Ambos se encontraban cabalgando por la llanura irregular de la región de Akkala.
Luna y Mangus llevaban un trote bastante tranquilo, no corrían demasiado. Ya lo habían hecho hace un buen rato atrás y no tenían demasiadas ganas de continuar corriendo.
Sobretodo porque el camino por recorrer era tremendamente largo, la única región cercana que tenían era la de Eldin.
Para llegar a aquella cadena montañosa rica en minerales debían atravesar toda la región de Akkala de regreso y desviarse por las montañas que atravesaron previamente.
Volverían nuevamente por el Paso de Penumbra. Aquel paso sombrío y pesado donde Zelda había pateado a Link.
—Oye...— llamó su atención haciendo que el chico volteara.
—No me digas.— interrumpió mirándola fijamente. —Estás aburrida.
Ella frunció el ceño y luego le dio alcance a Magnus, amenazó con golpearlo pero solamente lo fulminó con la mirada.
—Eres malo.— le reprochó y el paladín miró a otro lado ignorándola.
—Como jodes Zeld— lo siguiente que se escuchó fue una fuerte bofetada.
—¡Perdona!— se disculpó con sarcasmo. —¡Perdón por decirte lo que siento!
—¡Ah! ¡Diosas!— quejó mientras miraba hacia arriba en busca de paciencia.
—Eres un asco de esposo.— trató de molestarlo y él frunció el ceño.
—Jódete Zelda.— luego continuó mirando al frente, dirigiendo a Magnus.
—¡¿Cómo te atreves?!— tomó la manga de su camisa. —Vas a pagar por esto.
—Acércate y dímelo a la cara.— le retó haciendo que la chica enfureciera.
Posteriormente dejó a Luna en paralelo a Magnus. Una vez completamente paralelos lo miró con cara de pocos amigos y entrecerró los ojos.
Link no se percató de las intenciones de la muchacha. Únicamente notó algo cuando ya estaba arrojándose sobre él.
—¡Maldición...!— ella impactó en su pecho como si le hubieran arrojado en tronco y lo derribó. —¡Ah...!
—¡¡Venganza!!— luego cruzó sus piernas sobre el cuello del chico. —Tendrás que disculparte.
—Por amor a Nayru...— quejó mientras la muchacha apretujaba aún más su cuerpo.
—¡Discúlpate granuja!— le obligó mientras el chico trataba de apartar sus piernas de su cuello.
—¡Suéltameeeee!— gritó inútilmente.
—¡No! ¡Hasta que te disculpes!— amenazó mientras se acomodaba sobre su cuerpo para sentarse.
Extrañamente ahora se sentía más cómodo, ya no sentía tanta asfixia.
—¡Si no me sueltas dejaré de dormir contigo!— ella frunció el ceño al oír la amenaza del rubio.
—¡Estás jugando sucio...!— acomodó sus piernas, sentándose en su pecho quejando con sus muslos apretando su cara. —Te haré sufrir...
—Si esto es sufrir...
No hubo una palabra.
—¡Discúlpate!— bufó ejerciendo presión sobre él.
A todas estas sus caballos estaban frente a ellos y soltaron un suspiro. Como si estuvieran hartos de aquello.
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Un Amor sin Límites | The Legend of Zelda [𝐙𝐞𝐥𝐢𝐧𝐤]
أدب الهواةLos actos de amor siempre han marcado historias, pero no todas ellas tienen buenos finales, sobretodo cuando uno de esos dos ha perdido toda su memoria en total. ¿Es posible que el amor sobreviva? Después de todo, ella lo dio todo por él y gracias...