Miraba por la ventana, su padre le había comunicado la petición de mano.
- No creo que el marqués me conceda la mano de lady Ailsa, sabes que ella no aceptara - contemplo el atardecer.
- Hijo, no pueden rechazar tal proposición, el marqués está en la ruina - miró a su padre, sin poder emitir palabra alguna.
- ¿¡Como!?, que ha sucedido?- miró a su padre con sus penetrantes ojos azules.
- Ha perdido un enorme cargamento, en el cual había invertido todas sus libras - frunció el ceño.
- Acaso... ¿ ese es el negocio en el que tu invertiste hace un par de meses?- mantenía sus manos tomadas detrás de su espalda.
- Si, pero sabes que yo nunca invierto todo, a demás mi fortuna es mucho mayor que la de Crown, el nunca ha sabido ser un buen negociante; se emociona invirtiendo - Leighton miro analítico a su padre, pensaba sobre toda la información que le estaba dando.
- Tranquilo, se que no tardará mucho en traer una respuesta, además, se que nos enviaran la participación para ir este verano a su casa veraniega, allí podrás conocerla.
- Sí padre, lo dices tan fácil, para ella no existo, no se si acepte mi cercanía, si concede convertirse en mi condesa, no creo que permita la toque - miro hacia la calle, las damas paseaban del brazo de sus esposos y prometidos.
- Sí se convierte en tu esposa, deberá aceptar ser tu mujer. Sabes que debe darle un heredero al título - Sabía que era cierto lo que decía el marqués, pero al tiempo sabia que seria casi imposible ganar el corazón de lady Ailsa. Suspiro, sería un camino largo y pedregoso.
- Tiene razón, algún día deberá dar un hijo al título; pero... Lo único que deseo es ganar su corazón - lord Fritz- james lo miró, sabía que su hijo sufriría demasiado tratando de conquistar el reacio corazón de la joven.
- No desmayes; el primer paso ha sido dado, lo que sigue no será fácil, pero está en tus manos el conseguir lo que tanto anhelas.
- Lo se padre... ella no abrirá su corazón tan fácil ante mi - metió sus manos en sus bolsillos - pero deberé perseverar. No me daré por vencido.
- Lo se hijo, se que eres perseverante; nunca te haz dado por derrotado. se que el vendrá a dar un grata respuesta; una que sea favorecedora para ti - Asintió, si era verdad que el marqués de Ailsa estaba en la ruina daría la mano de su hija para salvarse de caer en la miseria; para que el título no cayera en desgracia. Y así evitar que el chisme corriera como pólvora por todo Londres...
CANARY...
COUNTRY MANOR, MANSION DE LOS MARQUESES DE AILSA.
Lloraba sin cesar, le dolía el saberse en la ruina; pero más le dolía el pensar que su padre podría llegar a caer en la cárcel de deudores, gimió. Debía tomar una decisión, debía salvar a su amado padre; aunque eso podría llevarla a contraer casamiento con aquel desagradable y nada apetecible lord. Apretó los ojos sintiendo como su cuerpo se extremista solo de imaginar que el conde la besara.
- No puedes seguir llorando - dijo su madre abrazándola, estaba encerrada en su recámara con las cortinas cerradas , iluminada solo con la luz de una vela.
- No puedo controlar las lágrimas que derramó, siento que me duele el alma - dijo acurrucándose en el pecho de su madre.
- Ven - la ayudó a levantar del rincón donde se había tirado - debes lavar tu rostro, aplicar polvo de arroz y bálsamo a tus labios, no puedes dejar que tu semblante desmejore - la llevó a la jofaina donde la doncella había dejado agua fresca.
- Estoy tan triste, me duele el alma; se que si no lo acepto padre irá a la cárcel de deudores, y también se que podrá morir en menos de nada, pero si lo acepto seré miserable; al saber que nunca podré amarlo.
- Tranquila hija, en realidad el conde no es mal parecido, mira a sus padre y hermana son muy guapos, lo que sucede es que el conde se ve muy viejo y acabado con su enorme barba, con su monóculo y esos horribles trajes que usa.
Miró a su madre, ¿ cómo podía ella pensar tal cosa?.
- Creo que si cambia su aspecto seria muy guapo.
- Madre!, no puedes decir tal cosa, debes tener ojos para mi padre - Lady Ailsa sonrió.
- Hija, si no lo digo por que lo vea como hombre, el podría ser mi hijo - Helene frunció el ceño.
- A caso, cuántos años tiene? - inquirió .
- Creo que debe tener unos veinticinco o veintiséis - pensó llevando su mano a su mentón.
Sorprendida abrió los ojos de par en par - ¿¡ en serio!?, pensé que tenia unos cuarenta, se ve muy viejo - su madre asintió.
- Si alguien lo ayuda podrá cambiar su aspecto, así se vera mucho mas joven - sugirió.
- Quién lo hará, yo no estoy interesada en acercarme a él.
- Vamos a bajo, necesitas tomar un té de tila, para que te tranquilíces - dijo conduciendo a su hija hasta la sala del té.
- Debo pensar y tomar la mejor decisión - dijo mirando a su madre.
- Tranquila hija, ahora solo debes centrarte en el verano que pasaremos en la casa solariega - sonrió para tranquilizar a su hija.
- ¿ No haz enviado las tarjetas de invitación? - inquirió tomando un sobre.
- Si, por el momento he enviado una parte , mañana enviare la otra parte - asintió, tomo una taza de te que la sirvienta le ofreció - gracias - sonrió con tristeza.
La joven se retiro a unos pocos metros - Madre, le haz enviado la invitación a lord Fritz-james y su familia,__la marquesa asintió.
- Por supuesto hija - tomo un bollo glaseado de la bandeja - es la primera que he enviado.
Helene trago en seco, tendría que aguantarlo durante todo el verano.
- Esta bien - suspiro, sabía que no podían agraviarlos.
"Serán tres meses interminables". Pensó...
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EL ANHELO DE UN LORD.
RomanceNo solo la veía, la contemplaba, anhelaba convertirla en su esposa, en su condesa, pero eso jamás sería... Ella lo miraba como si fuera poca cosa, de nada le servía tener sus arcas rebosantes de monedas, si el anhelo de su corazón nunca podría alca...