Babi Store | Minsung

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03:19am

—Hyung, aún no puedo dormir

—Yo tampoco

El ambiente estaba demasiado tibio esa noche, aún cuando Minho abrió levemente una de las ventanas y prendió a nivel bajo el aire acondicionado, su pecho sudaba y los cabellos de Jisung seguían húmedos.

Hacía demasiado calor.

—Podemos... hablar de algo para pasar el rato, ¿qué opina?

—¿Sobre qué?— Preguntó mientras dejaba que el rubio se subiera a su torso, apoyando la barbilla sobre sus manitas y las del mayor rodeando su cintura.

—Mhm... lo que usted quiera

—De acuerdo, ¿quién te gusta?— Jugueteó, sintiendo el cuerpecito ajeno tensarse sutilmente.

—Qué te importa cara de torta

Minho sonrió por el recuerdo de esa frase.

—Vamos, sabes que puedes confiar en mí

—Bien, pero prometa que va a guardar el secreto

—Lo prometo

—Uhm...— Pretendió pensar, frunciendo la frente y apretando su boquita— Leonardo DiCaprio

—Fuera de mi casa

El más alto intentó quitarlo, la risa de Jisung haciéndose presente mientras luchaba por abrazar al castaño y así evitar alejarse. Al final, logró ganar aunque ahora la espalda impropia estaba apoyada en el respaldo de la cama, por lo que el menor quedó sobre el regazo de Lee.

—Usted

—¿Yo qué?

—U-Usted me gusta

—No te escucho

—¡No se aproveche tampoco!

Las mejillas del rubio se tiñeron completamente de rojo, y Minho no pudo evitar acercarse y besar cada una con cariño. Los dedos de Han fueron hasta su cuello, acariciando levemente los cabellos que cubrían sólo el inicio de su nuca, acercándose para frotar su nariz con la ajena, soltando un suspiro de tranquilidad.

No tardaron en unir sus labios dulcemente, moviéndose con lentitud y amor a la vez, saboreando cada rincón de esos belfos que tanto les encantaban, atreviéndose a abrirlos tenuemente para introducir sus lenguas, el calor volviendo a hacerse presente en la habitación.

La espalda de Jisung se arqueó cuando el mayor bajó las palmas hasta su cadera, otra vez, de manera inconsciente, comenzando a moverse sobre la entrepierna adversa.

Juntaron aún más sus cuerpos cuando los besos de Minho descendieron hasta su cuello, este cerrando los ojos y soltando suspiros por la gustosa sensación.

Pronto el castaño lo hizo recostarse sobre las colchas, quedando ahora sobre él, bajando cada vez más el camino de su boca hasta llegar al inicio de su camiseta.

—Dime si quieres que pare, ¿de acuerdo?— Mencionó Lee antes de seguir, recibiendo solo un asentimiento por parte del otro chico.

Subió la prenda con cuidado, repartiendo saliva ahora por su abdomen marcado, y con las yemas de los dedos inició un recorrido en su pecho, haciendo que la piel de Han se erizara mientras seguía soltando aire tibio y sus ojos lagrimeaban por el placer.

La lengua de Minho dio una lenta pasada por toda la acaramelada tez impropia, igualmente dejando algunas mordidas en ciertos lugares.

—H-Hyung...