Parte 2: Calíope.

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Me levanté a las 11 de la mañana y me llegó un mensaje del forence.

Forence: Buenos días,
ya tenemos la prueba
de ADN. Estoy de
camino. Un saludo.
11:15 a.m.

Yo: Vale, gracias.
Aquí le espero.
11:15 a.m.

Me cambié, desayuné y llegó el forence.

_Yo: Buenos días.

_Forence: Buenos días, aquí tiene la respuesta.

_Yo: Gracias.

Abrí la carta y empezé a leer. Me centré en la parte más importante.

Padre Biológico: Nate Brian O'Connell.

Ese nombre me era familiar y subí a buscar los expedientes de las personas que trabajaban en las cabañas esa noche. Y lo encontré:

Nate Brian O'Connell

Edad: 22. Sexo: Masculino.

Estatura: 1'87 m. Domicilio: Las
Mantegas, 47.

Efectivamente era el chico que nos atendió cuando bajamos del coche. Seguramente ya nos estaba observando desde hace tiempo.

Reuní a todas la personas y los mandé a esta dirección y yo me preparé y fui al rato.

_Wael: Solo pudimos coger a dos. El segurita que le cuidaba su puerta y el hijo que la vijilába desde la azotea de la casa de enfrente.

_Castiel: ¿Nos los llevamos?

_Yo: Sí, cada uno a una habitación del sótano. Que nadie entre hasta que yo lo ordene.

_Wael: Si jefe.

Se llevaron a los chicos a los coches y yo fui detrás de ellos.

Dejé el coche en el garaje y me quedé un minuto dentro.

_Yo: Juro que me cobraré tu muerte amor mío.

Salí del coche y subí al sótano.

_Wael: Aquí está el padre, jefe.

_Yo: Bien. Abre. -abrió la puerta entré y la cerró-

_Yo: Escúchame atentamente, solo me vas a dar respuestas reales.

_Hombre: Sí.

_Yo: ¿Qué le hicieron a Hona?

_Hombre: La violaba todos los días -puso la cara triste- Solo podía pasar él.

_Yo: ¿Quién?

_Hombre: Mi jefe, Nate.

_Yo: ¿Cómo la trataban?

_Hombre: Mal. Apenas le daban un plato al día. Y él la agredía cuando ponía resistencia.

_Yo: ¿Cómo murió?

_Hombre: Un día pidió ayuda y a partir de ahí apenas se movía. Hasta que un día no se movió más.

_Yo: ¿Tiene algún ser querido tu jefe? ¿Una hermana, novia, hija?

_Hombre: Tiene una hermana es la persona más importante de su vida.

_Yo: ¿Dónde vive?

_Hombre: La calle es Edónica, 20. Es la calle número quince por encima de la mansión.

_Yo: Bien.

Salí de la habitación y me dirigí a la otra puerta.

_Yo: ¿De qué trabajabas?

_Chico: Vijilándola.

_Yo: ¿Por qué trabajas para él?

_Chico: Mi hermana necesita tratamientos muy caros y mi padre no gana lo suficiente para pagarlos.

Salí de la habitación y subí al despacho a reflexionar.

Entiendo la situación de los dos, ya que están aquí por falta de dinero, como empecé yo y lo difícil no es empezar, es salir.

Bajé de nuevo al sótano y entré en la habitación del padre.

_Yo: Escúchame. Si me das información y trabajas para mí, cobraras más que tú y tu hijo juntos y les pagaré los tratamientos de tu hija, pero tu hijo tiene que ir a estudiar, sus estudios los va a necesitar para un futuro. Todavía está a tiempo de cambiar las cosas, yo empecé aquí igual que ustedes, salí y me metieron de cabeza después.

_Hombre: Sisi. Me encantaría.

_Yo: ¿Cómo te llamas?

_Hombre: David.

_Yo: ¿Y tu hijo?

_Hombre: Andrea.

_Yo: ¿Cuánto cuesta el tratamiento mensual de tu hija?

_David: 3000€

Salí de la habitación y fui a la de Andrea.

_Yo: A partir de hoy te vas a alejar de esto. Tu te irás a estudiar y tu padre trabajará para mí. Por el dinero no te preocupes, eso ya lo hablamos. ¿Entendido?

_Andrea: Sí ¿Puedo ver a mi padre?

_Yo: Todavía no. Lo verás mañana cuando te vayas, vendré yo a buscarte y te daré dinero para que se lo des a tu madre, es para pagar el tratamiento de tu hermana de este mes.

_Andrea: Vale, gracias.

_Yo: Denada.

Salí de la habitación y subí a mi habitación. Cogí una foto de Hona.

_Yo: Lo haré lo mejor posible, no quiero que se repita la historia. Te amo -le di un beso a la foto-

Puse la foto en su lugar y me tumbé en la cama. Tocaron en la puerta y me puse de pie.

_Wael: Ya terminamos de preparar el funeral, será mañana a las 6 de la tarde.

_Yo: Bien. ¿Está todo como lo pedí?

_Wael: Está perfecto jefe.

_Yo: Bien.

Se fue y empezé a tramar el plan de venganza.

Al día siguiente estaba poniendo rumbo a la calle Edónica, al número 20 concretamente. Al llegar toqué el timbre y saqué la pistola.

_Chica: ¿Sí?

_Yo: Calíope, ¿verdad? -dije apuntándole con el arma en la barriga-

Calíope caminó hacia atrás y cuando entré cerré la puerta.

_Yo: No hagas ninguna tontería, me gustaría hacerlo por las buenas.

Asintió y guardé la pistola.

_Yo: Quiero hacer sufrir a tu hermano como él me hizo sufrir a mí, pero yo no voy a caer tan bajo. Vas a subir a tu cuarto y cogerás ropa. Me vas a dar tu teléfono.

_Calíope: No quiero.

_Yo: Vivirás bien, es hacer sufrir a tu hermano no a tí. Tendrás tu habitación junto a la de todos, estarás en la mansión, podrás salir al jardín vallado, tienes libertad, lo único que no tendrás será libertad para comunicarte con tu hermano ni podrás salir fuera de lo vallado. Eso por las buenas. Por las malas vivirás en la habitación del sótano, sin poder salir, sin comunicarte, sin ver la luz. Vendrás sí o sí. Yo que tú cogería la opción por las buenas.

_Calíope: Vale.

Subió a buscar la ropa. Yo mientras me quedé cortando el cable del teléfono y rompiendo su móvil.

_Calíope: Listo.

Me siguió hasta el coche, se montó y después yo. Le puse el seguro para bloquear su puerta y nos dirigimos a la mansión.

_Yo: Espero que te guste, estarás dos años como mínimo ahí. Al menos tendrás muchas mejores condiciones de vida que mi novia con tu hermano.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora