Parte 27: Se puede llamar experiencia.

37 3 0
                                    

_Yo: Si no me lo haces no sabré de lo que eres capaz.

_Casian: No te lo haré. Eso no me vale para nada. Mato a personas por gusto y placer. Les arrebato la vida porque simplemente es lo que deseo en ese momento. Eso lo sabes ¿No? Pues no te preocupes de nada más.

_Yo: Hazlo. De esto depende si me quedo o me voy el día de la guerra. Y ya no digo en la pelea.

_Casian: ¿Estás segura que quieres que lo haga? Desde que empiezo no lo puedo parar y da igual quien sea.

_Yo: Sí, no pienso vivir con miedo a lo que me hagas el resto de mi vida. Estoy segura.

_Casian: Ve al sótano. Primera puerta. Quítate el pijama y espérame allí.

Asentí y salí en dirección al sótano.

POV CASIAN

Saqué el whisky de la despensa junto con un vaso, serví una buena cantidad, me la tomé de un trago y bajé al sótano. Cuando llegué cerré la puerta con llave.

_Yo: Desvístete completamente.

_Hona: Solo estoy en ropa interior.

_Yo: Completamente. Te daré los mismos azotes que le di a ella, 170. Contarás conmigo cada azote. Ahora, ponte en esa máquina. Culo y espalda a la vista. Te ataré las manos y piernas a ella. Te digo desde ya que esto no es el castigo más fuerte que pueda hacer. Puedo hacer muchas, pero muchas cosas peores. Y como te equivoques contando empezamos de nuevo.

Le até las manos y los pies y fui en busca de la vara. Cuando la tuve en la mano le di el primer azote.

_Hona: ¡¡¡Aaa!!! -gritó-

_Yo: Primero, eso no es un número. Segundo ¿Eso fue un gemido?

_Hona: Uno -dijo adolorida-

Le di otro azote.

_Hona: Dos.

Le di unos cuantos más y ya le veía lágrimas corriendo por sus mejillas.

_Yo: ¿Estás segura que quieres continuar?

_Hona: Sí.

_Yo: Yo lo digo porque apenas vamos 10 y ya estás llorando.

POV DANTE

Había bajado hace poco al sótano, estaba esperando en la puerta y lo único que escuchaba eran los gritos de Hona. Pasó una hora y escuché a Hona hablar.

_Hona: NO ME TOQUES.

_Casian: Tienes que subir de alguna forma. Y para ser justos, como tú querías, no te voy a dejar echarte crema hasta mañana. Si te la echas me daré cuenta.

_Hona: VETE.

_Casian: Como quieras -salió de la habitación-

Casian no se percató de que yo estaba delante.

_Yo: ¿Estás bien? -dije entrando-

_Hona: Se puede decir que fue una experiencia -dijo llorando e intentando vestirse-

_Yo: Déjame, yo te ayudo -me acerque-

_Hona: No.

_Yo: No voy a ver algo que no haya visto antes. Déjame ayudarte. Apenas puedes mover tus manos y por tus piernas corre un río de sangre.

Asintió y me acerqué para vestirla.

_Yo: Cómo se abrocha esto -dije con el sujetador en la mano-

Hona no me contestó. Solamente se quedó quieta como pudo.

_Yo: Yo nunca he puesto esto, soy más de romperlos. Si no me dices no te lo pongo.

Siguió sin contestar. Tiré el sujetador por ahí y le puse la camisa del pijama y los pantalones.

_Yo: Ya está.

Se intentó levantar pero puso una mueca de dolor.

_Yo: Déjame llevarte a la habitación. Allí te ayudo a bañarte, te echo la crema y te pongo una camiseta mía para que no te esté rozando con las heridas.

La cogí lo mejor que pude para no lastimarla y la subí a mi cuarto. La puse sentada en el baño y le fui quitando poco a poco la ropa, cuando terminé la metí en la bañera, previamente llena con agua caliente.

_Hona: Gracias.

_Yo: Denada enana. Cuenta conmigo para todo. Esto te va a doler un poco, pero tienes ya sangre seca pegada y te la tengo que quitar.

Con una esponja fui quitándole poco a poco la sangre seca. Ella solo hacía muecas de dolor.

_Yo: Lo siento. Intentaré hacerlo más flojo.

Cuando por fin pude quitarle la sangre seca del cuerpo, principalmente la espalda, la apoye un poco de la espalda en la tina.

_Yo: ¿Mejor?

_Hona: Sí.

_Yo: Si quieres salgo y dejo que te quedes un poco aquí. Avísame cuando quieras que te saque. No salgas tu sola que te puede volver a sangrar las heridas.

Salí del baño y salí a la habitación de Casian.

_Yo: ¿No crees que te pasaste un poco con Hona? -dije cuando entré a su habitación-

_Casian: Ella fue quien quiso que se lo hiciera. Y me negué varias veces. Tampoco quiso mi ayuda, a si que a no ser que la hayas subido tú y la hubieses llevado a la habitación de María sigue abajo.

_Yo: No me puedo creer que estés actuando así. ¿En qué momento dejó de importarte su bienestar? ¿Cuando desapareció o cuando volvió? Ya no te reconozco. Pareces otra persona diferente. Ella no te merece. Lo ha pasado mil veces peor que tú y aún así sigue siendo la dulce Hona que conocí en el parque. Sin embargo tú cambiaste, cambiaste a peor, eres un monstruo a sus ojos, pero jodidamente te perdonará, porque Hona no guarda rencor a sus seres queridos por mucho que la dejen al borde de la muerte.

_Casian: No empieces tu también. Puedes terminar como ella.

_Yo: A mi me da igual como termine, soy el único que te planta cara. No me puedo creer que le hayas hecho eso a alguien con la que un día le prometiste todo. Y ahora, la tratas como basura. No mereces el amor que te tiene.

_Casian: 1° aviso Dante.

_Yo: No voy a seguir perdiendo aquí el tiempo. Tengo cosas más importantes que hacer cómo cuidar de alguien. Ya que otros ni se molestan en ver si está bien -dije esto y salí-

Volví a entrar a mi habitación y me puse unos minutos a buscar la camiseta para Hona y las cremas para sus heridas.

_Hona: Dante. Quiero salir.

_Yo: Ya voy -dije entrando -cogí una toalla del ropero del baño y la puse a un lado- déjame que te ayude a salir. Toma una toalla -se la puse en la espalda-

La ayudé a secarse y la puse encima de mi cama.

_Yo: La crema va a estar fría. Yo aviso -le puse crema por la espalda, el culo y los pies- cuando se seque un poco te pongo la camiseta. Mientras prepararé el sillón para dormir yo ahí.

_Hona: Duerme aquí, la cama es suficientemente grande para dormir los dos en ella.

_Yo: Esa es la gracia de camas de matrimonio -reímos-

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora