[76]

7.2K 1.1K 930
                                    

Mentiría si dijera que no tenía la mente echa un nudo.

"No salgas de tu casa" ¿a qué venía eso de pronto?

Todo en su vida solía ser tranquilo, tenía a su padre, sus amigos, buena estabilidad económica, y estaba dentro de las mejores universidades en todo Corea. Era monótono, era una rutina a la que ya se había acostumbrado y estaba bien así.

No tenía de lo qué quejarse.

Quién diría que el paisaje se daría vuelta por completo solo por querer comprarle un regalo a su hermana.

Se quedó en la sala, sentado en el sofá amplio mientras bebía su tercera botella con agua, y el sonido del reloj digital se escuchó cuando dieron las once con once minutos.

Era una alarma que tenía puesta para todos los días, le gustaba pedir deseos al universo y así no olvidaba hacerlo.

Sí, Minho era alguien muy supersticioso, confía plenamente en los anhelos a las estrellas fugaces, en los hilos rojos atados al meñique, almas gemelas, y que si tus orejas arden sin razón aparente, es porque alguien está hablando sobre ti.

Pero lo único que pidió aquel día, era que la marea bajase. Estaba cansado mentalmente; su hermana, el chico de los mensajes, sus amigos... Jisung.

Solo quería saber si estaba bien.

Cerró los ojos un momento mientras tiraba su cabeza hacia atrás, soltando aire e intentando despejar sus pensamientos que parecían abrir puertas dentro de otras, pero claro, eso ya nunca ocurría.

Había días en los que ni siquiera podía dormir las horas suficientes, y comenzaba a reflejarse notoriamente en sus facciones.

El timbre de la puerta principal sonó dos veces seguidas, la segunda como si hubiese sido hecha por error, y dejó su botella a un lado mientras se levantaba para revisar la cámara de seguridad que apuntaba a la reja cubriendo la residencia.

Sintió como todos los colores abandonaron su rostro.

Se congeló unos segundos, el latido de su corazón resonando tan fuerte en el mudo de su casa que cualquier persona a menos de un metro suya podría oírlo.

Presionó el botón que abría el portón de metal, y salió quedándose quieto luego de avanzar hacia afuera de la puerta.

Era un silencio demasiado ruidoso.

Lo vio dar tan solo un par de pasos temerosos, y Minho se acercó de a poco, sin dejar de conectar sus ojos en algún momento. Todos sus sentidos lo habían abandonado, estaba únicamente enfocado en ese chico frente suya.

Ninguno decía algo, y el mayor terminó de romper la distancia para pasar el exterior de uno de sus dedos por la mejilla húmeda del más bajo, su pecho apretándose cuando lo vio cerrar sus ojitos y dar un leve espasmo ante el tacto.

—¿Estás solo?— Preguntó aún sin expresión.

—Sí, por fin lo estoy

Las lágrimas se acumularon en los ojos de Minho, y simplemente su corazón no resistió más el impulso de abrazarlo, atrayéndolo a sí mismo y rodeando su débil cuerpecito que no dejaba de temblar.

Lo sintió sollozar en su pecho, y simplemente dejó que lo hiciese, podía notar sus pequeñas manos aferrarse a su ropa, como si ese abrazo fuese su último aliento, sintiéndose cálido pese a tener el alma demolida.

—Recuérdame quién eres— Pidió Lee de pronto, cortando el abrazo y acunando el rostro ajeno mientras este seguía con las uñas clavadas en su pecho.

Limpió las gotas que rodaban por su piel lastimada, pero aún así no parecían tener intenciones de detenerse.

—Prometiste no irte a menos que yo te lo pidiera




——————
©LovinV 🧸

Vayan a votar por Minho en Fanplus en la categoría de "Master of Dance Contest"

Babi Store | Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora