Un Amor sin Límites | The Legend of Zelda [𝐙𝐞𝐥𝐢𝐧𝐤]

Descanso en la posta de los Picos Gemelos

—Muévete Link, necesito verte de este lado...— dijo la chica mientras el paladín obedecía. 

Zelda al oír aquello y al ver a Link obedecer sin más, sintió que su estómago se encogía, sin embargo no tuvo el valor para entrar, simplemente se alejó del lugar tan rápido como había llegado, fue a su habitación y allí se encerró a esperar a que él volviera para irse a Kakariko.

—¿Está listo?— preguntó mientras que ella negaba con la cabeza y humedecía un trozo de algodón con alcohol para desinfectar las heridas. —¡Auch!—

—No sé que pudiste haberte hecho... Pero no te mentiré, te va a doler un poco.— dijo mientras despegaba el algodón que estaba bastante sucio al ser despegado de su piel. —Voy a ponerle ungüento y la vendaré. Luego iré por tu hombro.— notificó mientras comenzaba a untar aquello, que al hacer contacto con su piel inmediatamente le ardió haciendo que se retorciera. —Lo siento.— se disculpó algo apenada para luego comenzar a tensar la venda en su pierna dejándola un poco suelta para que le entrara aire. —Voy con el hombro ¿Cómo te hiciste todo esto?— preguntó curiosa.

—Bueno, viajando con Zelda nos emboscaron algunos Bokoblins.— explicó con simpleza. —Fue un descuido...—

—Yo diría que fue algo temerario Link. Pudieron morir.— expresó asombrada mientras limpiaba cuidadosamente su hombro herido. Luego al igual que con su pierna, colocó un vendaje. —Me agrada la idea de explorar por el reino... Pero el camino está lleno de peligros.— suspiró mientras terminaba un pequeño nudo y se alejaba para darle espacio.
—¿Cómodo? ¿Puedes moverte bien?— preguntó algo preocupada. —¿Te duele el hombro?—

—Gracias Marine. Estoy cómodo, puedo moverme bien.— dijo al tiempo que movía su hombro hacia adelante. —El hombro no me molesta por ahora, solo fue el corte. Gracias por curarme, la verdad es que eso me dolía mucho.— confesó mientras que ella sonreía.

—Pierde cuidado.— dijo sonriente mientras se percataba del corte en su rostro. —Oh, falta algo.— luego buscó entre las cosas un adhesivo y se lo colocó en la mejilla para luego sonreír. —Estás listo.— luego ella se dio la vuelta para que Link se colocara la camisa y ocultara los vendajes, dejando visible solamente al adhesivo.

—Muchísimas gracias Marine, y a tu padre igualmente... Dime, ¿Ya comiste?— preguntó de repente mientras ella negaba con la cabeza. —¿Te gustaría almozar conmigo? Digo, si me lo permites...— dijo con sus mejillas un poco rosadas.

—¡Para nada Link! No quiero abusar de tu bondad.— negó completamente sonrojada.

—Entonces... No te gustaría...—

—¡No es eso! No, no, no, no, no.— negó mientras quedaba entrecortada por el bochorno. —Sí me agradaría, pero lo consideraría un abuso de mi parte.— explicó mientras que él miraba extrañado.

—No me molesta, en serio. No has comido, vamos. Compraré el almuerzo, si quieres espérame...— le propuso mientras ambos salían en dirección a la recepción, luego ella se sentó en una de las mesas del restaurante esperando por él, que había ido a su habitación en busca de alguien.

Al llegar encontró la puerta cerrada y un silencio total, era extraño ¿Ella estaba durmiendo? ¿Se estaba bañando? Para no provocar algún malentendido tocó la puerta tres veces. Sin embargo ella no le respondió, sabía quién era, así que no le abrió. Pero él insistió y volvió a tocar.

—Zelda soy yo, Link.— dijo mientras que ella no respondía aún. —¿Puedo pasar?— preguntó mientras ella se levantaba algo desganada y abría la puerta.

—Sí... Eres Link... No debías tocar, la habitación es nuestra...— suspiró algo fastidiada mientras que él la observaba extrañado.

—Zel, ¿Todo bien?— preguntó mientras que ella agitaba la cabeza de forma afirmativa. —¿Segura?— insistió mientras que ella reafirmaba que todo estaba bien. —¿Quieres ir a comer?— preguntó mientras que ella volteaba a verle.