ANHELANDO LO IMPOSIBLE... 3

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Hincho su pecho al ver como el carruaje de lord Ailsa aparcaba frente  a su mansión. Sonrió; se apartó del gran ventanal de su estudio.

- Buen día mi lord, ¿en qué puedo ayudarle? - dijo Brian el mayordomo.

-  Deseo ver a lord Fritz-james, podrá recibirme - inquirió muy nervioso, se sentía como un pequeño ratón.

- Pase por aquí, de inmediato le pregunto a mi lord si puede recibirle, desea algo de tomar?.

- No, muchas gracias - estrujaba su sombrero de copa entre sus temblorosas manos.

- Con su permiso , ya vuelvo - hizo una pequeña inclinación antes de ir al estudio.

- Mi lord!, mi lord! - llamó a la oscura puerta de roble.

- A delante -  dijo el marqués.

- Mi lord, el marqués de Ailsa desea verle.

- Dígale que pase - ordenó.

- Mi lord, su excelencia lo recibirá de inmediato.

- Buenas tardes , lord Fritz-james, - el marqués estrecho la mano del que fuera su socio.

- Mi querido Ailsa, que lo ha traído por aquí ! - inquirió de antemano sabía que movía al hombre para llegar hasta su residencia. 

- Lamento tener que decirle que hemos perdido el cargamento - anuncio al marqués.

- ¿¡ Cómo es posible!?, acaso , ¿ que ocurrió? - demostraba enojo.

- Una gran tormenta, el señor Antoine Green , mi apoderado me anunció ayer - Sabía que no podía ser severo con el marqués, él había propiciado todo para que ese cargamento no arriba a puerto.

 - Tranquilo, nos recuperaremos, podemos pedir otro cargamento -  aseguro .

- No, mi lord, yo no puedo, es mas , no tengo como pagarle lo invertido en este cargamento, he quedado en la ruina, he perdido todo - Fritz- james sintió pena por haber ocasionado aquello, pero la felicidad de su hijo primaba por encima de la ajena.

- No me diga que ha invertido todo su capital - el pobre Ailsa asintió.

- Si, he quedado sin un solo penique, solo me queda la dote de mi hija. Pero esa no la toco, esa dote es sagrada -  esa era su oportunidad; debía aprovechar que aquel pobre había quedado a su merced.

- No se preocupe, le tengo la solución - camino por su estudio , sirvió dos copas con Whisky , tendiendo una a su futuro consuegro.

- Si, cual es la solución? -  la tristeza se reflejaba en su rostro.

-  Quiero que su hija , lady Ailsa se convierta en la esposa de mi hijo, lord Grosvenor -  abrió los ojos de par en par, sabia que su hija no aceptaría tal propuesta -  así, usted se queda con la dote que le corresponde a su hija, y puede comenzar de nuevo , con otro negocio.

- No puedo aceptar, mi hija no querrá ser la esposa de su hijo.

-  Lo lamento mi estimado marques, si su hija no acepta ser la próxima condesa de Grosvenor, usted deberá pagar cada penique de lo que he perdido - sentenció, Ailsa sabía que estaba menoscabado, no tenia con que pagarle al marqués lo que le adeudaba.

Sintiéndose derrotado abandonó la mansión, Alister lo miró, sabía que haberlo hecho pasar por aquello estaba mal; pero no le importaba , primero era su familia...

CANARY...

COUNTRY MANOR, MANSION DE LOS MARQUESES DE AILSA.

Su esposa  e hija estaban en la sala de bordado, Helene al verlo corrió a el -  padre, padre, le estoy pidiendo a madre no invite a los Fritz-james y mucho menos a su hijo, ese conde es horrible -  arrugo su frente, pasmada quedo a ver el rostro de su padre - ¿ que sucede, estas bien? -  lo tomo por la mano llevándolo a la sala. Donde ella y su madre discutían sobre la invitación a los Fritz-james.

- Lo lamento hija, esta vez no podré acceder a tu pedido; los marqueses y su hijo el conde están invitados,  no podemos retirarles la invitación; ellos la esperan -  su mirada estaba perdida, sabía que su hija pondría el grito en el cielo a la hora de enterarse que el futuro de su familia estaba en sus manos.

- No padre -  se arrodillo ante el - no puedes invitarlos, te lo ruego, tu no me puedes obligar a tener que soportar a ese hombre -  negó, su hija no sabía lo que se avecinaba.

-  Hija -  conectó su desolada mirada con la llorosa de Helene -  debemos recibirlos en Haughtiness Manor, si no lo hago - trago en seco -  quedaremos en la calle -  metió sus dedos entre sus canosos cabellos, apretando estos, Helene la miraba desconcertada; la marquesa se acercó a su esposo sin emitir palabra alguna, no entendía a qué se refería su compañero.

- ¿A que te refieres ? - Sonrió sin ganas - dime padre, dime -  tomo la mano de su progenitor -  qué quieres decir -  posó una mano en el lloroso rostro del marqués.

-  Estamos en la quiebra -  jadeo, su padre mentía, negó, eso debía ser mentira -  el buque que venía de la india, náufrago, perdí todo, los inciensos, las telas , las cajas de te, todo! -  su esposa se sentó a su lado, abrazándolo.

-  Eso es mentira, ¿verdad? -  sintió como sus piernas temblaban.

- No hija, nuestro futuro está en manos de lord Fritz-james - gimió, no podía ser cierto.

- Padre...  Dime que es mentira, dime qué lo dices para que deje de ser mimada, dímelo - suplicó, miro las lagrimas que bajaban por el rostro de su padre, dándose cuenta que era verdad.

- No es mentira, le debo hasta el aire que respiro.

- ¡Oh padre!, menos mal no quiere que le des mi mano en razón de pago - guardo silencio, no sabia que decirle a su pequeña - No!, no quiero escuchar lo que pienso - colocó sus manos en sus oídos - no me digas nada! - grito antes de subir corriendo escaleras arriba.

- Querido, dime que lord Fritz-james no ha pedido la mano de nuestra hija para el conde - asintió.

- Si querida, me ha pedido su mano para el conde, y me ha dicho que si se la doy en casamiento; puedo quedarme con la dote de mi hija para poder comenzar un nuevo negocio -  la marquesa sintió desfallecer. Sabía que su hija moriría de dolor.

-  No puede ser; sabes que Helene no soporta tenerlo cerca; menos querrá contraer casamiento con el - suspiro, sabía que para su hija sería un calvario tenerlo bajo sus sábanas.

- ¿ Qué puedo hacer?, vender nuestras propiedades! , ¿que le dejaría a mi hijo?, ¿ solo las pertenecientes al titulo ?- rasco su nuca, estaba en un verdadero dilema - dejarlo en la ruina, no puedo hacerlo -   llevó sus manos a su lloroso rostro, Farrat miró a su marido, nunca lo había visto llorar, siempre se había demostrado como un hombre fuerte y dueño de sus emociones; pero en ese momento, no podía controlar lo que ocurría en su interior.

Realmente espera que todo se solucionara -  nunca podré ser capaz de entregar a mi hija a alguien que ella no desee como marido, prefiero ir a la cárcel de deudores -  Farrat tembló, no quería que su esposo perdiera su libertad por las deudas -  Por eso digo que lord Frirz-james y su  toda su familia deberá asistir a la casa solariega.

- Lo entiendo - beso la frente de su marido -  entiendo que ahora más que nunca deben asistir, no podemos hacerle un desaire. Tranquilo, no todo está perdido, le pediré ayuda a mis hermanos - negó, nunca permitiría que los hermanos de su mujer le solucionaran sus problemas.

- No, algo haré - Farrat se levanto debía subir a ver cómo estaba su hija - Ve con mi hija, necesita pensar lo que le he dicho.

Farrat ingreso a la recamara de Helene, la encontró en la cama tirada boca abajo llorando.

-  hija! - se acercó acariciando la espalda de la joven - No todo es malo, al menos es joven -  gimió, una tormenta se desarrollaba en su interior.

- No madre!, no quiero tener que soportarlo el resto de mi vida -  lloriqueo.

- Hija, no te lo exijo, trata de conocerlo, debajo de ese montón de cosas feas debe haber un hombre guapo, el físico no importa -  dijo la marquesa -  Tu padre prefiere ir a la cárcel de deudores, para que tu no tengas que aceptar esa unión, yo no quiero perderle, pero tampoco quiero que seas infeliz.

- No!, a la cárcel de deudores no!, sabes que no aguantaría, su corazón no aguantara, hay mami! -  se acurruco en los brazos de su progenitora - esto es duro, muy duro, prefiero tener que aguantar a ese insulso, antes que perder a mi padre -  limpio sus rebeldes lágrimas - lo he decidido, aceptar contraer casamiento con el conde de Grosvenor....

EL ANHELO DE UN LORD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora