Algún Día (PAUSADA)

Cinco Años Después

La busqueda se realizó por meses, incluso cuando mis amigos y conocidos decidieron rendirse, hubo una persona que siguió buscando por cinco largos años en las calles, sola y sin ninguna ayuda hasta que apareció él y sus amigos y le prometieron que me encontrarían. Fueron días terribles los últimos que pase en Apocolypse, luché contra mi voluntad, fuí manipulada y mis habilidades explotadas, le obedecía a un ser nefasto que quería derramar sangre en su honor y yo cumplí con cada uno de sus vagos caprichos hasta el día en que la voz de un amigo me liberó cuando dormía mi cuerpo pero no mi consciencia;

-Puedes escucharme, estoy aquí contigo, no te voy a abandonar...

-¿Quién eres?

-Un amigo, la voz en tu cabeza, te sacaré de aquí. Te he buscado entre un oceano de mentes, no te dejaré, te lo prometo...

-¡Espera!

Su voz en mi mente pudo liberar la manipulación que me obligaba a ser una esclava y me pudieron encontrar. Eran de la Tierra, decían conocerme, decían que me habían estado buscando y no pararon hasta que les enviaron una señal psiquica. Ellos eran buenos, uno era la persona más seria que pude conocer, o eso creo, mis recuerdos son vagos, había una mujer también, tenía una precencia pacifica y pero el tercero, el tercero me daba una sensación familiar, sentía que sí lo conocía a él. Vi mis ojos através de los de él

Ahora que hemos aterrizado me han prometido contarme todo, yo sólo estoy feliz de haber podido salir de ahí, no me siento en paz, dudo que pueda encontrar mi paz otra vez, pero es un avance recuperar mi mente y voluntad. Los recuerdos son el problema, ¿quién era antes? ¿quién soy ahora?

-¡Llegamos!-habla el tipo rudo con traje negro. No sé si sepa que pudo verlo através de esa máscara

-Baja, tenemos alguien que ha esperado más que nosotros por ti-me dice la mujer sentada a mi lado-Y tranquila por él-señala al de negro-Es así con todos

Asiento lentamente. Mis habilidades motrices son lentas, mi sistema nervioso debe acostumbrarse a recuperar el control. Eso me dijeron.

-Tu...-le llamo al hombre alto de azul-También lo tienes-le señalo el emblema en su pecho cuando se voltea hacia mi-¿Por qué?

Él se acerca a mi, se inclina delante de mi y pone una de sus manos sobre mi cabeza de una manera que puedo distinguir como no amenazadora.

-Tu y yo compartimos historia-me dice y yo todavía no lo comprendo-Más fuertes juntos, te lo decían tus padres y es todo lo que sé de los míos.

-¿Somos hermanos?-pregunto lentamente

-Algo parecido-su garganta emite un sonido alegre-Somos familia, puedes llamarme Clark.

Una voz carrasposa interrumpe el momento y nuevamente es el tipo de negro mirandonos desde la entrada de la nave.

-Superman, ya está aquí-le avisa al sujeto frente a mi. Clark-Espera verla-me señala

Al tipo llamado Superman se aleja no sin antes darme una última sonrisa y bajar conmigo siguiendole los talones. El salón al que llegamos es muy grande, pude deducir desde que llegamos aquí que el domo es la entrada y la salida área, no es que piense en escapar, apenas estoy empezando a pensar por mi cuenta.

-Hey-me habla Clark-No lo tomes personal, él es así con todos-señala al de negro. Comienzo a creerles, es la segunda vez que me lo dicen, casi puede hacerme fruncir la boca en una mueca al revés.

-¿Kara!

El grito proviene del fondo de la gran habitación. Veo correr a una mujer con desesperación hacia mi, sus brazos me rodean en un apretón inofensivo, ella me toma de la cara, pone sus labios por mis mejillas y frente, y de sus ojos empiezan a salir gotas de agua que logro tomar rápidamente y llevarme hasta la punto de mi lengua. Son saladas.