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—Oppa, ¿qué ocurre? Llevas actuando extraño todo el día— Mencionó, observándolo preocupada.

Y es que era la segunda bandeja que dejaba caer, sus manos temblaban sin parar y su mente no se concentraba en sus acciones. Su cuerpo se movía, pero él no conectaba de manera correcta.

Estaba tan ansioso.

—Lo lamento, me siento muy mal, es todo

—¿Estás enfermo? Deberías irte a casa entonces, Min, es muy peligroso para ti que sigas acá

—Me quedaré hasta el cierre, tengo que ordenar unos documentos que me pidió mi papá

—Oppa...

—Estaré bien, lo prometo, tú ve a atender, yo me quedaré en la caja, ¿de acuerdo?

Dejó un pequeño beso en su mejilla para tranquilizarla, Minjeong solo asintiendo y retirándose luego cuando los clientes comenzaron a requerir de sus servicios.

De forma inconsciente la vista de Minho se iba cada segundo hacia la ventana y la puerta, esperando por verlo siquiera asomarse en la esquina.

Pero las horas pasaban y seguía sin aparecer.

Se dijo a sí mismo que esperaría unos minutos por si tal vez algún inconveniente le había dificultado llegar a la hora que le mencionó en la carta, así que se quedó ese rato ordenando algunas cosas en el lugar ya completamente vacío.

Tan solo sus pies moviéndose de un lado a otro y sus manos acomodando las carpetas hacían ruido en el silencio del local.

Ya eran las 21:20

Tenía tantas esperanzas... Pero en el fondo sabía que debía prepararse mentalmente por si no llegaba.

Soltó un suspiro, resignado, yendo a buscar sus cosas a la parte trasera de los vestidores para finalmente retirarse, caminando de vuelta al mostrador para sacar las llaves del local.

Entonces el pequeño ruido de la campanilla en la puerta resonó entrando por sus oídos.

Se sintió como la primera vez que se reencontraron.

Jisung con su respiración agitada, sin saber qué decir o hacer, Minho con las pupilas dilatadas, acercándose de forma lenta y cuidadosa para saber si aquello que sus ojos veían era cierto y no producto de su imaginación.

—Hey... ¿Llegué muy tarde?— Soltó de pronto.

—Un poco, tal vez— Bromeó para suavizar el ambiente, invitándolo a sentarse en una de las mesas— . ¿Tienes hambre? ¿Quieres algo de beber?

—No realmente, uhm... un vaso de agua está bien

No era incómodo, era tenso.

Ninguno sabía realmente cómo empezar, o por dónde hacerlo. Minho no podía quitar los ojos de su rostro y eso hacía al menor incapaz de mantenerle la mirada o siquiera alzar un poco su vista para observarlo de vuelta.

—El bus tardó en pasar... por eso llegué tarde

—No te preocupes, lo bueno es que llegaste

Jisung pensó que pasó desapercibido, pero el leve color rojo que sus orejas adquirieron por ese comentario provocó una leve sonrisa en el más alto.

—Supongo que ya terminaste tus estudios

—Ajá... estaba pensando en volver a mi trabajo anterior, pero no lo sé aún

—¿Por qué no?

—Estoy decidiendo entre trabajar ahí o seguir con mi tienda

—O trabajar aquí, ya veo, son tres opciones muy difíciles de escoger— Bromeó.

Aunque tal vez en el fondo no estaba bromeando.

Se alegró por causar una leve risa en el rubio, quedándose en silencio de pronto cuando sus ojos volvieron a encontrarse.

Esta vez Jisung no apartó la mirada.

—¿No quieres trabajar acá?

—¿Me invitaste a hablar o a una entrevista de trabajo?

—Ambas— Molestó—. ¿Seguro que no tienes hambre?

—Seguro, además... todo esto me tiene el estómago revuelto

—Tú... ¿estás mejor? Hyunjin me comentaba algunas cosas, pero eran solo indirectas entonces al fin y al cabo era yo asumiendo cómo estás

La conversación se tornó seria, de forma inconsciente el menor comenzando a jugar con sus manos por la ansiedad.

—Hace poco comencé a ir al psicólogo

—¿Hace poco?— Jisung se golpeó mentalmente por decirlo, no planeaba que el castaño supiera eso— Sé honesto conmigo, ¿sí? Realmente quiero saber cómo has estado, no voy a juzgarte

—Minho... yo no me fui porque quería estar bien, me fui porque quería que tú estuvieras bien, que fueras feliz— Soltó finalmente.

—Yo era feliz contigo

—Sabía de todas tus citas al médico y exámenes cerebrales por el estrés, no hace falta que me lo ocultes, ya no más

El mayor quedó en blanco, sintiéndose culpable por escondérselo durante su relación.

—Fueron muchos meses que estuve en Busán solo... dejándome

—Hyunjin me comentó algo sobre tus problemas para comer

—El psicólogo dijo que era... anorexia ansiosa— Confesó con la voz tenuemente temblorosa, tragando duro y no importándole cuando Minho tomó su mano por encima de la mesa.

—¿Y cómo vas con eso?

—Estoy en tratamiento, me cuesta comer aún, pero... al menos ya puedo hacerlo sin sentir náuseas

—Me alegra saber eso, pronto vas a poder recuperarte por completo, ya verás— Jisung le sonrió de vuelta, bajando la vista a sus manos aún juntas, haciendo que Minho intentara quitarla porque, quizás, aquello había incomodado al rubio.

Pero Jisung la sujetó antes de que pudiera alejarla por completo.

—No me molesta

Y es que su toque lo reconfortaba, él siempre lo hacía sentir seguro, a salvo, en confianza para decir lo que sea que lo tuviese inquieto.

A pesar de los meses, eso no había cambiado.

—¿Qué hacemos, Hannie?

—¿Con qué?

—Con nosotros... ¿Debo seguir esperando por ti? ¿Ilusionándome? ¿O luego de que te vayas oficialmente todo queda hasta acá?

—Tú... estás con Minjeong, no voy a interponerme entre ustedes

El corazón del mayor se agitó cuando no negó de forma directa.

—Ella sabe sobre ti... nuestra "relación" no es seria, ambos lo acordamos

—¿Estás usando a alguien, Lee Minho?— Alzó una ceja en su dirección, provocando una leve risa en él.

—Por acuerdo mutuo y consentido— Corrigió—. ¿Ya me desconociste?

Jisung rió de vuelta, frotando con su pulgar la mano ajena que seguía con la propia.

Era... lindo.

Era lindo pensar que ambos en su cabeza lo único que querían era abrazar al otro y unir sus labios hasta que se les fuera la respiración, pero por obvios motivos ninguno lo decía o expresaba en voz alta.

—Quizás no es mala idea...

—¿Qué cosa?

—Trabajar aquí— Los ojos de Minho brillaron, haciendo que el latido de su corazón se acelerara—. Tal vez-

—Con una condición— Interrumpió.

—¿Condición? ¿Cuál?— Jisung se confundió, sonrojándose cuando el mayor ahora tomó ambas manos con las suyas, observándolo con una sonrisa y la vista brillante.

—Si trabajas acá, debes dejarme conquistarte otra vez hasta que aceptes volver conmigo




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©LovinV 🧸

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