Capítulo 6 - Beetle

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Nicoletta.

Me secó el sudor con la toalla volviendo a ponerla en mi cuello, sigo golpeando el saco, desgarrando mis nudillos con cada golpe.

Los recuerdos no me dejan y son una tortura tenerla presente cada segundo de mi vida.

Me llenaron la cabeza con mentiras.

"Con el tiempo lo superarás".

Pero la verdad es que no es cierto, aprendes a vivir con ello, no puedes superar algo que te persigue cada segundo de tu vida.

De cierto modo estoy cansada o quizás agotada de este mundo, lo único que quiero es irme muy lejos y vivir mi vida.

- Su majestad, hoy no está de humor - escucho detrás de mí.

No digo nada y me enfocó en el saco sintiendo el dolor en mis nudillos y ver cómo la vendas se empañan de color rojizo.

- No es tu día, para sangrar así - dice ahora frente a mi, ya había dejado de golpear el saco.

- Eso no te incumbe Orlando.

- Ven vamos a curarte eso.

Apunta hacías mis nudillos, lo conozco lo suficiente para saber que no dejara que me vaya así.

Hace 2 años coincidimos en este gym, se me declaró hace un año atrás, tuvimos algo, pero nada especial, mide unos 1.78, ojos color café, tiene los rasgos marcados, tiene 22 años es muy atractivo.

Llegamos a lugar de enfermería y procede a quitar mis vendas con delicadeza, lo miro a pesar de ser un hombre cariñoso, atento, detallista, tiene un amor no correspondido y esta ahí para lo que necesite.

- Sabes cuando me detallas, me gusta mucho - dice mientras limpia la sangre.

- No diré nada que pueda subir tu ego.

- No es necesario que me lo digas, se que lo piensas - sonríe mostrando sus hoyuelos.

- No sabía que lees los pensamientos de los demás - se pone de pie.

- No digo que los leo - alza la mano lentamente, queriendo agarrar mi mentón, no le digo nada y termina acariciando mi rostro con las yemas de sus dedos, detallando me - Digo que se lo que piensas.

- ¿Cómo sabrías que pienso y que no? - mira mis ojos, su trayecto cambia hacia mis labios, en un reflejo relamo mis labios y el solo vuele su mirada a mis ojos.

- Linda te conozco, aún recuerdo la vez que te vi, quede embobado con tu belleza ¿Sabes? - se hecha a reír - Aún sigo quedando igual - relame sus labios, miro por inercia y él se da de cuenta - Linda daría cualquier cosa por tenerte de nuevo en mi brazos, te cuidaré y si tengo que entregar mi vida lo haré por ti.

La puerta se abre de golpe si no fuera por Orlando estaría en el piso, su agarre en mi cintura es fuerte, Maurizio trae un pantalón oscuro, botas negra, un suéter blanco y una chaqueta de cuero negra.

Orlando me cubre con su espalda, protegiéndome.

- ¿Interrumpo algo? - pregunta mirando a Orlando, sus puños se cierran cuando ve las manos de Orlando en mi cintura - Aléjate de ella o si no.

- O si no ¿Qué? - Orlando hace una leve presión en mi cintura.

- Orlando déjanos a solas por favor - me mira y no está seguro de eso - No me hará nada tranquilo ve - antes de salir besa mi coronilla.

- Estaré cerca - susurra en mi oído, sale y yo miro a Maurizio.

- ¿Tú como sabes donde entreno?

- Tú padre me mando a buscarte - me informa - ¿Él quien es? - pregunta mirando por donde se fue el pelinegro.

La Diabla de la Mafia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora