Babi Store | Minsung

[78]

23:10pm

Su cuerpo no dejaba de temblar.

Estaba en una banca de madera mientras mantenía las manos entre sus piernas en un intento de que se calentasen, sus ojos ardían y su cabeza palpitaba sin parar. Tan solo un delgado abrigo lo cubría y ni siquiera alcanzó a poner calcetines en sus piecitos.

Jamás había corrido tanto como en ese momento.

Simplemente vio que no había nadie, no entendía bien en realidad qué estaba pasando, de un momento a otro una puntada fuerte llegó a su pecho y se fue sin pensarlo mucho.

Quería ir donde él, pero tenía miedo de que las cosas no salieran como lo imaginaba.

No tenía teléfono, no tenía dinero... no tenía nada.

Su estómago rugía, rogando por algo de comer, su garganta estaba seca y apenas sentía las piernas, así que con mucho esfuerzo y siseando un poco del dolor, se levantó y decidió buscar por ese restaurante de comida rápida al que solía ir cuando vivía en su departamento.

Todavía las personas rondaban por la calle, y más de una se le quedaba mirando por su claro aspecto demacrado, pero decidió ignorarlas porque lo último que necesitaba en ese momento era estresarse aún más por culpa de ojos ajenos.

Cuando llegó finalmente, empujó con debilidad la puerta haciendo que una pequeña campana tintineara llamando la atención de la gente dentro, que no era más que un cliente y la señorita Park, dueña del lugar.

—¡Chiquillo, hace mucho tiempo no te veo por aquí! ¡¿Qué te pasó?!— Preguntó preocupada, tomando la cobija que cubría su asiento para rodear con cuidado al menor.

—Es una muy larga historia...

—¿Tienes hambre? Aún me queda sopa de algas y si quieres puedo-

—N-No, no tengo dinero, solo quería pedirle su teléfono para llamar a alguien

—No te preocupes por eso, pequeño— Dijo ella con cariño, ayudándolo a que tomara asiento en una de las mesas— Te traeré comida y luego podrás llamar a quien necesites, ¿bien? Va por la casa

—Bien... gracias

Sintió su corazón latir contento cuando llevó la primera cucharada a su boca, mordisqueando el pan al vapor que estaba a su lado y tragando de golpe el vaso con agua que acompañaba todo.

Parecía que no hubiese comido en días.

Cuando acabó, se aseguró de no dejar ningún rastro de comida, y cerró los ojitos un segundo procesando qué diablos haría ahora.

Quería ir a casa de Minho... pero el miedo era demasiado alto.

Su mente no dejaba de repetirle que las cosas saldrían mal, que quizás ni siquiera le abriría la puerta y probablemente ya no le importe como antes.

Y no podía culparlo, después de todo era su culpa que todo se hubiese ido a la mierda.

Si tan solo no se hubiese dejado manipular, nada de esto habría ocurrido.

—¿A quién necesitas llamar, corazón?

—Uhm... ya no es necesario, tan solo me iré, muchas gracias por la comida

—Hey, no te vas de aquí hasta que me expliques porque tienes los ojos tan rojos y tu labio está roto... Además, ni siquiera estás vestido apropiadamente

No respondió, y bajó la vista cuando la mujer se sentó enfrente suya, tomando su mano por encima de la tabla de madera.

—¿Alguien te hizo algo? Sabes que puedes confiar en mí

—Escapé de casa

—¿Huh? Creí vivías solo

—Lo hacía, pero mi novio me convenció de irme con él y... las cosas no salieron bien, es todo

—¿Quieres que llame a la policía?

—No, por favor, no— Rogó con pánico, alzando la mirada de golpe—. No necesito más complicaciones, ya he tenido suficientes

—No puedes solo dejar todo así... ¿Tienes a alguien que por lo menos venga por ti?

—Solo quiero volver con Minho...

—¿Minho es tu novio?

—No, él... es la única persona que realmente amé, y lo dejé ir porque soy un idiota

—¿Dónde vive?

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