Una promesa en la montaña

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En la mañana, en la Montaña de la Muerte...

Era muy temprano, el astrorey apenas se asomaba. La princesa Zelda dormía plácidamente sobre su paladín, o como le gustaba dirigirse a él, su 《esposo》

Por su parte, Link estaba despertando, era increíble. Si dormían juntos y en una habitación él podía dormir horas y horas. Pero si dormían fuera, despertaba con el Sol y estaba atento al más mínimo aleteo de las mariposas.

El paladín abrió sus ojos muy lentamente, fijó su vista en Zelda y contempló como ella estaba aferrada a su cuerpo con mucha fuerza y con una expresión algo tierna.

Oh... Estás dormida...— suspiró para luego besar de forma prolongada y tierna su frente. —Vale, duerme... Yo te cuido...— susurró para sí sonriendo un poco.

—De saber que me vas a besar...— dejó salir un pequeño suspiro y volteó a verle. —Me quedaré dormida encima de ti más seguido...— dijo forma de anhelo sonriéndole tiernamente.

—Entonces...— estaba algo avergonzado por haber sido atrapado. —¿Quieres que te bese?— preguntó a forma de proposición.

—Y-Yo...— titubeó un poco y guardó silencio. —Hmph...

Aquel suspiro parecía una afirmación, por esa razón el chico le dedicó una mirada profunda a sus ojos, en los cuales la rubia se perdió de forma hipnótica.

Va a besarme por voluntad propia...— fantaseó mirando fijamente al chico, quién aún no se movía un centímetro.

Posteriormente el paladín sujetó con una mano su mandíbula y acercó sus labios a los suyos. Con su mano movió un poco su mandíbula y beso solamente el borde de los labios de la chica, realmente era medio beso.

Pese a que sólo era medio beso la muchacha estaba completamente roja y tenía toda la sangre en la cabeza, estaba hirviendo y la vergüenza, entremezclada con la emoción no la dejaban actuar de forma lúcida.

Sólo atinó a apegarse a él a forma de abrazo con fuerza apenas recobró la movilidad de su cuerpo.

—Entonces...— guardó silencio. —Me besaste Link ¿Eh?— preguntó de forma algo coqueta.

—Sí Zelda. Te he besado.— afirmó mirándola fijamente.

Ella estaba completamente avergonzada por la seguridad del chico, sin embargo le sonrió.

—Entonces... ¿Me cuidarás mientras duermo?— preguntó con ilusión en su mirada.

—Vaya. Me estabas escuchando.— suspiró mientras la muchacha esperaba su respuesta. —Pero sí, te cuidaré mientras duermes.

Ella, al oír tales palabras salir de sus labios sintió una emoción indescriptible en su pecho. Únicamente atinó a sonreír nuevamente. 

—¿Me vas a cuidar mientras duermo?— preguntó con notable ilusión mirándolo fijamente. 

—Sí Zelda, te cuidaré mientras duermes...— le sonrió reafirmando sus palabras para luego acariciar con el dorso de su mano su rostro. 

—¿Por qué lo haces cariño?— preguntó con algo de coquetería. 

Aquella pregunta dejó al chico algo descolocado y pensando unos segundos mirando al horizonte. 

—Porque tú eres mi esposa cariño.— afirmó con bastante seguridad dejándola muy sorprendida. —Lo eres todo para mí...— confesó con las mejillas un poco enrojecidas. 

—O-Oh...— suspiró completamente avergonzada. —¿Lo dices en serio?

Como respuesta le dió un tierno beso muy prolongado en la mejilla. Suspiró nuevamente mientras en su mente retumbaban las palabras del chico. Deseaba muy fuertemente que sus palabras fueran en serio, aún dentro de su ser tenía algunas dudas. Era muy tonto de su parte aún tener dudas, pero las tenía. 

Un Amor sin Límites | The Legend of Zelda [𝐙𝐞𝐥𝐢𝐧𝐤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora