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-Seungcheol- lo llama Jihoon

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-Seungcheol- lo llama Jihoon.
 
-Dos segundos- responde el nombrado mientras mira concentrado ambos cartones en sus manos.
 
El castaño suspira y lo vuelve a llamar –Cheol.
 
-No sé cuál elegir- admite sin apartar su mirada de sus manos mirando las muestras de colores.
 
-Cariño- lo llama por última vez y se acerca besando la mejilla del mayor –Aún falta mucho tiempo para que elijas el color.
 
Seungcheol lo mira y sonríe como niño enamorado –Adoro cuando me llamas así- admite y su pareja sonríe –Pero mi hijo debe tener una habitación pintada de un bonito color.
 
-Yo opino que pintemos cada pared de un color diferente- Sunhee aparece entre las muestras de pintura mirando a sus padres mientras carga más trozos de cartones con los diversos tonos de verde y celeste que encontró más bonitos.
 
Seungcheol mira a la niña y luego a Jihoon –Tiene mejores ideas que nosotros dos juntos.
 
La menor suelta una risotada y se aleja buscando más colores.
 
La noticia que serían padres llegó mucho más rápido a toda la familia de lo que esperaba Jihoon. Al día siguiente, a la mañana temprano, sintió un mini paro cardíaco cuando se despertó por su teléfono. Sonando escandalosamente en la mesa de noche, lo tomó atendiendo la llamada sin prestar atención quien era.
 
-Hola- habló tratando de salir del sueño.
 
-¿Cómo es eso que seré nuevamente tío y no lo sabía?
 
El castaño aleja el aparato de su oído viendo el nombre del contacto y lo vuelve a su oído.
 
-Channie, son las cinco de la mañana- le recuerda.
 
-Si me llegó a casar, no te diré absolutamente nada hasta que falte un minuto a que diga si- término colgando la llamada dejando riendo a Jihoon.
 
A las tres horas la llamada de Chan volvió para felicitar a toda la familia, en especial a Sunhee. La menor había contado la noticia a sus amigos y estaban más que emocionados por pronto conocer al bebé.
 
Pero nadie le ganaba en felicidad a Seungcheol. Jihoon conocía la ternura del mayor para ciertas cosas, como con los animales o cuando jugaba con Sunhee cuando era más pequeña, pero jamás lo había visto tan emocionado por su hijo.
 
Todo el tiempo estaba atento a las actitudes y antojos de Jihoon y algo también afectado era el dinero del mayor. Aun no sabían el género del bebé, pero Seungcheol afirmaba que sería un niño.
 
Y a Jihoon no le sorprendió que el timbre sonara un sábado recibiendo a sus padres y el padre de Seungcheol con regalos.
 
-Mamá- se quejó Jihoon como si fuera un niño mientras recibía besos –Dejaras mis mejillas con labial.
 
-Eres malo, solo quiero felicitarlos que pronto tendremos un nuevo integrante en la familia- habló la mujer.
 
-Y gracias a Seungcheol nos enteramos, porque si no, no lo sabríamos hasta que estes por dar a luz- se quejó esta vez el padre de castaño.
 
El pastelero miro a su hermano y rió –Es obvio que serías igual de dramático.
 
-Hay que admitir que podría pasar algo así- afirmó el padre de Seungcheol apoyando a su consuegro.
 
A los segundos dejó una canasta llena de ropa y artículos de bebé que hizo jadear de impresión al castaño. Ropa de bebe, biberones y algunos chupetes, peluches de conejos y baberos, algunos zapatitos y medias. Todo en un tono beige que todos adoraron.
 
-Dios mío, es muy bonito- admitió viendo la diminuta ropa de bebé –Gracias pero no era necesario.
 
-Mi primer nieto debe ser consentido- afirmo el señor Choi.
 
Jihoon miro a su pareja sonrió –Ahora entiendo de donde salió eso de comprar tanto.
 
Algo que sentía muy diferente Jihoon era el acompañamiento de Seungcheol todo el tiempo. Si bien cuando Sunhee estaba por nacer, él estuvo presente a pesar de no ser el padre, tenerlo todo el día, todos los días era diferente. Sentía ese apoyo incondicional. Estaba pendiente en cada detalle.
 
Desde que se levantaba a desayunar comiendo mucho, porque como decían, comía por dos, hasta la hora de dormir, corroborando que no pasara frío. Cuidaba de él como un niño, o más bien, a su niño en camino.
 
Tenía esos detalles que no podía evitar suspirar enamorado.
 
Dejándole chocolates en la almohada cuando se iba temprano o el desayuno en la mesa. Acariciaba su pancita por las noches, deseándole a ambos unas buenas noches. También se encargó de todo referido a la casa. Limpiar, ordenar, llevar a Sunhee al colegio o sus actividades, los trámites como pagar impuestos o comprar la despensa.
 
