¿Saben lo jodido qué es deber a alguien?
Alguien de apellido Jeon sabía muy bien cómo se sentía aquello. Ya sentía un cuchillo sobre su cuello.
Por un tiempo todo era risas y diversión, les encantaba consumir cualquier cosa que les hiciera sentir relajados, felices, lejos de la realidad, pero se habían vuelto tan adictos que arruinaron su vida por aquello.
Entre los años 60's tuvo su época dorada. Era joven, guapo y millonario, podía presumir de un lujoso departamento en las vegas y que gozaba de la compañía de las más hermosas mujeres que podrían existir en la tierra.
¿Como lo había logrado? Pues fácil, solo tenía que romper las reglas de los juegos de apostar, pero no se confundan, no hablo de trampas o trucos sucios, habló de la pura e inigualable suerte.
Suena a locura, pero es así.
Jeon parecía haber nacido con la suerte de su lado en toda su alocada vida, cuando probó por primera vez las apuestas estaba en una fiesta de universidad y logró dejar con los bolsillos vacíos a todos aquellos que se atrevieron a intentar vencerlo en un simple juego de cartas. Encontró en las apuestas la emoción que faltaba en su vida, así que lo volvió su vida.
Hasta que conoció a la madre de sus hijos, una bellísima y sensual mujer americana, pero tóxica y avariciosa.
— No eres de por aquí ¿cierto? —Tan linda, tan seductora. Una cazadora que había encontrado a su presa.
— No, no, soy de Corea... —No podía hacer otra cosa más que ser caballeroso e invitarle una copa.
— ¿En serio? Que increíble —No le importaba si era sueco, español, marroquí o coreano. Quería un hombre que pudiera comprarle los lujos que desea y ese chico lindo enfrente suyo era perfecto— Oye... ¿No te gustaría acompañarme? Olvide unas cositas en mi habitación de hotel.
— ¡Oh! Claro, claro...
Todo dio una vuelta de ciento ochenta grados, sin ella no hubiera conocido al tan famoso señor Kim, quien igual era un hombre de apuestas, pero era de tener cuidado.
— Cariño, te presento a un amigo mío. Es también de Seúl.
El hombre era alto, vestía un elegante traje dorado.
— E-es un gusto... —Cuando sus manos se encontraron en forma de saludo formal, pudo sentir que incluso las manos de ese sujeto se sentían grandes. Daba miedo.
— El gusto es todo mío —La puta voz.
— Mi amorcito es muy bueno en las apuestas, igual que tu KimKim —Se veía que entre ambos había confianza suficiente como para que ella le llamara por apodos. Seguro se la había follado alguna vez— ¿Por qué no juegan un poco ambos?
— Por mí no hay problema, me encantaría ver que tan bueno es tu novio.
— C-claro, claro... ¿Le parece bien póker?
— Perfecto.
Ganarle al maldito de Kim era cosa de celebrar. Y su novia sabía bien cómo hacerlo feliz.
El sexo era fantástico, hacerlo con un cóctel de sustancias de dudosa procedencia era mucho más increíble, hasta que las consecuencias llegaban.
Pero ser padre no parecía tan malo después de todo, aunque su bella novia no soporto los nueve meses del embarazo y se atrevió a gritarle que no quería ser madre, no soporta a los niños, Jeon sabía que se debe ser responsable con un bebé. Además, era fácil pagarle a una niñera que se hiciera cargo mientras ellos seguían con su vida nocturna. ¿Qué mal podría pasar?
Pues que su linda novia quedara embarazada de nuevo, pero fue entonces que todo su jodido mundo de oro se vio derrumbado en la mierda. Pero como eso no parecía ser suficiente advertencia para que se detuvieran, siguieron ignorantes de que iban cavando su propia miserable tumba.
Seúl, corea del sur
Viernes 13 de 1997
Esa noche el hospital estuvo lleno, era un caos.
Era una noche de luna llena.
La mujer estaba casi dando a luz en pleno pasillo del hospital, necesitaban llegar con prisa a cualquier habitación vacía. Ya no podía más.
— Entren, entren! —El doctor metió a la enfermera, a la paciente y al acompañante de ella al primer cuarto de hospital vacío que encontró. Un cuarto de limpieza— Bien, lo haremos aquí —Aquella mujer ya no podía más, ese bebé iba a conocer el caótico mundo— Bien señora
— ¡Señorita!
— A-ah, bien. Señorita... —Corrigió— Necesito que puje con fuerza, resista esto acabará pronto.
Sus gritos desgarradores se escucharon incluso fuera del pequeño cuarto, la mano de su amado era su apoyo, aunque estaba seguro que sus dedos acabarían pulverizados.
— Puedo ver la cabeza, siga así. Va excelente usted puede —Animaba el doctor.
— ¡Sáquenlo de una puta maldita vez! —Suplico la mujer. Culparía a su novio por hacerla sufrir de nuevo, un segundo hijo era demasiado, apenas sí podía soportar al mayor.
El bebé nació, pero no se escucha nada... solo hubo silencio y algunos jadeos de parte de la mujer.
— ¿P-por qué no llora? —El padre de aquella pequeña e indefensa criatura se sentía preocupado. El doctor sólo calló durante un momento, no quería darles malas noticias a los padres.
— Hay que limpiarlo —Tomó al bebé muerto y se lo paso a su enfermera. La mujer sabía qué hacer, no dejaría que aquel pequeño se fuera cuando apenas llegaba.
— ¿Mi hijo está bien? ¿Por qué no llora? —La desesperación lo invadió, más que su novia. Pará ella era mejor si nacía muerto, aunque había sufrido otro parto por nada.
— Mejor si está muerto, te dije que no quería a otro jodido hijo.
— ¡Cierra la boca Juliet! —Odiaba que su novia tuviera ese puto comportamiento, odiaba que sus hijos le valieran una total mierda.
La enfermera y el doctor le hacían pequeñas presiones sobre su delicado pecho mientras le daban oxígeno. Y entonces...
Unos dulces llantos se escucharon, el pequeño podía respirar. El padre igual sintió que al fin podía respirar, había retenido el aliento por el miedo que lo invadió en el momento. Se sintió tan aliviado y feliz.
Su hijo vivía.
— Señor —La enfermera se acercó con la linda criatura en sus brazos, envuelto con delicadeza en una suave manta. Lo recibió en sus brazos.
Era tan pequeño.
— Cariño —Se acerco a su novia, quería presentarle a su pequeño. Tal vez si lo veía sentiría algo de amor por ese bebé— Lo hiciste excelente amor. Es un hermo-
— No quiero verlo... No me lo acerques.
Los presentes se quedaron helados por la frialdad de aquella madre. El bebé lloraba por el rechazo de su progenitora.
— No... ¿No piensas nombrarlo?
— Nómbralo tú, yo nunca quise otro bebé.
No podía creer lo fría que era su linda novia Juliet— Ya pequeño... Sh, sh, papá está aquí... —Sonrió, aquella felicidad que se siente cuando eres padre por segunda vez nunca podría describirla— Pequeño Jungkook, papá te cuidara...
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❝ Mafia ❞ • t.k.
FanfictionTaehyung es un mafioso temido y respetado en Seúl, el rey de la oscuridad en un mundo infernal. Jungkook solo es un chico con malos padres. Necesitan ver luz en donde posiblemente no la haya, y sentir que hay esperanza aunque ya la hayan perdido. ...