Zinerva.
Entró a la bodega, llena de polvo y cajas.
Camino hasta llegar al final entrando a un cuarto, muevo un armario viendo una puerta en el suelo.
Bajo la larga escalera, ya llegando se nota el cambio lujos, armas, autos, motos, hombres.
Me dirijo al gym, los hombres que se amontonan en los pasillos me abren paso con la cabeza gacha.
Y es que no pueden mirarme o dirigirse a mi al menos que lo tengan permitido.
(Condiciones de Nicoletta)
Realmente me incomoda que me traten de esta forma.
Entro al cuarto donde están los casilleros, abro el mío despojandome de mi ropa y poniéndome, la deportiva.
Me siento en el banco, girando el vendaje en mi mano hasta mi muñeca hago lo mismo en mi otra mano.
Me pongo los guantes, saliendo del cuarto voy directo hacia el saco, empezando la danza de golpe.
(Horas después)
- Señorita.
- Dime, Esteban.
- Todo esta listo, los explosivos están puestos en el jet - me informa.
Salgo de la bodega rumbo al aeropuerto para ver el espectáculo.
"Son órdenes, solo cumplo órdenes"
Me recuerdo unas tras otra vez.
En el transcurso pienso en el atentado, que hizo en nueva York y en el que lo dejó herido.
Gracias a sus hombres no pudo llegar a mayores, pero aún así dudo de seguir órdenes.
Llego al aeropuerto, camino hacia el lugar de aterrizaje, justo cuando llegó explota el jet privado donde planeaba escaparse.
(...)
Nicoletta.
Salgo de la habitación con mi equipaje listo, encuentro a Maurizio en el camino, nos dirigimos hacia la camioneta abro el maletero meto la valija y subo.
- En el camino, haremos una parada - le informo al chófer.
- ¿Qué vas hacer? - pregunta Maurizio.
Guardo silencio viendo por la ventana, mientras juego con el cabello de Vincent que esta acostado en mis piernas.
- ¿Qué harás? Si compraras, lo puedes hacer en el aeropuerto.
- Guarda silencio - presiono su garganta con una navaja, con la cual juego.
El transcurso del trayecto sigue en total silencio, paramos en una gasolinera, bajo.
Entró al local, compro algo para comer en el camino, subo a la camioneta.
- Vuelvo y te lo digo eso lo pudiste comprar en el aeropuerto.
Abro la bolsa, sacó una botella de agua tomó de ella, sacó una caja de galleta, las sacó todas, hay un doble espacio lo quito con cuidado.
- Eso es ¿Cocaína? - pregunta Maurizio lo miro para que guarde silencio.
"Debiste de haberlo dejado, no deja de hablar".
- Si así hacen para venderlas y comprarlas, son "galletas" de los Santoro, pero tiene otro químico que acaba con tu viva mucho más rápido.
- ¿Para que los Santoro, matarían a sus clientes? - pregunta.
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La Diabla de la Mafia ©
RastgeleEnvuelta en un mundo lleno de corrupción, violencia y muertes, Nicoletta, siendo una pieza fundamental en la mafia, está enfrentando las secuelas de su pasado, cuando empiezan a haber acontecimientos que la ponen entre la espada y la pared, tomando...