Capítulo 4 - O.F

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Nicoletta.

- ¿Cómo qué crees? - mamá mira papá con preocupación.

- No lo sé. Solo dijo que pronto sabría la verdad.

- ¿Cuál verdad? - pregunta Aless.

- Él no puede estar vivo o ¿sí? - Mass voltea a ver a papá como si el tuviese todas las respuestas a aquellas preguntas.

- Hay una posibilidad - dice con la mirada fija en mi.

- No podemos sacar conclusiones - suelto, siento como la garganta se me seca.

- Tienes que aceptar que hay una posibilidad de que este vivo y si lo está habrá problemas - mi mandíbula se contrae porque se que es cierto - Donato quiero su ataúd aquí.

- Sera un placer, señor.

(Al día siguiente)

Ya soy las 12:30 pm.

Toda la mañana estuve con Sergei investigando sobre Luigi, cabe la posibilidad de que fingiera su muerte, mi vista se desvía hacia el ataúd vacío, como papá ordeno, su ataúd lo trajeron la noche de ayer.

- ¿Qué harás si lo está?

Mi vista se desvía hacia Sergei, se despeina el cabello rojizo con la mano, suspiro mirando su información en el ordenador.

- Decidiré cuando lo vea. Sigue investigando busca su perfil en cada uno de los países. Que no se te escape ningún rincón y Sergei también necesito que aumentes la seguridad. Cambia los códigos de todas las bases.

- A la orden, mi coronel.

Le doy una leve sonrisa, mientras niego con la cabeza, viendo la sonrisa ladina que me da.

- Zara, comunícame con Zinerva - le pido a la IA.

- En línea.

Asiento, cuando  escucho el repentino grito al otro lado de la línea.

- Mal momento para llamar.

- ¿Qué ocurre? ¿En dónde estas?

Pregunto escuchando gritos y disparos.

- En la universidad.

- Sergei dame satélite.

- Estoy en eso.

Veo la pantalla principal donde se extiende las imágenes de la universidad.

- Donato te necesito en el centro de seguridad - lo llamo por el auricular que es especialmente para que reciba mis ordenes o si algún caso lo necesite como ahora.

Zinerva a matado a muy pocas personas a lo largo de su vida, son únicamente para defenderse o defender a la organización, normalmente ella se queda aquí en la base.

Pero nunca tuvo algún enfrentamiento que no fuese en algun operativo.

- ¿Sabes quiénes son? - pregunto.

- No, no tienen nada solo visten completamente de negro, no hay tatuajes, ni rostros, tienen cubiertas cada parte de su cuerpo, no hay absolutamente nada.

- ¿Creés aguantar? Ya estoy enviando a mis hombres.

- Me quedan muy pocas balas, tratare de llegar a mi auto, te quiero N.

La llamada se corta dejándome pasmada en mi sitio.

- Ella nunca se despide así.

Sergei habla detrás de mi con la mirada puesta en la pantalla, podría jurar que esta peor que yo. Se que tiene sentimientos hacia Zinerva, aunque no me lo diga.

La Diabla de la Mafia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora