Capítulo 29 - La Perdí

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Azael.

Bebo del bourbon, saboreo el líquido caliente que quema mi garganta, quito a la rubia que me esta haciendo una mamada.

Me levanto molesto por el hecho que lo haga tan mal, la música resuena por los altavoces en el club, agarro la botella de bourbon y salgo del lugar.

Visualizo mi auto, en el cuál me subo, manejando hacia la base, al llegar entro recibiendo miradas de intriga y de confusión, voy directo a la habitación de Nicoletta.

Entro encontrando la, en ropa interior, me acerco despacio rodeándola por detrás.

- Karlik - susurró en su oído dándole besos sobre su hombro.

- Bloddy demon ¿En dónde estabas?

- Sabes en dónde.

- Vete a bañar veremos a Darius y no quiero que te huela así - dice enojada.

- ¿Porqué te enojas? - le preguntó.

- Vete a ducharte, tu familia aterrizará pronto y todo debe de estar listo en cuanto lleguen.

Le beso la mejilla soltando la, unos veinte minutos después, salgo de la ducha y me visto, salgo en busca de ella al notar que no está en la habitación.

Cuando nos casaron ninguno de los dos tuvo de acuerdo, somos solo un matrimonio arreglado.

Quedamos en que cada quien iba a tener sus relación, pero estos últimos meses me da coraje saber que se acueste con otros y no lo haga conmigo.

Recuerdo la primera vez que follamos como si fuese ayer, bebimos tanto que solo nos dejamos llevar por el momento.

- Te estaba esperando - alza la mirada de los planos.

- Antes de ir quiero saber porque estas molesta.

-¿Qué te hace creer que estoy molesta?

Se pone de pie caminando hacia mi, aún con los tacones es mas pequeña que yo, sus manos se posan en mis pectorales enviando una corriente eléctrica a mi espina dorsal.

Me rodea el cuello con sus brazos y se inclina besando mi clavícula.

- Sabes que no estoy molesta - sigue subiendo besando la linea de mi mandíbula - Eres mío- muerde suavemente el lóbulo de mi oreja - Ninguna te pondrá como te pongo yo - besa mi mejilla, su mano dibuja los abdominales que se encuentran bajo la camisa.

- Para - le pido al sentir el bulto que se presiona contra la cremallera de mi pantalón.

Besa la comisura de mis labios, mientras su manos se posa encima de mi miembro, acerca sus labios a los míos.

Abren la puerta y se separa de mi como si le quemara.

- Diabla - Massimo, hermano de Nicoletta entra - Darius los esta esperando.

- Esta bien ya vamos - le respondo.

Sale, Nicoletta hace el amago de irse pero la agarro en el antebrazo.

- No puedes dejarme asi - le digo señalando mi entrepierna.

- Que te la bajen, tus zorritas de mierda a mi me dejas en paz Azael.

Sale dejándome solo y con una erección que no se me bajará, la presión es frustrante, tendré que soportarlo, sin más que hacer salgo detrás de ella.

La alcanzó poniéndole la mano en su espalda baja, no se inmuta, es más alza el menton con una sonrisa en los labios, mientras yo estoy exhibiendo mi erección orgulloso de que solo ella pueda ponerme así.

La Diabla de la Mafia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora