[150; final💌]

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Su papá se había ido hace unos días a Filipinas, por lo que parecía todo estar a su favor al tener la casa sola justo para aquel momento tan especial.

Fue al supermercado temprano para poder comprar los ingredientes que necesitaba, planeaba cocinar varias cosas, enfocándose en los platillos favoritos del rubio.

Esperaba que sus gustos siguieran igual.

Así que mientras tenía algunas cosas casi listas, comenzó con la comida principal. Puso algo de música para subir su estado de ánimo aún si no era necesario pues esa gran sonrisa en su rostro no se le había borrado en todo el día.

Apenas pudo dormir por los nervios.

Tomó una ducha, puso algunos productos para su piel, se vistió con el mejor conjunto que tenía y terminó de sacar las cosas que estaban en el horno.

Estaba lloviznando levemente afuera, esperaba que Jisung trajera un paraguas, ya debería venir en camino.

El timbre de la reja principal revolvió su estómago.

Quitó su delantal de cocina, se acomodó un poco más observando su reflejo en el espejo del pasillo y respiró profundo antes de abrir.

Sí traía paraguas.

—¿Te mojaste?— Preguntó una vez lo hizo pasar, retirando el abrigo por él y dejándolo en el perchero.

—No, por suerte cuando iba saliendo me di cuenta del clima

Siguió a Minho por detrás, y no pudo evitar sonrojarse cuando este tomó su mano con cuidado para poder guiarlo hasta la mesa.

Sabía que Jisung no era una persona muy romántica o cursi, él tampoco lo era de todas formas, pero aún así se tomó el tiempo de decorar un poco la superficie; dos individuales de tela, una pequeña vela encendida y un florero que tenía un solo tulipán de color rojo.

—Aprecio tu esfuerzo— Comentó tomando lugar en una de las sillas.

—Y yo aprecio que lo aprecies

Había algo de música en la computadora del mayor para evitar formar un silencio incómodo entre ambos, era una cita después de todo, los dos estaban nerviosos y ansiosos por la ocasión. Ninguno sabía cómo comenzar una conversación y para eso la botella de vino estaba sobre la mesa.

No se excedieron, claro que no, pero los ayudó a relajarse y eventualmente empezaron a hablar sin problema.

Bueno... quizás sí se pasaron un poco al cabo de unos minutos.

—¿Me permite esta pieza, señor Han?

—No seas bobo

La lluvia se había potenciado afuera, Minho puso la música un poco más fuerte y se había tomado el encanto de levantarse y ofrecerle su mano a Jisung para que bailaran.

Quizás el alcohol lo hacía actuar un poco más estúpido de lo que le gustaría, y quizás los cachetes del menor ya estaban colorados por lo mismo.

—Yo no bailo, tienes que guiarme

Y estaba claro que ninguno de los dos podía, bailaban algo improvisado que Minho ingenió en el momento, provocando risas en Jisung quien había tomado la botella de vino directamente con la mano para tomar desde la misma.

—¿Es un buen vino?— Preguntó el mayor de pronto, riendo por la actitud contraria.

—No sé, deberías probarlo

La botella ya estaba vacía, ambos habían perdido casi por completo la consciencia, ya ni siquiera sabían si aquello que los tenía tan felices era el alcohol en sus sistemas o ese momento tan especial e íntimo que estaban disfrutando.

Babi Store | Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora