Algún Día (PAUSADA)

Bandera Blanca de la Amistad

Sabe que tiene que hablar, sabe que tiene que sincerarse después de todo desconocía todo lo que pudo hablar con Cat pero estaba casi segura de que no la había encubierto, no la culpaba, no tiene una relación amistosa con la reina de los medios, sabía perfectamente como llegó hasta ahí y aunque muchas veces se disculpó y explicó lo sucedido, nada fue igual para ella. Ahora estaba en esta situación tan pésima, y es que, ¿cómo decirle a la persona que más te importó en la vida y a la que le dijiste un montón de cosas horrendas que todo eso simplemente era su caparazón para no confiar en nadie más? No puede hacerlo, las manos le sudan, Kara sigue esperando una explicación sentada en el cama de la su habitación de hotel, se ve tranquila, incluso parece no sorprenderse, es sólo que lo que le indigna es que puede quedar como si siguiera siendo una estúpida adolescente, ella siempre actuó así con Kara después de todo.

-Tu ganas, no era obligatorio que vinieras hasta acá-termina por decir, soltando el aliento retenido en su pecho. La rubia la sigue mirando, esperando más de lo que se cree capaz a confesar-Fue mi culpa-dice e inmediatamente Kara frunce el entrecejo-Que estuvieras en riesgo esta noche, ha sido mi culpa y si algo te llegaba a pasar, sería mi culpa, mi responsabilidad, y ya viví esto una vez

-Espera-habla la ojiazul poniéndose de pie-Lena, no te estoy reclamando aquello, incluso lo del pasado, sabes que no tuviste nada que ver, ¿correcto?

Los ojos verdes de Lena Luthor brillaban cada vez más. Su mandíbula tensa, esa horrible sensación de ahogo en la garganta le provoca morderse la lengua para no soltar un estúpido llanto otra vez. Se odia por eso, tantos años han pasado y se sigue culpando, ¿cómo no hacerlo?

-El día que me despedí de ti, te juro, nunca pensé que sería la última vez-por fin se atreve a hablar, tragando todas esas emociones que se atoraban en su garganta-De saberlo, hubiera tomado tu mano por más tiempo, hubiera dejado atrás a mi madre y seguiría contigo hasta el completo anochecer, pero no lo hice y fui tan estúpida-comienza a sollozar, en un borde del quiebre completo

-Lena, yo...

-No, por favor déjame hablar-suplica, deteniendo sus palabras con brevedad-De todo lo que me pudo pasar, el no volverte a ver fue lo que me desgarró, porque cuando te tenía en mi vida me sentía segura, eras mi salvavidas y nunca me detuve a pensar que a veces yo debía ser el tuyo. Tu fuiste más de lo que alguien como yo podría tener en su vida, y temía. ¡Dios! Temía tanto en caer en la soledad que fue mi vida antes de conocerte-la punta de su nariz estaba enrojecida, sus ojos ardían y su pecho brincaba-El día en que te volví a ver me enojé, y ni siquiera era contigo, era conmigo y tu tuviste que pagar por ello. Porque te culpé por no ser yo la que te buscó sin descanso y te encontró, te culpé por no ser yo la primera persona que volviste a ver y estuvo mal. Pasé todos estos años culpándote de mis desgracias, de tu ausencia y del vacío que se formó aquí-señala su pecho-Quería, no, deseaba que no fueses tu, que no fuera mi Kara-confiesa tras resoplidos por un llanto desgarrador-Porque de serlo, verías que fallé en todo, verías que nunca te merecí como amiga, y yo siempre quise que vieras mis triunfos, no mis derrotas. Lo siento tanto Ka...

El contacto de sus brazos rodeando su cintura detienen sus palabras, su pecho regulariza sus latidos y su respiración comienza a ser tranquila. Después de todo lo que había dicho, aún con aquella vergüenza de sí misma, ahí estaba Kara Danvers, abrazándola, protegiéndola, acariciando con delicadeza su cabello como si con cualquier movimiento ella se rompiera. Quizá para la rubia era extraño pero Lena siempre se sintió  segura con ella, reparada y admirada por quién era realmente.

-Se supone que la parlanchina soy yo, ¿recuerdas?-le murmura Kara en su oído-Sólo tu puedes pensar que necesitas disculparte, tonta-ríe, separándose por escasos centímetros sólo para besar la frente de Lena