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Estaba nublado aquel día.

Hacía un poco de frío y algunas gotas por humedad resbalaban en las ventanas. Minho acababa de despertar un poco más tarde de lo que acostumbra porque era fin de semana y no tenía nada importante que hacer.

Dio un leve bostezo y se dio la vuelta en su lugar para poder observar a Jisung quien estaba profundamente dormido todavía, admirando sus cabellos rubios con la raíz oscura expuesta que caían desordenados por toda la frente, sus largas pestañas que protegían y rodeaban sus ojitos, su pequeña nariz que tenía el puente perfectamente recto, sus cachetes rellenos pintados levemente de un color rosita al igual que sus labios, esos dos trozos de carne que adoraba porque encajaban perfectamente con su rostro, uno siendo más grueso que el otro de manera equilibrada, y su piel ni muy blanca, ni muy morena, un término medio parecido al caramelo gamuza que hacía a Minho derretirse cada que tenía la oportunidad de tocarla.

Y ese característico lunar en su mejilla izquierda que amaba besar cuando tan solo estaban recostados, disfrutando de ellos mutuamente.

Se podía oír su tenue respiración y el mayor se enternecía internamente cada que se movía durante sueños, haciendo ruidos pequeños, arrugando la nariz, y apretando lo que fuese que tuviese en las manos.

En este caso, una almohada.

Lee alzó una de sus manos con cuidado y comenzó a pasear dulcemente la yema de sus dedos por las facciones de su pequeño, agradeciendo al destino, a las estrellas, o lo que sea que crean que esté ahí arriba porque el chico estuviera ahora junto a él.

No pasó mucho cuando comenzó a removerse, soltando bostezos y estirando su cuerpecito por toda la cama, abriendo los ojos con esfuerzo y alzando la vista hacia su mayor.

—Buenos días, bonito

—Buenos días...— Susurró en voz baja, acurrucándose en el pecho de Minho y encogiendo las piernas.

—¿Cómo dormiste?

—Muy bien, con usted siempre duermo bien

El castaño sonrió y dejó un pequeño beso en su cabello, abrazándolo de la cintura y haciendo que se girasen para quedar con Han sobre él.

Y Jisung tiró su cabeza hacia atrás cuando el más alto estiró los labios en forma de pato hacia los suyos.

—Dame un besito de buenos días— Dijo aún con los la boca estirada y el ceño fruncido.

—Tengo aliento de zombie

—No me importa

—A mí sí

—Pero a mí no— Volvió a insistir—, vamos, ¿uno pequeño?

Negó con la cabecita otra vez, y Minho alejó sus manos del menor, haciendo pucheros mientras lo dejaba caer a un lado, dándose la vuelta para encararle la espalda.

—¡No se enfade!— Alegó entre risas mientras abrazaba su torso e intentaba hacer que lo mirase— ¡Hyung!

—No hablo con egoístas

—¡Fui considerado! Podría haberlo hecho desmayarse

—Pidría hibirli hichi dismiyirsi

—¡Hyung!

Seguía sin voltearse, por lo que Jisung tan sólo optó por usar su plan b.

Trepar.

Se subió rápidamente sobre el mayor, abrazándolo fuerte mientras este intentaba soltarse, logrando finalmente tomar su rostro con ambas manos y dejar un pequeño beso en sus labios.

—¿Feliz?

—¿Por qué estaría feliz?— Preguntó aún cuando tenía una sonrisa de satisfacción en el rostro.

—Le di el beso que pidió

—¿Qué beso?

—¡Ni siquiera lo intente! ¡No voy a hacerlo otra vez!

Minho rió y dejó que el menor escondiera el rostro en su cuello, abrazándolo por la cintura mientras sus piernas se enredaban con las ajenas.

—Hannie

—¿Mhm?

—Es hoy

Hubo silencio por unos segundos, pronto sintiendo a Jisung suspirar mientras se aferraba aún más al castaño.

—Lo sé— Dijo después de un rato.

—¿Estás seguro de que quieres hacerlo? Sabes que nadie te está presionando

—Si no lo hago ahora, seguiré aplazándolo por mucho tiempo... Chan Hyung lo dijo, no puedo ocultarme para siempre

—Entiendo, sea cual sea tu decisión, sabes que siempre voy a estar aquí para ti, ¿de acuerdo?

—Gracias, y-yo... yo sé que sonará muy cursi, pero realmente estoy muy agradecido de haberlo conocido— Confesó con voz apretada, refiriéndose a Minho—, no estaría aquí de no ser por usted

—Jisung...

—Es la verdad— Insistió, saliendo de su escondite para mirar al mayor con los ojitos algo cristalizados—, usted me salvó, no lo habría logrado sin su ayuda...

—Podrías haberlo hecho solo, eres muy fuerte y saldrías adelante de todas formas

—¿Acaso no recuerda las palabras del médico? "Tienes mucha suerte de haber sobrevivido a ese lavado de estómago, estabas colgando de un hilo"

—Bebé, basta, ¿sí? Lo importante es que estás aquí, ahora— Intentó tranquilizarlo, limpiando la lágrima que había caído por su mejilla, notando ya como sus manos temblaban y sus piecitos se habían enfriado.

Estaba teniendo otro ataque.

—Taehyun hizo que ya no le tuviese miedo a la muerte— Mencionó—, me golpeaba hasta que terminase en el suelo, me usaba como si fuera u-un muñeco, me hacía pasar hambre por días solo por no querer abrazarlo... Hyung... no sabes todas la veces que pensé que ya no podría más, r-rogaba por no volver a despertar antes de irme a dormir, y pensé mil veces en tan solo... hacerlo por mi cuenta, pero cuando ya tenía el cuchillo en mi mano... no me atrevía, no tuve el valor de hacerlo

Las cascadas fluían sin parar por el rostro del menor, sus uñas enterrándose en el pecho de Minho pese a habérselas cortado el día de ayer, y este ni siquiera podía sentir el dolor de eso, estaba demasiado ocupado en controlar el llanto que amenazaba con salir, en la presión fuerte en su pecho, en la impotencia que le daba escuchar a Jisung hablar de esa forma.

En que estuvo apunto de perderlo sin siquiera tenerlo.

—Taehyun me encontró una vez... Daehwi se lo dijo, ese día realmente creí que dejaría de respirar ahí mismo, me tiró contra la pared, me golpeó las costillas, me quemó con un cigarrillo y... abusó de mi dos veces porque no dejaba de llorar... él odiaba que yo llorara

—¿Y Daehwi donde estaba?

—En la puerta, mirando, asegurándose de que yo no escapara... Él me limpiaba las heridas cuando Taehyun se lo pedía, y siempre me decía que dejara de hacerlo enfadar, que yo me lo estaba buscando y m-me lo merecía— Miró con dolor al mayor, aferrándose a él— yo no me lo merecía, Hyung... y-yo tan solo...

—Por supuesto que no es tu culpa, jamás va a serlo, ¿bien?— Consoló mientras se acomodaba mejor en la cama, abrazándolo fuertemente cuando se agarró a él y comenzó a llorar, su respiración agitada y su cuerpecito tiritando por completo mientras Minho seguía luchando con el apretón en su garganta.

Iba a hacerlo pagar, sea como sea.




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©LovinV 🧸

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