Helene miró a Amarin, quién estaba tendida junto a ella sobre una manta.
- No. No sé cómo sentirme- comenzó diciendo.
Amarin se acomodó sobre sus codos para mirar a su amiga, divisando una brillante lágrima que bajaba por su sien.
- Mi vida siempre fue un sueño- sentía que un ardiente nudo se formaba en su garganta, tibias lágrimas bajaban por sus sientes- pero ahora, no sé si en verdad podré seguir viviendo.
Amarin la miró sin comprender.
- ¿ Qué dices?, no te entiendo- Helene limpio las lágrimas con la punta de sus dedos, sentandose miro a su amiga.
- Estoy comprometida con el conde- cubrió su rostro con ambas manos , Amarin se sentó para mirar a Helene quien comenzó a llorar sin importarle que los invitados pudieran verla.
- ¿¡Que!?, ¿ Estás bromeando, verdad?- Helene negó.
-No, ojalá estuviera bromeando- limpiaba las inquietas lágrimas que salian sin control - el marqués pidió mi mano para su hijo- gimió como una niña pequeña- mi padre no pudo negarse, los negocios en común le obligaban.
No podía decirle a su amiga que prácticamente estaban en la ruina.
Amarin la miró, sintió pena por su amiga.
- Viste, mejor era haber nacido hombre que mujer- sin poder evitarlo Helene sonrió, Amarin siempre decía lo mismo cuando algo injusto sucedía.
- Si, pero nacimos mujeres; estás obligadas a obedecer.
- Si!, Toda nuestra vida hemos recibido instrucciones de como ser unas excelentes esposas.
Suspiró ruidosamente.
- Oh Dios!, Dime- tomo las manos de su amiga- ¿qué puedo hacer?- Amarin la miró sintiendo tristeza por ella, Sonrió.
- En tus manos está ser feliz o desdichada- miro a su amiga elevando una rubia ceja.
- ¿ Qué dices?- Helene desconcertada la miró.
- Que tú eres la única responsable de tus sentimientos, puedes optar por ser feliz al lado del conde o amargarle la vida y de paso la tuya, ¿ Porque no le das una oportunidad y lo conoces?- Helene tembló, le daba miedo el descubrir que estaba equivocada.
- No lo se, hoy después de haber recibido una rosa lo ví, estaba en el lago, dialogamos un rato y creeme, para nada fue desagradable. Acepte conocerlo- se abrazo así misma- pero me da miedo, tengo pavor de descubrir que estuve equivocada todo este tiempo.
- Y si descubres el amor, y si lord Grosvenor es tu gran amor, ese amor del que siempre me hablaste- Helene la miró- ese gran amor que tanto haz esperado, no te prives de conocerlo.
Helene miraba el amplió jardín, divisando a sus conocidas colgadas del brazo de sus esposos.
Suspiró, tomo una poco de hierba entre sus dedos.
- Estás equivocada, no es él, - como decirle que esperaba a aquel joven que se fue al ejército y nunca volvió.
- Dale una oportunidad, no perderás Nada- suspiro, sabía que era imposible sacar de su corazón un amor que llevaba guardado desde pequeña, para darle paso al amor de un hombre que le desagradable.
- Creó que tienes razón, no puede seguir comportándose como una niña, debo tomar las riendas de mi vida, de mi futuro. No puedo seguir cultivando ese amor que no pudo ser- una lágrima resbaló por su mejilla.
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EL ANHELO DE UN LORD.
RomanceNo solo la veía, la contemplaba, anhelaba convertirla en su esposa, en su condesa, pero eso jamás sería... Ella lo miraba como si fuera poca cosa, de nada le servía tener sus arcas rebosantes de monedas, si el anhelo de su corazón nunca podría alca...