Babi Store | Minsung

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"—No, yo no quiero arreglarlo... Quiero que no nos volvamos a ver

—No me hagas esto, cariño, por favor...

El chico cayó de rodillas al suelo, sintiendo su alma y corazón partirse en miles de piezas las cuales ya no podrían volver a ser unidas, las lágrimas rodaban por su rostro, y tan solo deseó que todo-"

—¿Qué lees?— Interrumpió Hyunjin entonces, entrando al cuarto mientras Jeongin seguía mirando las hojas.

—Estaba sobre el mueble, tenía un marca-páginas puesto y me dio curiosidad— Respondió mientras lo cerraba y ponía el cartón en el mismo lugar que estaba—. No sabía que te gustaban las novelas románticas

—¿A ti no?

—No realmente, prefiero la literatura de fantasía o drama

—Las historias de amor me ayudan cuando no puedo dormir

Jeongin se giró en su puesto y vio al mayor sentado en el borde de la cama, ya con ropa cómoda y su cabello aún algo húmedo echado hacia atrás, dejando así su piel completamente descubierta.

Mierda, ¿era su idea o se veía más atractivo de lo usual?

El más alto palmeó sus muslos cuando Yang lo observaba, haciéndole entender que se sentara sobre estos, sintiéndose feliz internamente porque el chico no tardó en acatar e ir donde él, tomando lugar en sus piernas y rodeando su cuello con las manos.

Jugueteó con sus hebras oscuras mojadas, ordenándolas un poco mientras Hyunjin lo observaba con ojos brillantes, tomando bien su cintura para luego depositar un suave beso en su cuello expuesto, paseando su nariz por la misma extensión.

—Innie...— Susurró aunque la casa estuviese completamente vacía— me encantas

El menor sintió su estómago revolverse, y antes de que pudiese darse cuenta que sus mejillas habían enrojecido, unió sus labios con cariño y ternura, Hyunjin sonriendo entre el beso y haciendo que se diera la vuelta para quedar sobre él en la cama.

La humedad del pelinegro comenzó a bajar por todo su cuello y parte expuesta del pecho, mordisqueando y dejando marcas por toda la blanquecina piel del más bajo.

—Hyung...— Interrumpió entonces, alejando a Hwang un poco, haciendo que se detuviera.

—¿No te gusta? ¿Hice algo mal?

—N-No, no es eso, solo... tú... ¿tú quieres que lo hagamos?— Soltó de golpe.

—¿No crees que eso sería un poco apresurado?

—No lo sé, tal vez... y-yo pensaba que tú querías

—Solo me gusta tocarte y sentirte más cerca— Dijo con honestidad y dulzura, saliéndose de encima y apoyándose en unos de sus codos sobre las sábanas, su mano libre acomodando los cabellos desordenados de Jeongin—, no tengo prisa, pienso que un poco de roce no hace mal a nadie, ¿o sí? ¿Te molesta que sea así contigo?

—Mhm, no... de hecho m-me gusta...

Una sonrisa se asomó en la boca del mayor, y se acercó para dejar un beso en la frente ajena antes de hablar— ¿Sabes? Hacer el amor no es solo tener sexo

—¿No?

—Claro que no, ¿o acaso hay reglas que digan estrictamente que lo es?— Preguntó retóricamente, levantándose y acomodándose mejor en la cama, ayudando al castaño a sentarse también— Quizás es la forma más... "entregada", pero el amor no solo se demuestra de esa forma

—No estoy comprendiendo...

—¿Qué es la "virginidad", Innie?

—Uhm...— Pensó un poco, no sabiendo bien cómo contestar— ¿cuando aún no has tenido sexo con alguien?

—Puede ser, realmente no hay una definición exacta— Opinó—. Para mí... es inocencia, solo inocencia en cualquier aspecto sexual

—¿Cómo?

—Pienso que ya no eres virgen desde el momento en que te tocaste de alguna forma con alguien más, un roce, porque ya perdiste ese pedacito de inocencia... siempre y cuando sea consentido

—Oh... jamás lo había visto de esa forma— Mencionó, esas palabras quedándole grabadas en la mente—, no sabía que eras tan poético

—Vete a la mierda

Jeongin rió y pronto abrazó al más alto, quedando sobre él y dejando un pequeño beso en sus labios para que dejase de hacer puchero.

—Estoy bromeando, no te enfades... ¿Piensas que-

El teléfono de Hyunjin empezó a sonar sobre el escritorio, así que el menor se quitó de encima mientras veía al chico levantarse para ir hasta el, confundiéndose cuando lo vio fruncir el ceño ante la pantalla.

—¿Jisung?— Contestó entonces— Uh... no, estoy en mi casa con Jeongin... ¿Qué?... Hey, cálmate, ¿sí?... De acuerdo, vamos enseguida, intenta tranquilizarte

—¿Está todo bien?— Preguntó el menor ahora preocupado.

—Minho... no saben dónde está, y su papá tampoco contesta

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