Algún Día (PAUSADA)

Me quedaré

Kara es muy gentil para atreverse a preguntar, ha estado esperando pacientemente a que su acompañante, quien la llevo por un callejón oscuro hasta una puerta al aire sin pared, se termine por fin su último trago de whisky en las rocas mientras espera de frente viéndola desde el cómodo y mullido sillón escarlata sobre el que está sentada. Por algún motivo desde que se la encontró le ha dejado de molestar esas voces en la cabeza.

-Sólo escúpelo-le ha dicho la bella mujer de cabello oscuro al finalizar su bebida con refrescante brevedad-Si tu mirada matara, y en este caso puede ser así, ya estaría mi cráneo atravesado por tu impetuosa visión de calor-ríe para soltar un poco el ambiente a uno más liviano 

Kara toma aire y se saca las gafas-No sé ni siquiera por donde empezar-admite simple

Zatanna chasquea la lengua con diversión e intriga por las variadas personalidades que un rostro como el de Kara le puede mostrar.

-¿Te parece si te lo hago algo fácil?-le sugiere con ciertos tintes que, en otro momento, ella hubiera interpretado como seductores y sugerentes. Sus mejillas ardieron y la hechicera sonríe ampliamente.-Te busqué por mucho tiempo atrás cuando apenas habías llegado a la Tierra, la razón, aún ni yo la sé, sólo sé que poseo cierto conocimiento de ti en otra vida o línea alternativa de lo que conocemos como el presente-explica-Así que hablé con mi padre y tras una larga charla accedió a ayudarme aunque, irónicamente, no era la única que te buscaba. ¿Te suena en algo "Los nuevos Dioses"?

La rubia abre la boca con asombro y la vuelve a cerrar, frunce el ceño confundida para toda esa información. Sólo los miembros de la denominada Liga de la Justicia conocen de ello tras haberla rescatado.

-El día que te secuestraron yo no era lo suficientemente fuerte para enfrentar a las Furias, mucho menos a su líder, por lo que no me quedó de otra más que buscar a una vieja amiga tuya y plantarle las ideas y teorías de lo que yo había visto en su cabeza, y así fue como Cat Grant ató cabos y buscó junto con tu hermana mayor ayuda.

-Wow-exclama Kara poniéndose de pie como si el resorte del sillón saltara a sacarla de este-Más despacio, ¿quieres?.-Zatanna sonríe accediéndose a ello-¿Y por qué no te acercaste directamente a Superman? Te habrías evitado todo el enredo, ¿no crees?-objeta a la defensiva

-Los hechiceros como mi padre, Jhon Constantine o yo no tenemos permitido acercarnos al kriptoniano, y de hecho hasta hace poco tampoco se me permitía acercarme a ti, eso es por la vulnerabilidad que los de tu especie tienen con la magia.

-¿Cómo que hasta hace poco?-cita la kriptoniana cruzándose de brazos

Zatanna se detiene pensando lentamente en su respuesta o quizá en la mejor forma de hacerlo con el mayor tacto posible.-Una mujer te seguía, te protegía desde lejos y ella me interceptó, aunque-dice tomando con su mano derecha de su cuello con recelo-No es nada sutil-ríe-Se llama...

-Diana-completa Kara casi de inmediato. La pelinegra asiente-¿Te hizo daño? En verdad lo lamento, a veces suele ser bastante sobreprotectora, al menos desde que la conocí.

Zatanna suelta un ademán para restarle importancia a aquello y le devuelve una sonrisa para tranquilizarla.

-Entonces qué, ¿eres como mi ángel guardián pero con magia?-bromea la rubia volviendo sus gafas a la posición inocente que estaban. La joven hechicera hizo un gesto de ofensa tan dramático que la hizo reír.

-Oh cariño no-exclama fingiendo molestia-No me llevo bien ni con ángeles ni con demonios, a veces son tan egoístas en sus propósitos-argumenta-Pero si a lo que te refieres es qué es lo que sigue, la respuesta es que no lo sé.