Detalles grandes o pequeños que solo lo hacían ver cuanto lo cuidaba.

 
Sunhee balanceaba sus pies que no llegaban a tocar el suelo sentada en el banco del patio del colegio, esperando por sus amigos. La voz de Ed Sheeran sonando en sus auriculares mientras cerraba los ojos sintiendo el sol en su rostro.
 
Aunque pareciera extraño, así se disfrutaba más la música.
 
Cuando un pequeño viento cálido llegó a su rostro. Al instante abrió los ojos encontrando a Taeyang con una sonrisa mientras se sentaba a su lado.
 
-¿Tarde mucho?- preguntó abriendo su recipiente con frutos secos compartiendo con la más baja.
 
-No, no mucho- quitándose sus auriculares abrió su recipiente con fruta que le ofreció al pelirrojo.
 
-¿Ya saben que nombre le pondrán a tu hermano?- preguntó mientras comia.
 
-O hermana- sonrió la castaña, si, podría ser una niña y ella sería la más feliz con ello –No, pero papá quiere buscar en libros para ver más opciones.
 
-Debe ser muy importante poner nombre a un hijo- asintió pensando el mayor.
 
-Lo es, cuando le ponía nombre a mis muñecas, después me arrepentía y se los cambiaba por uno más bonito.
 
El pelirrojo soltó una carcajada contagiando a la menor.
 
-Lo digo enserio, así podían tener cinco nombres diferentes.
 
-Eres demasiado tierna- suelta el mayor.
 
Solo tres segundos pasan para notar lo que dijo quedándose sin saber cómo justificar sus palabras.
 
-Lo siento, no quise decir eso- Sunhee levanta sus cejas sorprendida –Aunque si eres tierna, también eres muy bonita.
 
La castaña nota las mejillas del mayor volverse casi al tono de su cabello. Y tan solo escucharlo, sus mejillas se encienden igual.
 
-Y lo digo porque eres muy bonita, no solo porque me gustas- la castaña abre sus ojos grandes impactada mientras el mayor se tapa la boca –No, no dije eso en ese sentido, osea, si hay un solo sentido pero si lo digo en ese sentido… ya me debo callar.
 
Sunhee no dice nada por largos segundos. Ninguno dice nada mientras la castaña balancea sus pies analizando lo que acaba de pasar.
 
-Lo siento- dice después rato un Taeyang mirando sus largas piernas a un lado.
 
-¿Por qué?- pregunta la menor mirándolo al fin.
 
El pelirrojo dirige sus ojos a la castaña mirándolo seriamente.
 
Se detiene en sus facciones, delicadas y bonitas. Desde sus mejillas suaves, sus ojos y cabello. Su sonrisa le fascina cada día más y aquellas carismática personalidad que lo atraía solo queriendo conocerla más.
 
-Me gustas- dice mordiendo su labio inferior.
 
No por los nervios o por la vergüenza, si no por no saber cómo actuaria Sunhee. Jamás se sentiría avergonzado de sentir algo tan bonito por una persona tan increíble.
 
Tal vez era joven y no sabía mucho de la vida del amor. Pero algo era seguro para Taeyang, si se estaba enamorando de Sunhee. No se lo diría.
 
No aún.
 
Sunhee no supo que responder, solo se quedó sin saber que decir.
 
¿Cómo se actuaba en algo así? ¿Decir gracias? No, eso no sería lo mejor. Su corazón se aceleró y era difícil describir como se sintió. Como la sensación de cosquilleo se sentía en su estomago y la alegría inundaba su ser.
 
Le decían mariposas, pero estos parecían más fuegos artificiales.

Pero Taeyang salvó la situación una vez mas. Él lo hacia siempre, solo para no hacerla sentir incomoda.
 
-¿Vamos al cine el viernes?- preguntó volviendo a comer como si nada hubiera pasado.
 
-Debería preguntar a mis padres pero no creo que haya problema.
 
El pelirrojo asintió –Yo les pediré permiso para que te dejen ir-
 
Sunhee sabía que Jihoon era bastante abierto a dejarla pasear y comer con amigos. Le hacía bien interactuar y socializar con chicos y chicas de su edad. Pero también estaba Seungcheol, él era u poco más sobreprotector, podía ser muy divertido pero también demasiado cuidadoso. Y ahora estaba Soonyoung, el no parecía ser divertido cuando lo conocían por primera vez, pero sabía que tenía un buen corazón.
 
El problema era ¿Cómo convencería a los tres?
 
Oh no.

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Perdón por los errores
y horrores deortografía.


STREAM RUBY Y VERY NICE ♦️

Papá Seungcheol 2 → Jicheol ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora