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Lo ocurrido la noche anterior jamás iba a volver a repetirse. Era un engaño, solo buscaba una forma de divertirse, de despejar las mierdas que tiene en la cabeza.

Claro, debía ser eso.

¿Qué otra cosa podía ser?

En la noche quiso matar a las mariposas en su estómago, era ridículamente muy marica y estúpido.

Odia amarlo.

Lo odia.

Lo detesta.

Pero lo ama tanto.

— ¡Pudrete Kim Taehyng! —Gritar era su única forma de consuelo, de mantener los pies sobre la tierra y los sentimientos en la mierda. Y porque ya no le permitían torturar.

Y ojalá Taehyung pusiera de su parte.

Últimamente parecía que hacía enojar más a Jungkook.

¿Le había hecho algo malo? Que pregunta estúpida.

Bueno, quiere referirse a sí se paso de la línea en algo.

El beso de anoche lo tiene confundido, con su cabeza dando más vueltas de las que ya da. La maldita resaca le hacía sentir que le taladrán la cabeza.

— Jodida mierda.

Pero lo que lo tiene más confundido es el fuerte rechazo de Jungkook, es consciente de las alteraciones que siente el menor por el, y sí se le permiten decirlo, hace que sienta feliz y arrogante. Puede presumir que se ganó el corazoncito de su lindo chico, incluso esta seguro que Jungkook daría la vida por él. Ese nivel de lealtad no se consigue con facilidad.

— ¿Pero qué me pasa? —Sí lo piensa un poco, él también daría la vida por Jungkook— ¡Oye! —Y justo el joven quien invade su cabeza 24/7 llegó a irrumpir en su habitación— ¡Cierra las putas cortinas! —Se quejo como si fuese vampiro, no está para soportar la irritante luz del día.

— Buenos días bello durmiente. Las cocineras te hicieron el desayuno, yo te hice algo para esa resaca que muy seguramente tienes. Necesitas bañarte, vestirte y bajar tu trasero a tu oficina porque Hoseok te espera con noticias —Daba órdenes como sí él fuera el jefe. No sabía ni como logró meter un pie en la habitación, pero la forma tosca en la que decía y hacía las cosas mantenía los nervios alejados.

Salió un momento del cuarto para meter el carrito con el desayuno del mayor, lo dejó a su lado y se alejo muchos pasos de la cama.

— ¿Qué manera de despertar a tu jefe es esta? —Ese niño se había vuelto todo un mal educado— Al menos dame el besito de buenos días.

— Si sigues borracho no harás el trabajo de hoy —Excusas y más excusas se inventaba para cualquier cosa ridícula que dijera Taehyung.

— Me pase bebiendo anoche pero ahora estoy perfectamente sobrio.

— Claro... —Hizo como que le creía. De su bolsillo sacó una tira de aspirinas— Por sí el juguito mágico no es suficiente, también te traje esto.

—Sonrió— Eres tan dulce cuando cuidas así de mi —Lo dijo a propósito con un tono algo burlon— Precioso, haces que quiera comerte a besos ahora.

— Por favor Taehyung ¿cuánto bebiste anoche? —Suspiro con cansancio y dolor en el pecho.

Se acerco solo con la intención de dejar las píldoras sobre el carrito, pero Kim en un rápido movimiento lo tiró a la cama y se puso encima suyo.

— Puede que me haya excedido un poquito, pero recuerdo perfectamente como disfrutaste que te besara.

— Estabas borracho, seguramente ni recuerdas cuentas veces te orinaste en los pantalones —Busco ponerse de pie y largarse de una vez pero Taehyung se la ponía difícil.

❝ Mafia ❞ • t.k.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora