Miró a su prometida, en verdad lady Ailsa no disimulaba su desagrado hacía él.
- No deseo pasear, estaba recostada aquí por que me siento muy mal, el calor me ha sentado fatal.
Mintió.
Grosvenor sabía que era mentira, sabía que solo lo decía para no estar con él.
- No quiero forzarla a nada, si es su decisión echaré para atrás el compromiso - quiso saltar de alegría y gritar un sí. Pero...¿ y si su amado padre iba a la cárcel de deudores?.
- No su excelencia, no es necesario llegar a tales extremos - dijo levantándose de inmediato - solo déjeme descansar, sentirme bien, y yo misma lo invitaré a un picnic.
No muy convencido de las palabras de Helene asintió
- Muy bien, creeré en su palabra, solo no tarde demasiado en recuperarse - se alejó sin hacer una reverencia o alguna muestra de respeto.
Boquiabierta observo como el conde se alejaba de allí.
- No puedo creer que no haya mostrado sus respetos - dijo molesta.
Grosvenor negó, esa lady no disimulaba; demostraba su desagrado hacia él. No le importaba si esa actitud le molestaba a su prometido.
Se sentó junto a su hermana, quién dibujaba un nido que estaba en la rama de un árbol de manzanas.
-¿Que te ha dicho? - inquirió sin apartar su mirada del cuadernillo.
- La he invitado a dar un paseo - trago grueso - me ha rechazado.
Tiró lejos una piedra que tenía en sus manos.
- Me lo suponía, esa niña es una malcriada, cree que merece ser la consorte del rey - aparto su mirada del cuadernillo, suspiro - mira hermano, tu vales mucho, no quiero que sufras, te lo he dicho antes, y te lo vuelvo a decir, posa tus preciosos ojos azules en otra lady, déjalos que se hundan en su miseria, no la salves; no salves a su familia.
Leighton la miró analítico, tal vez ella tenía razón, pero. Él era terco, no daría su brazo a torcer.
- Tienes razón, pero... Tal parece que no me conoces - la sombra de una sonrisa se dibujaba en sus labios - sabes que no cedo, sabes de sobra que lucho hasta obtener lo que deseo.
- Ay hermano - negó - si es tu anhelo; deseo seas feliz.
Beso la mejilla de su hermano, quien sonrió al sentir el cariño de su amada hermanita.
*****
Helene suspiro. Sabia que tarde o temprano debía ceder y aceptar ese paseo.
- No me imagino como podré soportar su cercanía.
Dijo mirando a su doncella, quien la peinaba.
- Se ve tan viejo, anticuado, no niego que sus ojos son atrayentes -suspiro- pero quiero vivir y casarme enamorada.
- Mi lady - Miró a Cinthia a través del espejo -¿puedo preguntar algo?.
Helene asintió.
- ¿Es muy difícil para usted conocerlo?, ¿ huele mal, tiene malos hábitos, es grosero? - se encogió de hombros.
- No lo se, nunca me ha interesado nada de él, nunca me he dado la oportunidad de conocerlo.
- Hágalo, conozcalo, así podrá darle una oportunidad y sabes si el podría ser ese hombre que usted anhela.
- No lo se, no me nace tenerlo cerca. Me causa desagrado - su cuerpo tembló.
- A veces esos hombres resultan ser guapos.
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EL ANHELO DE UN LORD.
RomanceNo solo la veía, la contemplaba, anhelaba convertirla en su esposa, en su condesa, pero eso jamás sería... Ella lo miraba como si fuera poca cosa, de nada le servía tener sus arcas rebosantes de monedas, si el anhelo de su corazón nunca podría alca...