Algún Día (PAUSADA)

Mienteme

Unos brazos rodean por detrás la cintura de Luthor, brazos fuertes y varoniles enfundados en una camisa blanca con tirantes negros y pantalón de marca. Kara la ve sonreír olvidándose por unos largos segundos de haber escuchado su nombre. Ella no sabe porqué se siente tan mal verla tan bien, recordaba lejanamente cuando se veía así con cualquier tontería que ella hacía, la recordaba ocultar su sonrisa entre su cuello y maldecirla por ser tan tonta y adorable, ahora, esa sonrisa no iba para ella. No pudo decir que no se lo esperaba, sería bastante triste encontrarla después de tanto tiempo y verla infeliz, sabía que debía estar feliz, después de todo lo que ha ocurrido en su vida, merecía serlo, aún así la imagen seguía sin agradarle, fuera de las palabras de Donna que lo señalaban como mala persona, había algo más adentro de su mal carácter surgido por esa escena.

Las manos de Cat haciéndole una seña la traen de vuelta, todo indica que la reportera quiere aprovechar la oportuna distracción para que amas se escabullan sin armar el mayor drama, eso lo entiende Kara, no podría estar más de acuerdo en querer salir de ahí, Lena apenas reparaba que estaba en la recepción y tenía un evento a unos cuantos metros detrás de ella. Qué idiota, se permite a pensar, yendo hasta Cat y salir. Ningún guardia se atreve a detenerlas, pues su propósito es que, cada vez que su jefa se lo ordene, estos retiren reporteros de CatCo, y ellas se marchaban por cuenta propia.

Kara está tan dentro de su dolor y sus pensamientos que no repara en unos ojos verdes que la ven marcharse, fríos e inexpresivos. De todas formas, ella ya no se creía capaz de leer a través de ellos.

-Pero qué idiota-refunfuña Cat una vez que entra a su oficina-Lo lamento, olvidé que era en LCorp, las cosas no debieron de salir así.

Kara la mira en silencio, no sabe qué decir, en verdad las cosas no debieron salir así, ella quería volver a ver a Lena, lo sabía, pero no de esa manera, mucho menos con compañía. Comenzaba a dolerle la cabeza, no quería entrar a otro doloso ataque, suficiente tuvo el día anterior.

-¿Kara?-le llama su jefa con un rostro claramente preocupado-Hey, ¿estás bien? ¿Quieres que llame a tu hermana?

La ojiazul quiere negar, pero nuevamente no puede, siente su cabeza pesada. Cat voltea para todos los lados esperando encontrar algo que la ayude, sonríe cuando toma el vaso en su escritorio, le quita la tapa y se lo lanza en el rostro haciéndola reaccionar. Kara parecía haber salido de las profundidades del mar a punto de ahogarse, un ataque así capaz de afectar a alguien como ella debía ser insoportable para un humano.

-Gracias-le dice dándole una débil sonrisa. De su cabello todavía escurre café-Pero ese había sido el mejor que he preparado-bromea para romper la tensión. Cat sonríe, eso era tan propio de la kriptoniana.

-Ve a casa-le ordena-Date una ducha, no quiero una asistente con el cabello pegajoso-argumenta, sacando de su bolso su teléfono celular, el personal, a Kara le había dado los otros dos.-Le llamaré a tu hermana para que venga por ti, puedes tomarte el resto de la tarde pero no abuses Danvers.

Antes de que pueda marcar, Kara la detiene y le extiende un papel sacado del bolsillo. Cat asume que prefiere llamar a ese otro número, ella sólo accede y llama. A la brevedad de veinte minutos atraviesa una castaña caminando con nerviosismo hasta la oficina superior de Grant. Era Donna.

-Gracias por venir-le dice Kara en el gesto más sincero

-Cuando quieras Danvers-le sonríe, antes de poder ir a abrazarla la toma por los hombros y la examina-¿Por qué tienes café en el cabello?

-Bueno lo siento, no había té-reprocha Cat rodando los ojos con impaciencia. Donna la voltea a ver y le sonríe amistosamente-Hola, Troy

-Hola, Grant-ríe en respuesta, vuelve su atenta mirada a Kara y suspira-Bien, devuelta a casa, tenemos mucho de qué hablar y tienes que relajarte.