Especial 8: La luna de miel.

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POV HONA

Nuestra boda fue un 29 de enero. Y tras llegar al aeropuerto en Islandia, nos cogimos un taxi al hotel y nos fuimos a dormir. Era un día bastante cansado para ambos. A la mañana siguiente me levanté con Dante mirándome.

_Yo: Buen día ¿Qué tanto ves?

_Dante: Buenos días. Veo a mí hermosa mujer dormir.

_Yo: Me habías asustado.

_Dante: Lo siento. Tengo planeado todo el viaje. Iremos a visitar el Lago Mývatn en el Norte de Islandia, ir al Blue Lagoon, veremos la cascada Dettifoss también en el Norte de Islandia, haremos una ruta por los Fiordos del oeste, veremos la laguna glaciar de Jökulsárlón, nos meteremos en un manantial de agua tibia, recorreremos el círculo dorado en motos de nieve, caminaremos por un glaciar y visitaremos una cueva de hielo, vamos a ver ballenas y por último, disfrutar de buen sexo. Y bueno, también podemos salir de noche, aunque no creo que nos dé tiempo.

_Yo: Si. Lo tienes todo planeado. Con estar dos horas en cada lugar más o menos iremos bien de tiempo. Son quince días de los cuales diez pasaremos dentro del hotel. Y en cinco tenemos que hacer todo esto. Podemos ir a ver las ballenas hoy por la tarde. Investigaremos ahora el pueblo.

_Dante: Perfecto.

_Yo: ¿Nos vestimos y vamos a desayunar?

_Dante: ¿Y si mejor nos desvestímos y continuamos lo que nos quedó pendiente ayer? -dijo acariciándome la cara mientras me pegaba a él-

_Yo: No se. Y si después de desayunar. Me muero de hambre.

_Dante: Y yo me muero por tí. Cámbiate y bajamos. Voy a ducharme.

_Yo: Perfecto.

Cogí ropa abrigada y me cambié para ir a tomar el desayuno. Unos momentos más tarde salió Dante de la ducha.

_Yo: ¿Cómo pudiste ducharte con agua fría? -dije cuando le toqué la espalda-

_Dante: Si me ducho con agua caliente y bajamos a desayunar donde hace un frío que pela, me pongo malo y no quiero enfermarme en nuestra luna de miel y tengamos que pasar todo el tiempo aquí.

_Yo: Bien. Entendí tu argumento.

_Dante: ¿Ya estás?

_Yo: Si -dije estirando mi mano para que la tome-

Cogió mi mano y nos dirigimos al comedor del hotel. Entramos y nos sentamos en la mesa.

_Dante: Voy por las bebidas ¿Café solo o con leche?

_Yo: Solo.

Después de desayunar tostadas, fruta y mucho café solo subimos a la habitación y hablamos mientras nos tumbamos en la cama.

_Yo: Ahora si estoy completamente para las actividades que propongas. Yo propongo ver películas cuando nos cansemos o cuando no queramos o podamos salir.

_Dante: Me parece bien ¿Qué quieres hacer? -dijo apoyándose en sus codos- es temprano todavía. Son las ocho de la mañana -dijo mirando el despertador que había en la mesa de noche- podemos hacer múltiples cosas. Podemos molestar a los de al lado, podemos ver una película, podemos hablar, podemos salir a pasear por los alrededores. Yo voto por molestar a los de al lado -dijo riendo-

_Yo: Bien. Yo lo veo muy bien. Los condones están en mi mochila. No quiero más embarazos.

_Dante: ¿No quieres a otra pequeña copia de mi por casa? -dijo levantándose a cogerlos-

_Yo: Con dos tengo suficiente -rio- ahora ven -dije atrayéndolo hacia mi por su pulóver- esto sobra -dije quitándoselo con la camiseta-

Se acostó sobre la cama y me subí encima. Nos dimos un beso y poco a poco fue quitando mí pulóver y mí camiseta. Acompañaba mis besos con un movimiento de caderas largos y lentos sobre su pelvis. Se separó y respiró con dificultad.

_Dante: Te adoro.

Sus manos fueron navegando por todo mi cuerpo y las mías por el suyo mientras que los besos no se hacían esperar y mucho menos se cortaban. Poco a poco, la poca ropa que quedaba fue desapareciendo e iban apareciendo cada vez más los gemidos. Nada paraba, solo íbamos añadiendo cosas a las anteriores. Poco a poco, este iba siendo el mejor sexo por ahora. Dábamos vueltas peleando por quien tomaba la situación mientras que a su vez el movimiento no paraba y los gemidos pasaron a ser la banda sonora de nuestra película. El movimiento cesó y Dante pasó a continuar dando placer con su boca. Mientras, sólo nos deleitábamos con un solo de la dulce banda sonora. Unos minutos después procedí a hacerlo yo. Esta vez, él destacó en la banda sonora y entre caricias ambos dimos este encuentro como el mejor hasta el momento. Respiramos agitadamente mientras nuestros pechos subían y bajaban con rapidez. Nosotros solo teníamos fuerzas para mirarnos y cogernos de la mano mientras estábamos tumbados uno al lado del otro.

_Dante: Esto fue malditamente perfecto -dijo respirando agitadamente tras un minuto-

_Yo: Si -dije también completamente agotada- ahora si podemos ir a la cueva de hielo y a las motos de nieve.

_Dante: Bien. Ve a ducharte en lo busco un coche para alquilar, porque si entro no prometo de ir a la cueva y al círculo dorado.

Los días pasaban y cada vez íbamos explorando y durmiendo en diferentes lugares. Por las noches se lo contábamos a Jeremy y a Casian y después también a Aria y a Darra. Ya que finalmente la bebé se quedó con Aria y Darra y Jeremy prefirió quedarse con Casian en la casa de éste, por lo que teníamos que llamar dos veces para preguntar por el estado de nuestros hijos. Esta vez nos quedamos una noche en una cabaña cerca de la laguna glaciar Jökulsárlón. Esa mismas mañana la habíamos ido a ver y esta noche tras ver una película y llamarlos quisimos salir de madrugada a mirar a las focas cuando de pronto vimos un aurora boreal. Era fascinante, brillante, colorida e hipnótica.

_Yo: Es super bonita -dije mirando al cielo-

_Dante: Casi igual de bonita que tú -dijo mirando también la aurora boreal- te amo.

_Yo: Te amo.

Así iba concluyendo la presentación de nuestra historia que se veía con un buen final. Nada parecido al inicio.

Nuestra historia podría ser tranquilamente un drama o una comedia, tal vez policiaca, pero definitivamente era una historia de amor. Nuestra historia. Esa que el final seguirá siendo cómo el inicio. Llena de amor, cariño, apoyo, comunicación y seguridad.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora