Nicoletta.Siento sus brazos rodeando mi cintura en un agarre fuerte y firme.
Me desperté hace un momento, trato de soltarme pero lo que causó es que su agarre se haga más fuerte, pegándome a su cuerpo, sintiendo su erección mañanera.
Doy la vuelta viendo su rostro siendo reflejado por los rayos de sol que traspasan la cortina de la ventana.
Hago de nuevo el intento de soltarme fallando en el intento.
- Deja de moverte tanto - dice con voz ronca.
- Sueltame - refunfuño.
Vuelvo a tratar de soltarme y no puedo, de un momento a otro estoy debajo de su cuerpo grande, se posiciona entre mis piernas y sus brazos a los lados de mi rostro.
- De lo tantos que te estás moviendo me estás exitando - dice a la vez que roza su erección contra mi intimidad.
- Deja de hacer eso - mi voz sale en un susurró ronco.
- ¿Qué deje de hacer, qué? ¿De frotar mi polla en tu vagina? - hace una pausa - Pero se siente tan bien, mejor sería sin las telas que tenemos - dice sin dejar de moverse y su mano en mi seno.
Junta nuestros labios en un beso hambriento, con una mano se sostiene, mientras con las otra viaja por el contorno de mi seno.
Separo nuestros labrios con mis manos en su pecho para que no siga.
- No es... no es correcto Luigi... Haste a un lado por favor.
- Lo quieres y yo también, deja de pensar en él por un instante - pide.
- Basta, no es un buen momento. Aún no me he recuperado por completo.
- No vas a utilizar tu brazo así que tranquila.
Miró sus ojos azules marino, tengo que tragar grueso cuando, toma mi seno izquierdo con su labios, muerde y chupa.
- Alzó por mí, por lo dos, sabes que él no te ama - habla con la respiración agitada.
Y el que esté subcionando mi peson, no me deja pensar con claridad.
- "Eres mía karlik, hoy, mañana y siempre".
Su voz inunda mi cabeza haciendo estragos.
Por lo que tomo el rostro de Luigi juntando nuestros labios dejando mis pensamientos a un lado, dejando que el impulso sea quien me controle.
Deja mis labios, baja por mí abdomen dejando un camino de besos y saliva.
Nuestras miradas se encuentran, sus ojos azul marino profundo, dilatados por la lujuria, me miran con un brillo de deseo.
Llega a mí braga y la va quitando poco a poco, no la quita por completo, introduciendo su mano en mi intimidad masajeando mi clítoris.
- Estás tan mojada que ya quiero estar dentro de ti - susurra introduciendo dos dedos en mi canal vaginal haciendo que suelte un jadeo repentino - Y luego llevarte a el baño y follarte contra los azulejos - introduce otro dedo más - Haciendo que gimas mi nombre hasta que te quedes sin aliento.
- Yo no voy a gemir tu nombre, tú gimiras el mío preso del placer que te voy a provocar.
Mete y saca sus dedos en un vaiven, vuelve a besarme, mientras le quitó su bóxer. Dejando a la vista su miembro erecto, saca mi braga dejándola a un lado, masajeo su glande causando que suelte un gruñido ahogado.
"Solo será una cogida, no hay nada de malo en ello" - pienso.
De un momento a otro me encuentro sentada sobre él, agarra la parte trasera de mi nuca jalandome hacía él juntando nuestros labios en un beso arrebatador. Tomo su miembro, introduciendolo en mi canal, me separo de él sentandome por completo.
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La Diabla de la Mafia ©
De TodoEnvuelta en un mundo lleno de corrupción, violencia y muertes, Nicoletta, siendo una pieza fundamental en la mafia, está enfrentando las secuelas de su pasado, cuando empiezan a haber acontecimientos que la ponen entre la espada y la pared, tomando...