[Capítulo 11: Magia]

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- Pues nada, a registrar la casa...

Francis suspiró un poco y fue entonces cuando decidí llegar de una vez al salón, actuando como si no hubiera escuchado nada. De todos modos no había entendido ni una sola cosa de lo que dijeron. ¿Hechizo? ¿Noruega y Rumanía? Los otros dos se sobresaltaron un poco al verme allí de repente y se preocuparon más por mi estado que por el hecho de que pudiera haberlos oído.

- ¿Ya te encuentras mejor? ¿Te duele algo?

Ambos se encontraban en el sofá pero se levantaron de inmediato para acercarse a mí en cuanto entré en la sala. Scott fue el primero en aproximarse, cogiéndome suavemente de las mejillas para mirarme a los ojos en busca de cualquier alteración que pudiera darle a entender que le estaba mintiendo. Pero no tenía por qué mentirle sobre ese tema. Le sonreí levemente y aparté sus manos agarrándolas con delicadeza para transmitirle mi tranquilidad.

- Ya estoy mucho mejor. Solo ha sido un desmayo.

Vi cómo apretaba un poco su mandíbula y desvió la mirada sin decir nada más. ¿Acaso había ocurrido algo después de que me quedara inconsciente? Fruncí levemente el ceño y quise preguntarle por ello, mas Francis me interrumpió poniéndose también a mi lado.

- Nos diste un buen susto... ¿Qué te pasó exactamente?

Scott se zafó de mi agarre y se dirigió hacia la cocina aún en silencio, comportamiento que obviamente tenía que ver con lo que me había pasado. Lo seguí un par de segundos con la mirada antes de centrar mi atención por completo en el francés, a quien sonreí también intentando no darle mucha importancia al asunto.

- No lo sé... Fue algo muy extraño. Ver el puente hizo que empezara a dolerme todo el cuerpo.
- ¿En serio?

Asentí un poco y no pude evitar volver a mirar a mi hermano. Tenía que preguntar aun sabiendo que no me dirían nada.

- Esto... ¿Ocurrió algo más después de que me desmayara?

Scott siguió en silencio y dándome la espalda mientras depositaba el vaso de agua que había cogido sobre la encimera, agachando la cabeza poco después como si algo le impidiera contarme toda la verdad. Viendo su reacción decidí volver la vista a Francis y este evadió mis ojos inmediatamente. Apreté un poco la mandíbula para guardarme cualquier comentario inadecuado en aquella situación e intenté calmarme dejando salir un largo suspiro. Como suponía, iba a seguir sin saber nada.

- Vale, ya veo que no vais a contármelo. No insistiré más.

Bordeé a mi amigo, quien permaneció en silencio al igual que mi hermano, y me senté en el sofá con pesadez. ¿Tendría que recordarlo todo por mí mismo? Si ellos no pensaban ayudarme, ¿qué estaban haciendo? Esas preguntas me hicieron recordar la charla que tuvieron antes y a punto estuve de delatar mi espionaje. Scott impidió que lo hiciera.

- No aguanto más teniendo que escondértelo todo. Voy a responder todas tus preguntas de una vez.
- ¡Scott!

El susodicho le dedicó una mirada al francés que solo él pudo ver ya que Francis me bloqueó las vistas con su figura, pero al parecer aquello bastó para hacerle callar o entrar en razón. No aparté mis ojos de Scott en ningún momento desde que salió de la cocina hasta que se sentó en el otro sofá frente a mí y supe que iba en serio en cuanto pude ver la determinación en sus ojos. Tragué saliva con cierta dificultad y me eché un poco hacia adelante, preparándome para lo que tuviera que escuchar.

- ¿En serio? ¿Cualquier pregunta?
- Sí. Adelante.

Francis se acercó poco después para ponerse junto a mi hermano pero él decidió dejar sus ojos clavados en la mesa. Parecía más preocupado por lo que pudiera pasar que yo. Pero decidí no darle más vueltas al tema y concentrarme en las respuestas que quería conocer de una vez por todas.

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