La chica más extraña...

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Si había algo que no le agradaba era el hecho de que se aprovecharan de los débiles, pensar que eso los hacía sentirse mejor consigo mismos le repugnaba. Aunque realmente ese comportamiento era único en la Tierra, y pese a que no le agradaba del todo la idea, tenía que adaptarse. Se lo dijo Eliza, se lo dijo Jeremiah e incluso Alex.

Claro que en las siguientes semanas en las que había practicado el cómo comportarse, hubo cientos de desastres. Y es que, ¿cómo se supone que iba a saber que ponerse nerviosa la haría flotar? ¡Ella ni siquiera flotaba en Kryptón! Y no pueden culparla por lo del Sr. Buggles, ella lo había visto cientos de veces, Alex aún dormía con él y ella sólo quería ver porqué tanto apego con ese oso panda de felpa.

Ahora todo sería puesto a prueba, a una prueba de campo que la ponía nerviosa. Una cosa era hacer sus rarezas frente a los Danvers y otra muy diferente frente a completos desconocidos. Podría delatarse, ponerse en evidencia y adiós vida normal.

-Kara, ¿no escuchaste que te he estado buscando? El decano quiere hablar contigo-y esa era su hermana Alex. La chica de un tiempo para acá se había vuelto una persona muy sobreprotectora con ella, como otra mamá, más regañona y joven.

-Estoy bien Alex, y sabes muy bien que me sería imposible no escucharte-gruñó la rubia adolescente con algo de resentimiento por haber sido interrumpida.

Hace poco ella estaba ayudando a una chica que estaba en problemas, y estaba a punto de preguntarle su nombre, no sé, quizás ser la primer amiga que ella tuviera pero no, Alex se tomaba muy en serio lo de ser madre suplente.

-Acomoda bien tu chaqueta y limpia tu mejilla-reprendió la mayor-¡Cielos Kara, ¿acaso no comes por la boca?!

Alex se relamió el dedo pulgar y limpió una pequeña mancha en la mejilla derecha de la menor, acomodo sus anteojos y sonrió satisfecha con su buen trabajo, pese a las quejas infantiles de la menor.

-Debemos irnos-anunció tomándola de la mano para comenzar a caminar.

-Puedo caminar por mi cuenta-reprochó Kara frunciendo el ceño-Además, creí que no debía llamar la atención.

-¿Y lo hiciste?-preguntó deteniéndose abruptamente, preparándose para un gran regaño.

-Hasta ahora todo iba bien-recalcó ella-Pero deberías considerar dejar de tratarme como una infante, estoy segura de que así no es como se hacen las cosas aquí.

La pelirroja rió.

-Así es como los Danvers lo hacemos-explicó encogiéndose de hombros-Por cierto, ¿a dónde te habías metido? Te busqué por todo el edificio y nada. Espero no te metas tan pronto en problemas.

-Sólo conocía el lugar-se excusó con una ladeada sonrisa simple. La chica podía ser una excelente actriz si se lo propusiera, pero no, ella quería comunicación inspirada en aquel hombre de capa roja que era su primo, un par de meses siendo un héroe volador lograron para inspirar a su pequeña prima.

La rubia volteó para todos lados de un momento a otro, como un acto de nerviosismo se mordió el labio y rascó su cabeza con ansiedad. Ella no vio cuando los brabucones salieron despavoridos cuando ella se dio la vuelta para ayudar a la chica, esperaba al menos un gracias de su parte pero se esfumó más rápido de lo que ella lo haría.

-¿Qué tanto buscas?-le preguntó su hermana en burla.

-Creí ver una...-se lo pensó un poco antes de continuar-¿curacacha?-se encogió de hombros torpemente.

Su hermana rio rodeándola con su brazo en un abrazo tan fraternal.

-El termino que usamos aquí es cucaracha-murmuró esta guiñándole un ojo en complicidad con la menor, un tanto avergonzada por su torpe error de léxico-Andando con el decano, jovencita-ordenó señalándole el camino.

Algún Día (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora