Perspectiva de una Luthor

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Y ahí se encontraba parado mi hermano con el auto detrás de él, en esa enorme fachada de que todo estaba bien cuando desde hace un tiempo ya no lo estaba, él lo ha vuelto oscuro. Lo que menos quería en ese momento era que la chica nueva y mi hermano interactuaran. A mi hermano por ser el enfermo psicótico que es y a la chica por ser muy extraña, tal vez serían muy buenos amigos y mi hermano le pediría que me cuidará en la escuela a cambio de dinero.

-Y bien, ¿vas a presentarme a tu nueva amiga?-preguntó Lex con una de esas sonrisas que me causan intriga-¡Bien!-exclamó a sabiendas de mi respuesta. Él camino hasta la chica, frente a frente, y le extendió la mano-Un gusto, me llamo Lex, soy hermano de Lena, aunque eso ya debiste suponerlo.

Sujeto mi bolso con más fuerza y bufó molesta.

-Estoy segura que tiene otras cosas mejores que hacer a dejar que tu la acoses...-comenté fastidiada hasta que mi propio hermano interrumpió mi molestia.

-¿Cómo lo hiciste?-le preguntó a la chica, que estaba un poco nerviosa-Me refiero a que reaccionaste demasiado rápido para evitar que mi pequeña hermana terminara aplastada. ¿Cómo?

Miré con sorpresa hacia ella, no podría creer que alguien haya sido el responsable de que estuviera en una sola pieza, aunque eso explica lo rápido que se acercó a ayudarme.

-Adrenalina, es una sustancia que el cerebro que se libera en situaciones como esas-contestó cual robot.

Lex no ha dejado de sonreír pero ahora lo hace sin mucha gracia, estaba pensando en algo pero no sabía exactamente que lograba con ponerla nerviosa. Sí, me salvó, ¿y eso qué?

-Sí, es lo que adrenalina significa, en un resumen escueto-mencionó mi hermano-Y aún no escucho tu nombre.

Ella sonrió colocando distraídamente una mano detrás de su nuca, ladeó su cabeza y miró a cualquier punto inexistente entre los zapatos de mi hermano. ¿Se puede ser más rara? No me molesta, yo misma no me considero una persona normal pero ella parece de otro planeta.

-Kara-respondió en voz baja-Y...creo que tengo que irme-murmuró esto último mirándome por sobre su hombro.

Lex se apresuró tomándola por el hombro, ella le miró confusa y algo asustada. Que mi hermano actúe de esa forma no era muy común en él, y comenzaba a molestarme.

-¡Wow, asombrosamente fuerte eh!-recalcó él soltándola por fin-Por favor, debo insistir en que vengas a cenar con nosotros esta noche. Después de lo que haz hecho por mi hermanita, es lo menos que podré hacer como muestra de agradecimiento.

Esa ni yo me la esperaba. Apenas si conozco a esta chica y Lex ya la invitó a la casa, hubiese preferido que me cayera lo que fuera encima, evitaría la vergüenza que sé que pasaría esta noche.

-Estoy segura que tendrá otras cosas mejores que hacer-intervine-Y tengo la tarea suficiente como para no salir de mi habitación y...

-Suena bien-contestó ella-Pero tendré que pedirle permiso a Alex-sonaba como si eso último se lo dijera a sí misma en voz alta. Extraño-¿Cuál es la dirección?

-De eso me encargo yo-completó Lex-Pasarán por ti al rededor de las 6:30-aseguró, ignorando por completo mi descontento con la idea.

-¿6:30?-rio ella-Ustedes sí que cenan temprano.

Inevitablemente me hizo reír su inocencia y la forma tan simple en la que se le facilitó tomar confianza para decir aquello.

Tanto Lex como ella voltearon a verme, mi hermano asombrado y ella parecía más que encantada, mirándome con esa sonrisa que justo ahora me parece tan familiar pero, ¿por qué? Estoy completamente segura de que jamás la había visto.

-¿Estás bien?-se acercó a preguntarme. Esa mirada azul como el cielo, tan clara pero también turbia, yo no sé dónde la he visto pero...

-Sólo un dolor de cabeza-expliqué, notando la postura encorvada que adopté-Andando Lex.

Sé que pareció grosero pero jamás me había causado tanta intriga algo, no había algo que yo desconociera y, con ella, siento que desconocía todo y, a la vez, que me parecía ya haberlo descubierto.

-Disculpa los modales de mi hermanita-dijo él-Cuento con tu asistencia esta noche-aseguró para adentrarse al auto por la puerta de copiloto, mucho antes que yo.

Estaba a punto de entrar de igual forma pero algo en mi me decía que debía voltear o me arrepentiría después, así que lo hice. Giré mi rostro, le sonreí y musité un "gracias" antes de marcharme a casa.

Por la ventana pude divisar su última reacción. Ella saltó de su lugar de forma graciosa, gritaba y alzaba las manos en victoria. Sí, tal vez ella sea un bicho raro, pero me parece algo tierna, inocente y graciosa.

-¿Por qué motivo real la invitaste?-me atreví a indagar confrontando a mi hermano una vez que llegamos a casa-Sé que lo que dijiste no es cierto y, sea lo que sea, no va a funcionar.

-Lena, querida-exclamó él con cansancio-¿De verdad todo lo que yo hago debe tener segundas intenciones?

Antes de que pudiera contestarle, Lilian Luthor se dejó ver atravesando el umbral de la estancia. Llevaba puestos sus lentes, su bata blanca y esa expresión cansada que siempre lucía en su rostro.

-¿Qué pasa con ustedes dos?-reprochó mirando a Lex y después a mi-No se ven con frecuencia y cuando lo hacen ya están discutiendo como la gente vulgar y común que está detrás de estas paredes. Compostura por favor-refunfuñó

-Lex invitó a alguien a cenar esta noche-acusé como pequeña traviesa y malévola.

-¿Qué? ¿eso es cierto, Alexander?-cuestionó molesta-Sabes que cualquier visita debe ser previamente programada.

-Si me dejas explicarte-interrumpió él. Grave error.

-¡No me interrumpas!-gritó Lilian-No eres hijo de la servidumbre para tener esos modales, tal parece que quien te crio fue un asno.

Lex se colocó serio, acomodó su traje y su cabello, levantó su rostro sólo para sonreír, asentir y bajar la cabeza..

-Si ya terminaste de sacar toda la bazofia que tienes guardada de tu boca sólo porque el hombre con el que te casaste se la pasa más tiempo fuera de esta casa que soportando sus quejidos, creo que es mi turno de hablar como se debe-contestó de forma tajante y rápida.

No lo había escuchado así jamás y Lilian tampoco, estaba tan asombrado como yo de la forma en la que se dirigió a ella que ni siquiera podía hablar.

-Lo siento-rio con sarcasmo-Pero a veces me provocas dolor de cabeza, madre-se excusó- Y ahora a lo que voy de verdad. Invité a una compañera de la escuela de Lena porque dicha persona le acaba de salvar la vida a tu presente hija-argumentó. Nada más falso que eso.

-¿Lena?-habló mi madre mirándome con miedo

-Estoy bien-la tranquilicé-Y si me disculpan, tengo trabajo que adelantar-gruñí subiendo por las enormes escaleras hasta mi habitación. Esta casa se está cayendo lentamente a pedazos y nadie es capaz de verlo, nadie es capaz de notar que Lex no es el mismo, que él...me da miedo.

Algún Día (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora