Princesa Zelda.
Ser la princesa... ¿Qué significa eso?
Princesa... Ser la princesa...
Ser la persona más importante del reino... ¿Eso es ser la princesa...? ¿Ser la princesa es ser la que manda...? ¿O es ser una de las personas que más presión tiene en sus hombros?
Hace 100 años... Comenzó todo, la profecía, los campeones, el cataclismo... Y más presión sobre mí.
Debía despertar mi poder sí o sí. Ser como mi madre... Mi padre me presionaba como si yo no me esforzara... O como si no me importara... Yo me esforzaba mucho. Lo juro. Y era agotador, estar sumergida en las heladas aguas que llegaban a la cintura, rezar, implorar y nada... Fuera a donde fuera.
Eso me frustró y entristeció mucho. Mi estado de ánimo era muy bajo por aquel entonces. Ni siquiera podía hacer mis investigaciones.
¿Qué se supone que hacen las jóvenes doncellas de mi edad? Una vez estuve fisgoneando y me di cuenta que no estaba ni cerca de hacer algo que se parezca.
Se supone que ellas estaban pendientes de sus novios en la ciudadela, cuando tenían sus días libres los visitaban o inclusive en las tardes los veían a escondidas.
¿Yo? ¿Novio? ¡Para nada!. Yo estaba más al pendiente de la tecnología ancestral con los Sheikah. Motores impulsados por calor, viento o generadores de energía. No tenía tiempo para eso, y tampoco me interesaba, ni me llamaba la atención los muchachos. Habían varios libros en la biblioteca respecto al tema, pero sinceramente prefería los que Urbosa me sugería. La tecnología y la arqueología eran mi día a día.
Pasó el tiempo y las cosas cambiaron; ví entre los reclutas a un chico bastante particular. Era como el resto de soldados, vestía armadura con nuestro emblema plasmado en el pecho mas no usaba casco, su larga melena era lo que resaltaba. Además que estaba estático, parecía una estatua en lugar de un guardia. Apenas y respiraba, lo noté porque me acerqué y escuché su respiración. Calmada y profunda mientras miraba a la nada mientras sostenía una lanza, al principio apretó aún más su lanza cuando notó que me acerqué de más.
Era alguien extraño... Según me enteré se llamaba Link, era nuevo. Pero no parecía serlo, conocía bien el lugar y supuestamente tenía una técnica con la espada que cualquier veterano envidiaría.
¡Pff! Como si eso me importara mucho, aunque varias veces traté de hablarle, pero nunca respondió solamente asentía o se encogía de hombros. Esperé nunca volver a verlo porque eso me desesperaba. Aunque irónicamente me llamaba un poco la atención.
Mi sorpresa llegó en el futuro. Mi padre había nombrado a los cuatro campeones, hablé con ellos y me cayeron muy bien. La energía de Daruk, el cariño que emanaba Mipha, la maternidad de mi Urbosa... Y hasta el ego de Revali, me agradaban todos.
Sorpresivamente hubo un quinto campeón... ¿Para qué? Sólo habían cuatro Bestias Divinas, no tenía sentido. En ese momento lo que realmente me irritó fue a quien nombraron. Ese niño... El caballero novato era nombrado un campeón. ¡Eso era un chiste! Debía haber alguien mejor capacitado, eso me lo decía constantemente. Y no tenía nada de carisma, sólo una mirada seria y hasta vacía...
Eran, Daruk el jefe Goron, Urbosa la matriarca Gerudo, Mipha la princesa de los Zora, Revali el mejor de todos los Ornis... Y Link. No tenía sentido...
¿Qué más da? Juraría que ese chico era mudo, pero pude oír que habló durante su nombramiento, era tenue pero varonil. Además conocía a la princesa Mipha según me enteré, eran amigos de la infancia.
Cada quien estuvo trabajando en las Bestias Divinas los siguientes días... Semanas... Meses... Y yo aún no despertaba mi poder...
Mi padre me había prohibido salir a investigar para que me centrara a despertar el poder sagrado. Y además, Link fue nombrado mi escolta personal. Eso no podía estar pasando... Recuerdo haber maldecido muchas veces ese día y le pregunté a las Diosas '¡¿Por qué?!' Con mucha rabia en mi rostro.
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Un Amor sin Límites | The Legend of Zelda [𝐙𝐞𝐥𝐢𝐧𝐤]
FanfictionLos actos de amor siempre han marcado historias, pero no todas ellas tienen buenos finales, sobretodo cuando uno de esos dos ha perdido toda su memoria en total. ¿Es posible que el amor sobreviva? Después de todo, ella lo dio todo por él y gracias...