El cataclismo devastó por completo el reino de Hyrule, las vastas tierras y verdes llanuras que comprenden el mismo están destruidas y las ciudades están en ruinas. Lo que antes fue el majestuoso castillo de Hyrule ahora no es más que un montón de escombros y polvo, de allí escaparon a caballo el héroe elegido por la espada y la princesa bendecida con el poder sagrado de las Diosas, la princesa por cuyas venas corría la sangre de la Diosa ahora mismo estaba vestida con harapos, su vestido blanco estaba lleno de barro y estaba algo rasgado sumado a una sensación de cansancio enorme, después de todo ella estuvo sellada 100 años reteniendo a Ganon la Calamidad sin probar alimento ni moverse. Todo aquel esfuerzo sobrehumano por esperar a que su caballero despertase, pues sus heridas de muerte le obligaron a dormir por todo ese tiempo. Ahora estaban cabalgando a todo galope escapando de aquel lugar que les había agotado tanto física como mentalmente.
—Link... ¿Estás bien?— preguntó mientras despegaba su rostro de la espalda del chico y le miraba, él como respuesta asintió y siguió en silencio.
—Iremos a Kakariko...— notificó mientras pensaba un poco. —Que te quedes con los Sheikah es lo mejor.— dijo rompiendo el largo silencio que se había formado.
—Supongo... ¿Y tú qué harás?— preguntó sin obtener respuesta alguna por parte del paladín para que luego de una larga pausa le constetara.
—No lo sé princesa...— suspiró mientras bajaba la intensidad del galope de su caballo. —Cálmate un poco Luna...— le dijo a su equino mientras este desaceleraba.
—Sinceramente no sé que hacer...— continuó mientras cabalgaban a trote lento al tiempo que se encontraban un guardián desmantelado en el camino, uno que hace ya unos cuantos días atrás Link había destruido.—Oh no... Otra de esas cosas...— pensó angustiada mientras enterraba su cabeza en la espalda del rubio haciendo que se tensara al sentirle así de cerca.
—¿Estás bien?— preguntó al tiempo que comprendía medianamente la situación. —Es ese guardián... ¿Le tendrá miedo?— se preguntó mientras volvía su mirada al camino recto.
—Sí Link... No te preocupes... No es nada...— mintió mientras desviaba la mirada para ver al guardián desmantelado alejarse de su vista cada vez más. —Definitivamente odio esas cosas... Sobretodo por lo que ocurrió aquel día en el bosque...— suspiró mientras ese amargo recuerdo de cómo despertó sus poderes volvía a su mente.
—Claro... Si te sientes mal, o incómoda no dudes en decirme.— luego siguió por un rato más su trote hasta que decidió frenarlo en seco debido a que el cielo estaba bastante oscuro, seguramente llovería en unos minutos. —Zelda... Digo, princesa...—
—No importa Link... Solo dime Zelda.— interrumpió sonriéndole, pero el paladín ni se inmutó.
—Está bien...— afirmó no muy seguro —Como te decía, ¿Qué te parece si acampamos aquí? Mañana a primera hora llegaríamos a Kakariko.— propuso mientras la chica pensaba un momento para luego asentir.
—Bien entonces, pronto lloverá... Y tardaríamos más intentando llegar que esperando un poco.— explicó para luego desmontar y ayudar a la rubia a lo mismo, luego sacó las cosas que tenía para acampar.—Muy bien Link... Entonces... Pongamos la tienda.— dijo mientras abría la tienda para tratar de colocarla, pero le era muy difícil. —Diablos, es difícil...— quejó al tiempo que pateaba una roca con impotencia.
—Yo te ayudo.— dijo amigablemente mientras buscaba un par de rocas. —Espera un momento... Hay mucho viento...— luego fue a un lugar al pie de un árbol que daba entrada a los bosques. —Creo que poner el campamento aquí es lo mejor.— sugirió mientras la chica asentía y se trasladaba para allá con las cosas.
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Un Amor sin Límites | The Legend of Zelda [𝐙𝐞𝐥𝐢𝐧𝐤]
FanfictionLos actos de amor siempre han marcado historias, pero no todas ellas tienen buenos finales, sobretodo cuando uno de esos dos ha perdido toda su memoria en total. ¿Es posible que el amor sobreviva? Después de todo, ella lo dio todo por él y gracias...