Capítulo 27 - ¿Quién está embarazada?

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Nicoletta

Entro al cuarto de armas, junto a mis hermanos y Sergei.

Cada uno agarra una mochila guardando las armas que necesitaremos para el rescate de Zinerva.

Ya todo estaba listo, nada podría salir mal, solo íremos nosotros, pase una semana vigilando cada paso de Crowe Milano.

Listos salimos del cuartel, todos vestidos de negro, el único rostro que estaría a el descubierto sería el mío, somos cuatro.

Treinta minutos después llegamos a un club, antes de entrar repasamos el plan, luego cada uno fue a una dirección diferente, agarro mi mochila.

Llego a la parte trasera del club escondiendo me detrás de un contenedor, miro hacía la puerta dónde se encuentran dos hombres.

- Estoy en posición, procedan - ordenó.

Cinco minutos después, los dos hombres son llamados, solo tengo tres minutos para poder, colocar cinco detonadores que explotarán en dos minutos.

Avanzo, por las sombras para que las cámaras no me capten, saco los cinco detonadores colocándolos en lugares específicos.

Listo vuelvo a esconderme, justo cuando los hombres salen, camino cinco metros lejos, viendo la parte trasera del club hacerse pedazos.

Camino entre los escombros, empuñando mi arma, hay cuerpos tirados por todos lados, los gritos de las personas que hace unos momentos atrás disfrutaban de la música.

El alboroto me hace llegar mucho más rápido a mi destino.

- Tengo localizado a Crowe - comunica Sergei - voy a disparar.

- Hazlo - autorizo.

En el área VIP me encontré a Aless y Mass peleando con tres hombres, le disparó a los tres recibiendo las gracias de los dos.

- ¿Tienes municiones?, se nos acabaron - habla Aless.

- Tomen las últimas que quedan - digo entregándole dos cartuchos a cada uno.

Avanzamos por el pasillo.

- Están llegando más hombres, será mejor que salgan de ahí ahora - dice Sergei.

Apresuramos el paso, llegando a una escalera, bajamos trotando.

Llegamos a el final, abro la puerta de metal, entramos y la respiración se me va.

Más de 10 hombres están apuntando, mi mandíbula se contrae, una corriente eléctrica pasa por mi columna vertebral y el miedo invade mi cuerpo.

Quiero mirar a mis hermanos y estar segura de que tienen su rostro cubierto, Crowe Milano aparece frente a mi.

Creí que Sergei había acabado con él.

- Bienvenida, nieta - saluda - O mejor dicho diabla - contengo el jadeo de sorpresa que quiere salir de mis labios, aprieto mi arma en mi costado sintiendo fuego correr por mis venas, hace una seña - Mira encontré a un intruso - no aparto la mirada de él, se que es Sergei.

- Tráeme a Zinerva - le ordeno.

- Quitarle todas las armas - ordena.

Mi mirada viaja hacia el primer hombre, que intenta dar un paso y vuelve a su posición, ante la mirada asesina que le doy.

- Se irán y hablen con papá - digo en un susurró para que solo ellos dos me escuchen - Esto se pondrá feo y no los quiero aquí - ordeno.

- Les di una orden - la voz demandante de Crowe hace que sus hombres se muevan, alzo mi arma disparando le, a cinco de ellos, no daré mi brazo a torcer.

La Diabla de la Mafia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora