La Diabla de la Mafia ©

Capítulo 18 - ¡Hija!

Nicoletta.

Miro de nuevo el vídeo, han transcurrido más de tres horas desde cuándo dejaron otra memoria, dónde se ve el cuerpo inerte de esa mujer "mi abuela".

Tirado con múltiples cortes en todo su cuerpo, vuelvo a ponerlo desde el inicio, atada en una silla en me dió de la nada, suplicando que la suelten, un hombre vistiendo de negro lleva un pasamontañas, mientras en su mano tiene un garrafón de gasolina, lo alza dándole vuelta.

Echándole la gasolina, ella empieza a moverse, sus gritos, súplicas y tratar de soltarse es inútil.

Le abren la boca dándole de beber el líquido inflamable, el hombre va dejando un camino con combustible, saca de su chaqueta un encendedor dejándolo caer, el fuego cobra vida, quemando viva aquella mujer que dió a luz a mi padre.

Cierro la laptop cuando tocan la puerta.

- Pase - digo con el trago en mano.

- Tenemos pistas necesito que vengas - informa Aless.

Me levanto dejando el trago en el escritorio, salimos del despacho caminando por el pasillo, nos encontramos en la base principal, Donato camina a mi lado, no se ha apartado de mi en ningún momento.

Mientras más avanzamos más notorias son las personas, subimos las escaleras dejando a la vista tres pasillos, cogemos el de la izquierda llegando al final.

Aless pone su mano en medio de la puertas, escanean sus huellas, dándole acceso, ya abiertas se puede ver los paneles de seguridad de los cuarteles, avanzo quedando frente a la gran pantalla que me muestra cada una de las cámaras.

Lo único que tienen paso a este lugar es si eres parte de la familia, aún que eso no es nada, para llegar a este lugar no es solamente tener un ADN tienes que mostrar que serás fiel hasta el día de tu muerte.

Voy hacia la mesa donde se encuentran mi padre, Darius, Gabriella y mi hermano. Gabriella es mi tía, en el centro de la mesa tienen extendido un mapa.

- ¿Qué encontraron? - es lo primero que pregunto.

- Tu mamá y Vincent están afuera de la ciudad - me informa mi tío.

- ¿Lugar exacto?

- Una cabaña abandonada - está vez habla Gabriella.

- Mass prepara a nuestros hombres y los quiero afuera en 5 minutos, tío y papá arreglen las armas y municiones - me doy media vuelta - Aless, tía vengan conmigo.

Así todo se pone en marcha, todos corren aquí y allá llegamos al despacho, abro la puerta dejándolos pasar.

- Tomen asiento, los traje porque se que los dos son buenos en la computadoras, necesito que me hagan un favor.

- ¿Qué favor? Tu también eres muy buena en las computadoras sabemos lo mismo - Aless frunce el ceño.

- Lo se, pero no puedo hacerlo tengo que ir por mamá y Vincent - hago una pausa - Mientras ustedes dos se quedarán aquí se irán al cuarto de cámaras ahí es más seguro, tendrán todo lo que necesiten, quiero que averigüen de dónde fue enviado este video - les muestro el vídeo - Quién lo envío, quiero toda la información y también en dónde se encuentra el cuerpo.

- Diabla.

- Te escucho - dirijo mi mirada hacia la suya.

- ¿Quién la tenía? - pregunta Gabriella.

- Jorge Santoro.

- Maldito hijo de la gran puta - dice entre diente.

- Si lo es, pónganse a hacer lo que les dije, vamos.