ANHELANDO ESTAR CERCA DE TI... 5

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Tomó el sobre en sus manos, su corazón templo, era la primera vez que los marqueses de Ailsa le extendían una invitación a él.

- Me ha llegado la invitación - le dijo a su ayuda de cámara.

- Eso es excelente, mi lord - dijo asintiendo.

-  Si te soy sincero, estoy nervioso - rasco su cabeza.

-  No lo este, solo debe cortejarla; hacer que ella se prende de usted.

- ¿ Crees que podré?- Cuestiono nervioso.

- Por supuesto, usted es joven y muy bien parecido,__ se miro al espejo - solo debe pedir que alguien le ayude.

- ¿ Que alguien me ayude?, no sabría a quién pedirle ayuda.

Se sirvió un trago de Whisky. Tomándolo de un tajo.

- Debemos partir en tres días, no me dará tiempo de cambiar mis ropas -  dijo mirando el enorme saco estilo militar que usaba.

-  Si es así, comenzaré a preparar su baúles - hizo una reverencia para salir del estudio.

Abstraído pensaba en lady Ailsa, sabía que el acercarse a ella sería todo un reto.

- ¿Mi lord?- tres toques en la puerta lo trajeron de vuelta a la realidad.

- Adelante - ordenó desde dentro.

Mails, el mayordomo ingreso.

-¿ Qué sucede Mails? - inquirió sin mirarlo.

- Lo solicitan - anuncio.

- ¿ Quién? -cuestionó extrañado, casi nunca tenía visitas.

- Lady Domblit, aquí está su tarjeta - recibió la tarjeta de presentación que Mails le extendió.

- Hágala pasar, - ordenó, tomó otro trago llevándolo a su boca, arrugó la frente al sentir como quemaba el ambarino líquido.

-¿Bebiendo, que raro?, nunca lo haces! - lo miró alzando una castaña ceja - ¿ te sucede algo? - se acerco al conde, abrazándolo por la espalda.

- Estoy muy estresado, tengo muchas cosas en mi cabeza - Miranda sonrió, se acercó abrazando a Leighton .

- Cariño, sabes que puedo ayudarte -  metió su mano debajo de la chaqueta - muchas veces te he dicho lo que debes hacer - se dirigió al mueble cerca de la chimenea, sentándose en este - se por que sufres, se porque estas asi.

Leighton suspiro mirando a través de la ventana.

- Si, pero no será posible ahora, debo ir a  Haughtiness manor, los Ailsa me han enviado la invitación anual, este año es su turno.

- Ah si - se cruzó de piernas -  a mi tambien me han enviado la mía - crei que después de haber fallecido mi querido esposo no me enviarían las invitaciones, pero al parecer en Londres me tienen en alta estima - se levantó caminando hasta el - Sabes que puedes contar conmigo, estando en la propiedad de los Ailsa, puedo ayudarte -  Lo miro con cariño, aunque era una viuda y joven le quería como a un hijo e incluso como a un hermano.

- Y lord Domblit, vendrá este verano?- Seguía con la mirada perdida en la fría calle.

- Si, llega en un par de días, me alcanzara en Haughtiness; esta muy guapo, quisiera que consiguiera una esposa adecuada para ostentar el título que le ha dejado mi amado lord Domblit.

- La conseguirá, es un joven muy educado, dotado de gallardía y sobre todo - se volvió para mirar a la viuda - tiene una madre ejemplar.

- Oh mi querido Leighton, no digas tal cosa, sabes que no he sido un dechado de virtudes - se sonrojo - he tenido mis fallas, he sido tu amante, y no puedo sentir menos avergonzada por haberlo sido, pero si mi hijo no se entera me daré por bien servida.

Leighton se acerco y acaricio el diáfano rostro de la joven viuda - lo fuiste en un momento muy malo, ya hacen tres inviernos que lo fuiste, nunca nadie se entero; asi que tu reputación sigue intacta.

-  Eso espero, mi querido Leighton -  acarició el rostro del conde -  me retiro, tomaré el té en Huntintong Hall con lady Brocked, lo crees !; ahora me invitan a todas las reuniones habidas y por haber - sonrió con ternura.

- No se podía esperar menos, después de dos años has vuelto a los salones, esperaste más de lo debido para volver a las fiestas, el conde falleció hace casi cuatro años.

- Sabes, a pesar de haberme casado con él teniendo quince años y mi amado conde tenía casi cuarenta llegue a amarlo - sus ojos se cristalizaron - se ganó mi corazón, supo enamorarme, envolverme, lo ame tanto -  lágrimas rodaban por sus mejillas.

- Lo se - la abrazo - Tranquila, estoy contigo, sabes que siempre podrás contar con este viejo.

- Viejo!, eres un poco mayor que mi hijo - Ahora si me voy, no quiero llegar tarde al té - beso la mejilla del conde - nos vemos en  Haughtiness. Te ayudaré.

Salió de la propiedad, dirigiéndose a la mansión de los Duque de Huntington .

Tres días, tres días para partir a Haughtiness Manor. Una vez allí, la cortejaría, envolvería; haría hasta lo imposible para ganarse su corazón.

Miraba como su doncella preparaba los baúles; antes ella misma se encargaba  de dirigir a  Cinthia sobre lo que  llevaría.

- Mi lady, guardó su vestido rosado? - Cinthia la miraba , desde hacía un par de días lucía muy extraña; su lady siempre había saltado de un lado a otro cuando se trataba de viajar al campo, pero al parecer ahora no tenía ánimos de nada - Mi lady? -  volvió a llamar - ¿ esta bien? - se acerco.

- ¡¿Que?! - inquirió frunciendo el ceño.

- Esta bien -  se acerco a lady Ailsa - está en otro mundo, le estoy hablando , pero no me escucha -  la miro preocupada.

- No estoy bien -  suspiro dejando a un lado el vestido -  estoy muy preocupada, mi padre tiene muchos problemas, y solo yo puedo ayudarle.

-  Sabe, no todo es como lo percibimos, a veces la vida nos da  sorpresas - no entendió lo que dijo Cinthia.

- Si, pero para mi ha sido una muy amarga - Cinthia nego.

- A veces el chocolate amargo es el más delicioso - sin pensarlo sonrío.

-¿¡ Qué dices !?.

- Que no se amargue, disfrute este verano, tal vez al final sonreirá al recordar las espinas  que tuvo que pasar para llegar a los suaves pétalos.

- Estas loca, las espinas no te llevan a pétalos.

- Las rosas mas hermosas y de mejor aroma son las más espinosas - se levantó para seguir guardando en el baúl lo que lady Ailsa llevaría a la casa de campo.

Pensativa se quedó mirando el ir y venir de Cinthia por la recamara.

Dichosas las sirvientas que podían unir sus vidas a quien su corazón escogía.

Se levanto y camino hacia la ventana, recostando su cabeza en esta, se sentía tan mal, que no quería ir al campo.

Sabía que debía conocer a lord Grosvenor.

Sabia que Amarin se burlaría de ella cuando le dijera que .... trago en seco frenando sus pensamientos, no quería pensar sobre aquello. A esa hora su amado padre debía estar con Lord Fritz-james comunicando la decisión de su hija....

EL ANHELO DE UN LORD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora