[Capítulo 12: Paz]

20 5 7
                                    

Cuando abrí de nuevo los ojos, otra vez en mi habitación, por un momento pensé que había vuelto a la normalidad. Pero intenté recordar algo, cualquier cosa de mi pasado, y lo único que se me vino a la mente fue la discusión que tuve con Scott y Francis. Aunque ahora debería llamarlos Escocia y Francia. Me fui incorporando lentamente en la cama y me percaté de que no estaba solo. Mi hermano estaba durmiendo a un lado de la cama, sentado en una silla mientras dejaba apoyar sus brazos sobre el colchón lo más retirado posible de mí para no molestarme. Terminé de sentarme con cuidado para no despertarlo y aparté la mirada de él aún algo enfadado, clavándola en las sábanas celestes que me cubrían y dándome cuenta de que me habían cambiado la camiseta. Quería entender sus motivos pero seguía enfureciéndome y no podía evitarlo. Necesitaba echarle la culpa a alguien más que a mí mismo. Y odiaba eso. Fijé mi vista entonces en el reloj que tenía sobre la mesita de noche y comprobé que, al menos, solo había estado durmiendo poco más de una hora.

- Soy penoso...

Me llevé ambas manos a la cabeza para apartar algunos cabellos de mi rostro y dejé salir un largo suspiro. ¿Qué sería lo que me pasó para que decidiera acabar con todo de esta forma tan radical?

- No lo eres.

Su voz me sobresaltó un poco y alcé la vista para posar mi mirada de nuevo sobre Escocia, quien se estaba restregando un poco los ojos para terminar de despertarse. Me percaté mientras tanto de que él también se había puesto una muda limpia y menos mal. No quería ver más sangre. Nos quedamos unos segundos observándonos en silencio hasta que fui capaz de decirle algo frunciendo levemente el ceño.

- ¿Eres mi hermano de verdad? ¿O eso fue otra mentira?
- No, no, eso es verdad...

Bufé un poco e hice el amago de levantarme de la cama, mas su mano me detuvo con suavidad al posarla sobre una de mis piernas. Quería estar un tiempo a solas, alejarme de todos un tiempo para pensar en lo que acababa de pasar, pero él no parecía entenderlo.

- Escucha... No te dijimos nada precisamente por esto. Queríamos que lo recordaras tú todo a su debido tiempo ya que es algo demasiado complicado de asimilar...
- ¿Complicado? Esto es surrealista.

Acabé apartándome de él con brusquedad y al fin pude levantarme de la cama. Fui directo hacia la puerta y no pude dar ni 2 pasos cuando mi hermano bloqueó la salida. Mi furia crecía por momentos y no quería pagarlo con él.

- Aparta.
- ¿Es que no lo entiendes? ¡Lo hicimos por tu bien! ¿Por qué te enfadas con nosotros cuando lo único que hemos estado haciendo es protegerte?

No pude evitar reírme un poco al escuchar ese comentario y Escocia cambió su expresión preocupada por una de incertidumbre. Que dijera eso me cabreaba aún más.

- No me vengas con esas... Si me lo hubieseis explicado desde el principio tal vez me habría sido más fácil asimilarlo.
- ¡O podrías haber entrado en pánico como hace un rato! ¡¿Qué es lo que te cuesta tanto entender?!
- ¡He estado estos días intentando recordar una vida que no tenía y vosotros no me dijisteis nada! ¿Cuánto de todo lo que me habéis contado ha sido verdad? ¡Ya no sé qué creerme y qué no!

Ahora el que parecía molesto era él. No tardó ni dos segundos en cogerme del cuello de la camisa y me miró a los ojos con desdén. Conque así era en realidad. Pero yo tenía todo el derecho a expresar mis sentimientos y no estaba de acuerdo con la decisión que tomaron. Había estado intentando rehacer mi vida dentro de una mentira.

- ¡Pues no haberte borrado la memoria! ¡Solo te gusta llamar la atención y hacerte la víctima sin pensar en las consecuencias ni en los demás! ¡¿Acaso crees que me importa a mí o a alguno de nosotros lo que te ha pasado?! ¡Sorpresa, a nadie le interesa! ¡Solo nos preocupan las repercusiones que pueden haber si un país olvida quién es! ¡Si me vine aquí contigo fue para asegurarme de que no hacías ninguna otra estupidez que pudiera poner en peligro a los otros!

Lies and LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora