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✎ 10.Amor que lastima.Valentín entró en la casa sin ningún rastro de vergüenza. Buscó la habitación de Amanda y al abrirla notó que estaba cerrada.
Palmeó la puerta mientras giraba la manija.
—¡Amanda!...Abrí la puerta sé que estás ahí.
Agustina apareció en el pasillo con una cara de preocupación.—¿Qué haces maldito bastardo? Ella no quiere verte, entendé eso y dejála en paz.
Valentín no hizo caso a Agustina y siguió palmeando la puerta con determinación, pero ella se puso enfrente.
—Ya te dije que ella no te quiere ver. Le cagaste la vida ¿no entendes eso? Lleva dos semanas sin salir de ese cuarto y todo por vos, así que, por favor, vete.
Valentín la miró. Su mirada fría y directa decía más que mil palabras, pero la intención que él tenía era más fuerte.
—No me voy hasta que la vea, así que quítate de la puerta. —La tomó del brazo y la quitó de enfrente.
—Amanda salí porfa…Sino me abrís voy a entrar a la fuerza —volvió a decir.
Observó como la manija se giraba, en ese instante entró como un rayo y cerró la puerta detrás de sí con seguro. Agustina se dedicó a palmear desesperada.
—¡Valentín abríme la puta puerta! —Dos palmadas, fuertes y retumbantes—No podes estar con ella. —Otra palmada— Déjala en paz.
Allí estaba ella. Amanda. Su Amanda. La Amanda con la mirada de inocente que en secreto lo había cautivado desde el primer día. La chica con la que se besó como un descarado en su oficina. La mujer con la que compartió su cama, y a la que se entregó en cuerpo y alma aquella noche.
La miró. Sus ojos estaban rojos, su piel pálida y sus labios secos. Llevaba una bata blanca con mangas largas y anchas. Daba la apariencia de un fantasma, incluso estaba delgada, y todo eso en tan solo dos semanas.
¿Dónde estaba Amanda, esa otra Amanda llena de vitalidad?
—Amanda, ¿Amanda estás bien? —Le tomó el rostro entre las manos, y miró lo demacrado que estaba. Aun así sentía un fuerte sentimiento hacia ella.
Los ojos de la lánguida chica empezaron a llenarse de lágrimas.
—Valentín mi amor estás aquí, pensé que nunca te volvería ver. —Tomó el rostro de él entre sus huesudas manos—. Te amo cariño, te amo con toda mi vida y te necesito.
—Le dio un pequeño beso en los labios y dos más en la mejilla.Valentín observó como las mangas de la bata de Amanda se bajaban y dejaban al descubierto unas heridas en sus muñecas.
—¿Amanda que es esto? —dijo agarrando sus brazo. Amanda lo miró en silencio—. Decime una cosa. —La mirada de Valentín se volvió fría y severa— ¿Te hiciste esto por mí?
—Valen…yo. —Desvió su mirada alrededor para evitar enfrentarse con la suya.
Una fuerte palmada los interrumpió e hizo que ambos se estremecieran.
—¡Mierda, abran la jodida puerta!, Valentín si la tocas te juro que….
—Eso es un sí, ¿cierto? —dijo. Amanda asintió como una niña.
Valentín suspiró. No encontraba palabras para poder hablar con ella sin lastimarla. Ella era un problema en toda la extensión de la palabra, siempre se complicaba su propia vida y también la de los demás.
Para su mala suerte no podía irse y dejarla como si nada, porque dentro ya tenía sentimientos de los cuales no podría desprenderse con tanta facilidad.
—¿Por qué hiciste esto? —Ella bajó la mirada para evadirlo—. Amanda antes tenías miedo pero ahora…ahora provocas miedo.
—¡Valentín abrime por Dios! —gritó Agustina.
Ambos la ignoraron.
—Es que te necesito Valentín. Tenerte lejos me duele, no soporto esto.
—¿Pero cómo diablos pensaste en atentar contra tu vida por mí? Estás llegando demasiado lejos Amanda, necesitas un psicólogo, y esta vez no puedo ser yo.
—¿Por qué no?, vos sos todo lo que necesito —dijo Amanda con una media sonrisa.
Valentín también sonrió, qué inocente era ella pensando que un imbécil como él podría ayudarla después de arruinarla por completo.
—Vení aquí. —La abrazó fuerte e inhaló su aroma—. Te prometo que estaremos juntos. Estoy enamorado de vos como un loco pero ahora necesitas sanar; y yo me encargaré de buscarte al mejor doctor, lo prometo.
—¿Entonces sí me amas? —susurró Amanda.
Valentín se quedó pasmado. Esa pregunta lo tomó desprevenido, pero si decía que sí estaría mintiendo. La quería mucho, pero aún no había llegado al punto de amarla, necesitaba tiempo. En ese momento solo se dedicó a sentir el cuerpo de ella contra el suyo en silencio.
Fin
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Solo puede decir: Lean el epílogo.
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Androfobia-Wos
Fanfic"Amanda no le había creado un problema, Amanda era el maldito problema" 📍 Sinopsis Valentín Oliva es psicólogo. Amanda flores es transferida a su consulta de manera parcial. El objetivo es enfrentarla a su mayor temor y curarla por compl...