[64]

7K 1K 1K
                                    

Sentía que su cabeza explotaría en cualquier momento.

Mientras la conversación fluía, en su mente daba vuelta todo el tiempo lo que Jeongin le había dicho hace unas horas, e intentaba convencerse fielmente de que el chico de los mensajes no era el pequeño al que tanto echaba de menos.

No podía ser él, ¿verdad?

No pudo seguir contestando, sintió su pecho apretarse y una fuerte puntada atacó su sien, quedándose unos segundos mirando a la nada mientras su frente palpitaba y a su respiración le estaba costando trabajo continuar funcionando de manera correcta.

Le habló a sus amigos con desesperación aún cuando las manos le temblaban. El estómago se le revolvió y tan solo estaba sentado en el sofá mordiendo sus uñas y agitando su pie esperando por ellos, intentando calmarse.

Apenas escuchó el auto estacionarse, se levantó rápido y caminó a la puerta cuando el timbre resonó por toda la residencia.

Se sentaron los cuatro en silencio sobre los sillones, nadie atreviéndose a hablar porque no sabían exactamente qué decir.

—No quiero creer que es él— Soltó Minho de pronto.

—¿Por qué no?— Preguntó Jeongin, quien se había sentado a su lado y acariciaba su espalda suavemente en muestra de apoyo.

—Porque no puede ser que sea tan imbécil como para no haberlo notado antes...

—No digas eso, creo que cualquiera no pensaría inmediatamente la idea de quién fuese... Además, aún no sabes si es realmente él— Mencionó el más bajo de todos.

Yang puso una mano sobre el muslo de Minho cuando notó que no lo dejaba quieto, y ofreció en ir a buscar vasos y agua para que pudiesen estar más tranquilos.

Y Lee tomó tres tragos de una sola sorbida.

—Ve lento, no se va a acabar

Soltó un suspiro y sujetó el cristal fuerte entre sus manos.

Siempre que las cosas en su vida se complicaban y se sentía ansioso, bebía agua sin intenciones de detenerse. Podía tomarse hasta cinco botellas en tan solo una hora, y de todas formas seguía con ganas de más.

Era una manera rara de suavizar las cosas, pero desde pequeño recuerda tener esa manía.

—¿Qué se supone que haga? No puedo solo preguntarle si es él o no

—¿Por qué no?— Preguntó Changbin.

—Porque puede aterrarse y bloquearlo— Contestó el menor a un lado de Lee—. Pienso que deberías seguir hablándole como si nada

—No creo poder hacerlo...

—Si quieres saber si es realmente, hazlo. Con el pasar del tiempo va a decírtelo por su cuenta

—O... puedes convencerlo para que se junten— Mencionó Seungmin entonces, logrando que todos pusieran sus ojos en él, no entiendo el por qué de sus palabras— ¿Qué? Tienes que jugar con su susceptibilidad

—¿De qué hablas?

—Piénsalo, supongamos que te confiesa que es él, ¿y luego qué? Te va a bloquear como Jeongin dice, pero vas a seguir sin saber dónde está

—Él... me dijo que quiere escaparse

—¿Lo ves? Puedes ayudarlo con eso, convéncelo

—Tienes una mente... macabra— Dijo Seo, alejándose un puesto de su lado.

—¿Se te ocurre una mejor idea?— No hubo respuesta por parte del chico— Eso pensé




———————————





Babi Store | Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora