Babi Store | Minsung

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—H-Hyung...

Había silencio completo en la casa, solo se escuchaban los suspiros y el movimiento de sus cuerpos dentro de la habitación del menor, los besos de Hyunjin seguían esparciéndose por todo el cuello del más bajo, mientras este solo aguantaba la respiración e intentaba evitar que cualquier sonido se escapase de su boca.

Las manos del pelinegro bajaron a su cadera con cuidado, tan solo acariciando de a poco, como si estuviera pidiendo permiso sin necesidad de hablar.

Sentía su pantalón apretarse, sobre todo por tener los dedos de Jeongin tironeando el cabello de su nuca, moviéndose inconscientemente sobre su regazo.

Cambiaron de posiciones, y pronto la espalda del castaño estuvo contra la cama, uniendo sus labios con los ajenos a la par que sus lenguas se entrometían de vez en cuando.

El sudor rodaba por sus frentes, por sus espaldas, el corazón les latía sin freno y las mejillas del menor ya se habían coloreado completamente de rojo.

—¿Seguro que-

—¡Jeongin! ¡Estoy en casa!— Se escuchó de pronto un grito en la sala mientras la puerta era abierta y cerrada de golpe.

Mierda.

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