[Capítulo 7: Misterio]

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Cuando al fin nos separamos, mi hermano regresó a la cocina para continuar con la cena mientras que yo intenté proseguir con mi intento de ducharme. Evité en todo momento el espejo para no volver a ver aquellas marcas desgarradoras y logré salir del baño después de 15 minutos. Me sentía sucio con tantas marcas por mi cuerpo y estuve un buen rato enjabonándome. Cuando salí, ya vestido y con una toalla aún por mi cabeza para secarme el pelo, fui directo al salón donde la mesa ya estaba completamente puesta. Scott seguía en la cocina terminando de hacer lo que parecía ser una ensalada mixta. Cuando me sintió llegar me miró de reojo un instante antes de volver al cuenco donde estaba la ensalada.

- ¿Te encuentras mejor?
- Supongo que sí...

Me acerqué a la mesa para ver mejor lo que había preparado y no tenía muy buena pinta a pesar de oler bien. No me daba mucha confianza.

- Está bueno, no le des tanta importancia al aspecto.

Mi hermano, como si hubiera podido leerme la mente, se puso a mi lado dejando el cuenco en el centro de la mesa mientras me miraba de soslayo.

- Pruébalo y si no te gusta pediremos algo a domicilio.
- No voy a desperdiciar la comida que has preparado, me lo comeré todo.

Le sonreí levemente y me senté al fin en el sofá dejando la toalla sobre mis hombros para que, lo poco que quedara de agua en mi pelo, cayese sobre ella y no sobre mi camiseta. Scott se sentó en una silla a uno de los extremos de la mesa, a mi derecha, y ambos empezamos a comer lo que fuera que hubiese preparado, porque había tanta cosa en el plato que no lograba identificar nada. Me llevé un pequeño trozo de aquella mezcla a la boca y, sorprendentemente, estaba muy bueno.

- ¿Te gusta?

La pregunta de mi hermano me hizo mirarlo aún algo sorprendido al saborear aquello y le asentí levemente mientras terminaba de tragarme la comida.

- Tenías razón, está muy bueno.

Volví a sonreírle algo más amplio y pude notar un leve sonrojo en su rostro, el cual intentó disimular regresando sus ojos al plato mientras cogía otro pedazo.

- Gracias...

Ambos proseguimos con la cena en relativo silencio, intercambiando solo algunas palabras triviales. Ninguno de los dos quería hablar de nada de lo que pudiéramos arrepentirnos luego. Para cuando terminamos de comer, eran cerca de las ocho y media de la tarde y nos levantamos para recoger y limpiarlo todo. Fue en aquel momento, frente al lavavajillas, en el que Scott decidió romper el silencio que empezaba a embriagarnos.

- Mañana, si quieres, podemos dar una vuelta por los alrededores. Puede que te ayude a recordar algo.
- Oh, de acuerdo. No es mala idea.

Le dediqué otra leve sonrisa y él me la correspondió mientras terminaba de colocar el último plato dentro de aquella máquina. Una vez que se incorporó siguió con la conversación a la vez que sus ojos me observaban con cierta duda.

- Podemos avisar a alguien más para que venga con nosotros. Así vas conociendo poco a poco a... tus amigos.
- Está bien... Llama a quien quieras. Después de todo yo no podría elegir.

Esta vez mi sonrisa mostró cierta tristeza y amargura. No pude evitarlo. Aunque quería aparentar cierta estabilidad, a veces sentía que no podía ocultarlo todo o podría explotar. Supe que mi hermano se había percatado de ello al ver que sus cejas se fruncían, comprendiendo mi dolor, y acabó apartando la mirada.

- Claro... No te preocupes, yo me encargo de todo.

Después de aquello el silencio volvió a invadir la sala hasta que decidimos sentarnos en el sofá y poner la televisión. Esta fue la que disipó de alguna manera el breve silencio que había entre ambos, ya que ninguno de los dos nos sentíamos con ganas de hablar de nada. Tenía la impresión de que Scott solo quería que acabara el día de una vez y yo sentía lo mismo. Al final solo estuvimos en el salón media hora más, ya que decidí irme a mi habitación para meditar en soledad y mi hermano se fue también. Nos dirigimos cada uno a nuestros respectivos cuartos y, a partir de ese momento, no supe qué sería exactamente lo que estaría haciendo Scott. Yo necesitaba pensar en lo que me estaba pasando pero, ¿se pondría él también a pensar en ello? ¿En qué hacer los próximos días? Seguramente ya lo estuviera haciendo pero no solo ahora. También lo habría hecho posiblemente durante todo el día ya que preocuparse por un familiar es algo normal. Aunque, ¿y mis amigos? ¿Qué estarían pensando ellos sobre todo esto? ¿A quién llamará mi hermano para que venga mañana? ¿Le obligaría a venir? Kiku no me dejó aquel tema muy claro pero entendí que no les caía muy bien a todos. Supongo que, por el momento, tendré que conformarme con falsas apariencias. Estando en esta situación muchos de ellos no van a presentarse tal y como eran conmigo antes de que todo esto pasara.

Lies and LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora