La Diabla de la Mafia ©

Capítulo 10 - M. M. A

Al día siguiente

Maurizio.

- Hicimos un acuerdo, lo quebrantaste.

- Aún respira, no esta muerta.

- Pero casi lo esta ¿Quién fue?

- Maurizio ten cuidado con lo que haces, no te vayas a enamorar de ella.

- Dime ¿Quién fue?, si no me dices de igual manera lo encontrare.

- Linus Caputo.

Me levanto de la mesa dándole una última mirada, salgo subiendo a la camioneta dándole el nombre a Kadir, manejo mientras me informa de su paradero.

Terminamos llegando a una bodega afuera de la ciudad.

Lo vigilamos el resto del día, investigando su vida, caemos en cuenta de que solo tiene una hija a la cual abandonó al momento de nacer, luego de que su madre muriese luego de dar a luz por un desangramiento, una niña de tan solo 10 años.

Sonrió dandomela la idea de cómo ultilizare eso para divertirme un poco.

(...)

Massimo.

Entro a la habitación de Vincent por lo que he escuchado mi hermana lo quiere adoptar, abro la puerta.

Econtrandolo en su corral jugando, lo cargo y salimos de la habitación.

- Juga.

- Vamos a jugar en otra parte, pequeño.

Llegamos a mi habitación, abro la puerta de mi armario pongo el código y mi huella.

La puerta se abre avanzo con Vincent viendo el piso cubierto de sangre fresca al final del pasillo esta la jaula donde se encuentra Haniel.

Me desvió hacia la pequeña sala, me preparo un emparedado y a Vincent le doy su leche, este lugar tiene lo necesario para esconderse, comida, agua y espacio suficiente, juego con él mientras veo a Haniel arrastrarse a una esquina.

- Haniel - lo llamo - Ves lo que pasa cuando me hacen enojar no te bastó con dejarte inconsciente teníamos que llegar a esto - digo con fastidio.

- Pudrete.

- Por lo que veo te gustan que te hagan daño - suelto mientras juego con el niño - Esto lo hiciste tú ¿Tienes alguna excusa barata para dar?

Le enseño el vídeo que salió esta mañana. Algo subido de tono de mi madre.

- Recuerdas que te mencione que no te volvieras a meter ni con mi madre ni mucho menos con mi hermana.

Asiente.

Asiento, tomando un látigo junto a un táser, dejo a Vincent en un lugar donde no se vaya a lastimar y me dirijo hacia la celda abriendo esta.

- Pensaba, dejarte vivo, quizás moribundo - enciendo el táser - Pero ahora esa decisión depende de ti - digo dándole un latigazo - Un hombre menos - otro latigazo - Un cobarde menos - otro más - Un machista menos ¿Que crees que pase? ¿Vivirás o morirás? Eso lo eliges tú, así que dime - le doy otro - ¿Cuál eliges?

-¡Para, por favor! - súplica - No me mates, te lo suplico - exclama y termina jadeando - Haré lo que quieras, pero por favor, para ya.

- De acuerdo, no te mataré - lo miro en silencio - Sin embargo es tu decisión como tomar lo que pase de ahora en adelante.

"Pero eso no significa, que lo dejaremos de torturar ¿Cierto?"

Pregunta la voz en mi cabeza.