorio donde estaba una computadora. Carpetas por doquier con miles de diseños de decorados en pasteles, tartas, galletas y cupcakes dibujados a lápiz. Fotografías de Sunhee y Seungcheol por todos lados. Algunas en la playa y de la castaña siendo pequeña tomando ella misma la fotografía con sus padres detrás debajo de un bonito árbol.
 
-No te preocupes- Jihoon le sonrió levemente -¿Para qué me necesitabas?-
 
-La próxima semana tendré libre de trabajo- sonrió mirando al más bajo –Y quería pasar algunos días con Sunhee, ya sabes, en mi departamento- Jihoon se sorprendió y boqueo, el rubio se adelantó a hablar nuevamente –Obviamente quisiera que estés con nosotros también-
 
Jihoon sintió su estómago contraerse y las nauseas de los nervios. Aunque hacía tiempo que ya no le causaba nada la presencia de Soonyoung asi que quedaba descartada la idea de nervios.
 
-Claro, deberíamos acordar por sus horarios de clases, ballet y esgrima pero seguro estará encantada-
 
Soonyoung sonrió suspirando de alivio y asintió –Gracias Jihoon, avísame cuando puedas hablar con Seungcheol y que días podría estar con ella, pensaba en nose, cocinar galletas o jugar videojuegos…-
 
Jihoon dejo de prestar atención cuando sintió su cuerpo pesado, sentía como el frio lo recorrió de cabeza a pie.
 
Seungcheol.
 
Su adicción al dulce, sobre todo al chocolate.
 
La repulsión al queso.
 
Las náuseas.
 
Abrió sus ojos grandes y sin darse cuanta cortó la oración del mayor cuando llevo sus manos a su cabello y exclamando –Oh Dios mio-

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Perdón por los errores
y horrores de
ortografía.