[Capítulo 10: Descanso]

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Francis, en vez de bajarme de una vez al suelo, me dejó sobre la isla de la cocina y, mirando de reojo a mi hermano sonriente, me abrazó por la cintura. Demasiado cerca. En aquel momento no supe qué hacer exactamente y decidí esperar.

- Estábamos intimando un poco~ ¿Quieres unirte?
- No. Y aléjate de él si no quieres que te lance el servilletero.

Con un movimiento amenazador que hizo con la mano, señalando el objeto que había mencionado situado en la mesa del salón, hizo que mi amigo se apartara de mí en un santiamén con una sonrisa algo más nerviosa.

- Que era broma hombre...

Dejó salir un suspiro pesado cuando vio que Scott seguía su camino hacia la cocina, ignorándonos a ambos ya que iba en busca de algo que cocinar. Acto seguido Francis volvió su vista hacia mí y me dedicó una de sus sonrisas amables.

- ¿A dónde quieres ir hoy? ¿Al centro de la ciudad?
- Oh, pues... No sé, lo que vosotros queráis.

Por un momento se me había olvidado que Francis estaba allí para acompañarnos en el paseo que teníamos previsto hacer por la tarde. Recordar aquello hizo que una leve sonrisa se formara en mi rostro y mi amigo no pudo evitar ampliar la suya al ver mi estado de ánimo.

- Muy bien, pues iremos al centro. Haremos turismo como si fuera la primera vez que vienes a Londres~
- Pero antes haz la comida. Ya que vas a comer gratis te encargarás de hacerla.

Mi hermano interrumpió la conversación que estábamos teniendo para dirigirse hacia Francis, a quien le pasó un cuchillo para después dirigirse al sofá sin decir nada más. El rubio puso algunos pucheros al ver que lo había puesto de cocinero, pero su buen humor no menguó y volvió a mirarme con una pequeña sonrisa.

- Hoy vas a tener suerte. Además de tener un increíble sentido de la moda también soy un experto en la cocina.
- ¿En serio? Eso hay que verlo.

Correspondí a su sonrisa con una burlona, incitándolo un poco para que aceptara el reto y obtuve el resultado que quería. Su sonrisa se volvió algo más juguetona y dejó el cuchillo sobre la encimera un momento para poder remangarse la camisa.

- Espera y verás.

Se dio la vuelta después de guiñarme un ojo y fue hacia la nevera para ver qué podía hacer con la comida que teníamos. Decidí entonces bajarme de una vez de la encimera y fui hacia el baño, dejando a Scott y Francis solos entre el salón y la cocina, cada uno centrado en su tarea. Una vez dentro de aquel cuarto cerré la puerta y me quedé mirándome unos segundos al espejo. Esa pareja que se suponía que tenía... ¿Le habría hecho algo malo y por eso me traicionó? Nunca lo sabría, ya que ni siquiera me dejaban hablar con él. ¿Quién sería?

- ¿Dónde has estado?
- Tenía que hacer algunas llamadas y prefería no estar aquí, eso es todo.
- Entiendo...

Pude oír de fondo las voces de los otros dos, hablando en un tono de voz algo bajo para que no los escuchara. Había partes de la conversación que no lograba captar pero la mayoría aún eran audibles. Me pegué a la puerta todo lo que pude para seguir escuchándolos y me mantuve en silencio, poniendo toda mi atención en sus palabras.

- ...por cierto, Estados Unidos ha venido hace poco. Lo eché lo más pronto que pude.
- ¡¿Cómo?! Ese desgraciado... Aún tiene cojones de presentarse aquí después de todo lo que ha hecho.

Francis le sugirió que volviera a bajar su tono de voz ya que debido al enfado la había alzado demasiado y Scott respondió con un chasquido molesto. ¿Qué era lo que había hecho para que les cayera tan mal? ¿Y por qué lo llamaban ahora Estados Unidos? Quería enterarme de todo de una vez pero sabía que todavía quedaba mucho para que llegara ese momento. Un suspiro pesado se escapó de entre mis labios y decidí seguir con mi objetivo inicial. Cuando terminé de hacer mis necesidades, salí de allí y regresé a la estancia donde estaban Scott y el francés, ahora ambos en la cocina. Al parecer mi hermano se había acercado a la isla de la cocina para poder hablar con el otro, dejando la televisión encendida y sonando de fondo como si fuera la radio. Ambos me miraron una vez que los alcancé y decidí hacer como si no me hubiera enterado de nada, sacando un tema de conversación cualquiera exitosamente.

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