Un Amor sin Límites | The Legend of Zelda [𝐙𝐞𝐥𝐢𝐧𝐤]

Poblado Sheikah

A la mañana siguiente, luego de una noche de descanso...

La princesa aún no despertaba mientras que nuestro héroe por su parte sí lo había hecho, así que decidió salir a caminar un poco mientras que la chica despertaba o algo, mientras tanto en el poblado todo transcurría con una tranquilidad increíble, aquel poblado literalmente era uno con la naturaleza, la armonía que se podía observar entre los habitantes y su entorno era increíble. Las aves cantaban una hermosa melodía mientras que las ardillas saltaban entre los árboles recolectando nueces, la frescura del lugar era algo de otro mundo, aquello era como si el cataclismo jamás hubiese sucedido.

Link por su parte caminó un poco por el poblado hasta detenerse en una especie de mercado donde compró algunas frutas para merendar, luego siguió su camino hasta el árbol donde el día anterior estuvo con la pequeña April. Allí se quedó a observar el poblado con calma mientras la mañana terminaba de asentarse.

—Este lugar verdaderamente es fabuloso...— suspiró para luego darle una mordida a su manzana para luego sentarse al pie del árbol sintiendo la fresca brisa chocar en su frente. —Me pregunto que tal habrás dormido...—

Dentro de los sueños de la princesa Zelda...

El cataclismo fue inevitable de frenar, todo está vuelto un caos los truenos eran desesperantes y la lluvia inundaba las llanuras del reino, muchos guardias han perecido por proteger a las personas del reino, junto con el Rey Rhoam que cayó junto con el castillo que ahora era dominado por la malicia de Ganon.

Ella se encontraba corriendo arrastrada por Link, quien tenía unas quemaduras junto a un pequeño rasguño en su rostro. Habían estado escapando por sus vidas ante las amenazas que Ganon desató. Aquellas defensas junto a la tecnología ancestral Sheikah habían sido usadas en su contra, ahora miles de Guardianes móviles les perseguían aniquilando todo a su paso, llevándose consigo a muchas vidas. En las Bestias Divinas que eran las últimas esperanzas de hacerle frente a Ganon se encontraban peleando los cuatro campeones contra la maldad del Cataclismo con la esperanza de poder hacer algo para evitar la catástrofe.

—Esto es mi culpa...— se reprochó a sí misma mientras se levantaba de un charco con barro al que había caído cuando perdió el agarre de Link.

—No digas eso Zelda...— trató de calmarle Link mientras le miraba con algo de tristeza.

—Todos están peleando... Los campeones... Mi padre... Están muertos...— dijo sintiendo un aguijón en su garganta que le daba una punzada al hablar. —¡Y todo por mi culpa!— exclamó mientras se desmoronaba en llanto hundiendo su rostro en el pecho de Link y este le abrazaba.

El paladín únicamente guardó silencio y le observó con comprensión y tristeza para luego estrechar su cuerpo en un cálido abrazo al tiempo que derramaba un par de lágrimas.